Alergias en el cuello

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(Había olvidado que tenía esto escrito así que lo corregí y se los dejo para comenzar el daño que les hago con las tragedias que escribo.
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia y no representa las mañas de la autora ).
Les recomiendo echarle un vistazo al Capítulo 2 de Hataraku Saibou Black para captar más como es... "El hígado".
Recomendado para mayores de 14 años.
Clasificación C (C de chisme (?) )
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La eritrocito del rizo rebelde era feliz mientras cargaba su carrito con cajas de oxígeno, tarareaba una canción que escuchó por el tímpano. Era un día feliz porque ayer también fue un día feliz ¿El motivo?:

*Ayer en la noche*

- Hakkekkyuu-san, gracias por acompañarme a mi departamento~♥ -

- No hay de qué, me quedaré más tranquilo si llegas con bien. Hoy hubieron muchos ataques de bacterias por la filtración de agua de mar, eso más el calor son caldo de cultivo de enfermedades -

- Debió ser un día muy agotador... ¿Gustas una taza de té? -

- ¿Hum? Sabes que... Me gustaría bastante, gracias Sekkekkyuu. Vaya, tu departamento es lindo... ¡Qué sofá más acogedor! - el varón se recostó en el mullido sillón individual y en lo que Sekkekkyuu fue por el té, el albino estaba dormido. No quiso despertarle y lo dejó dormir ahí, lo cubrió con una manta y le quitó las botas con cuidado dejándolo dormir.

*En la mañana*

- Buen día Hakkekkyuu-san ~♥ te preparé el desayuno -

- Oh... ¡Lo lamento! Me dormí en tu casa, que vergüenza lamento la molestia -

- No me molesta, estabas muy cansado. Es agrade tener compañía, puedes quedarte aquí cuando gustes. Además, con lo del agua contaminada... Me sentí así segura contigo aquí -

- Bueno, soy algo así como tú guardia personal... ¡Ah! ¿Lo pensé o lo dije? -

- Je, je... Lo dijiste. Te tomaré la palabra, Hakkekkyuu-san -

Ambos desayunaron a gusto y después cada quien a sus labores.

Hoy era una mañana perfecta para la eritrocito, todo iba bien hasta que llegaba al hígado.
Se sentía un poco intimidada siempre que llegaba a ese lugar, era algo bohemio el sector... Bailarinas (y bailarines) exóticas, música, bebidas, y las hermosas (y hermosos) Hepatocitos.

La eritrocito se abría paso entre las aglomeradas calles del hígado, hasta que una silueta se le hizo muy familiar

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La eritrocito se abría paso entre las aglomeradas calles del hígado, hasta que una silueta se le hizo muy familiar.

- ¿Hakkekkyuu-san? -
En una mesa, con su grupo de amigos compartiendo bebidas. La eritrocito sentía un tic en el ojo al ver como las bailarinas estaban peligrosamente cerca del grupo de neutrófilos.

- ¿Qué hacen ellos ahí? ¡Son Neutrófilos! ¡Ellos no se afectan con alcohol! Menudos pervertidos y tú... ¡Hakkekkyuu-san que vergüenza! -

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Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora