¿Acaso no fuiste también un niño?

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Basado en Sentido de Pertenencia II.

(Es un recopilado de situaciones randoms que tenía por ahí, ayudará a entender a los personajes en la tercera entrega.
No hay orden cronológico)

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El albino conducía en silencio mientras en el asiento del copiloto cabizbajo y con el ceño fruncido, igual de callado iba su hijo mayor.
El pelirrojo no había dicho palabra desde que salieron de la escuela, suspendido un día. El pelirrojo mientas el maestro le decía "de manera exagerada" el mal comportamiento de su hijo sería rabia e impotencia, el niño sentía que solo estaba escupiendo veneno y por la expresión de su padre sabía que se vendría un severo regaño y un peor castigo, y sinceramente no lo culpaba. El maestro lo pintaba como si poco más fuera un delincuente juvenil. Kichiro no aguantó mas tantas injurias y alzó la voz en su propia defensa: ¡Papá son menti...!

- Kichiro, contigo hablaré después. Ve al auto -

- Pero, papá yo... -

- ¡Al auto! -

El pelirrojo sabía que si papá daba una orden no debía cuestionar. Los 7 minutos en que se quedó su padre solo con el maestro en la oficina de la Directora se le hicieron eternos.
Su padre salió de la escuela, en silencio, se subió al auto sin decir palabra alguna y comenzó a conducir...

Un incómodo silencio.

Neo estacionó el vehículo frente al edificio del FBI. Para ir a la citación tuvo que salir de la oficina ya que Eri tenía el día ocupado, Kichiro sabía que eso solo le restaba puntos en su defensa; el imaginar el rostro se mamá cuando sepa que lo suspendieron un día le dolía, el adora a su madre, a sus hermanos, a papá, no quería meterse en problemas, de verdad que no pero a veces la energía, los juegos se salen de control.

- Baja, aún me quedan unas horas de trabajo. Y no te dejaré en casa solo - ordenó con voz neutral el albino.

- Papá... -

- No voy a hablar aquí, no en la calle. Entremos -

El pelirrojo tragó en seco, su papá estaba tan sereno que asustaba. Preferiría una bofetada o un severo castigo a sentir que había defraudado a su padre.
Entraron al edificio, Kichiro dos pasos detrás de su padre. Todos sabían que era su hijo así que no llamaba mucho la atención realmente. A distancia Dibi vió a muchachito de 14 años y se acercó a saludar alegre, más con la sola mirada el albino le dijo: "Hoy no". No bastó más para el varón azabache entendiera que el niño no andaba de paseo.

Kichiro solo seguía en silencio a su padre, le llamó un poco la atención que no fueron al segundo piso donde estaba su oficina. Se desviaron al comedor.

- Supongo que no comiste tu almuerzo con todo lo que pasó - rompió el silencio Neo.

- N-no la verdad no -

- Bien, que sean dos por favor - se dirigió Neo a la encargada de la cocina. Tomó dos bandejas con un generoso almuerzo, le hizo una señal a su hijo para que tomara los vasos con refresco y juntos buscaron una mesa apartada de los demás.

Una vez sentados, el niño con nerviosismo miraba su plato esperando el sermón.

- Se va a enfriar, Kichiro -

- Papá no puedo con la tensión, ya mátame de una vez -

- ¿Matarte? ¿No sería un poco extremo? Kichiro, come antes que se enfríe - El albino bebió un poco de refresco antes de continuar.

- Tú me entiendes, sé que estás molesto y no lo soporto. Ya castígame o que se yo - exclamó el pelirrojito.

- Kichiro ¿Hiciste algo malo realmente? -

Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora