Tu Noche Buena

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Inspirado en SP III.

¡Feliz navidad!

(Escribí esto muerta de sueño, piedad si hay errores)

Después de una cena abundante y ya muy entrada la noche Neo se tumbó de espaldas sobre la cama. Se quitó el parche que le cubría el ojo dispuesto a dormir, estaba algo cansado, fue agotador jugar a la par con los niños con tal de cansarlos lo suficiente para que dejasen la idea de estar despiertos toda la noche esperando a Santa, al menos los más pequeños liderados por Nash.

Se odió así mismo por no alcanzar la lámpara de la mesita de noche, la pereza no le permitía levantarse a apagarla.

- Mierda... - se lamentó. Se resignó a esperar a que Eri saliera del baño y que ella lo hiciera, pero al escuchar la puerta del baño, levantó la vista y se sintió renovado, una hermosa imagen: Su amada Eri en un adorable traje navideño. Un vestido rojo, con un par de pompones blancos.

- Feliz navidad Neo -

- Feliz navidad. Woah... Eri, te ves tan delic... digo, hermosa -

- Como llevamos años juntos y ya no sé que regalarte, pensé en que quizás podría ser "un regalo más simbólico" - exclamó en un susurró Eri acercándose peligrosamente al rostro del varón que se comenzaba a dejar querer. Los dulces mimos de Eri sobre mientras el comenzaba a desarmar el listón del escote del vestido de su amada eran evidencia clara que el regalo sería un deleite para adultos; desafortunadamente las ansias de la visita de santa no dejaría a los niños dormir ni menos tener privacidad.

**Toc toc** - Mamá~ mamá ¿Me abres la puerta? -

En tiempo récord Eri se cambiaba de ropa a su pijama rosa habitual, y Neo se golpeó la frente contra la pared para "bajar el líbido".

- Hola cielo ~♪ cariño es muy tarde ¿Qué haces afuera de la cama? - preguntó Eri fingiendo que acababa de despertar mientras abría la puerta a Neri.

- Lo siento mucho mami, no los quería despertar. Pero es que hay ruido en la sala -

- Descuida tesoro - respondió Neo tomando en brazos a su querida hija.

Neo al oír las palabras de su hija se puso de pie al instante dispuesto a investigar de que trataba. Había que ser muy estúpido para meterse a robar a la casa de un Zenshiro, así que un ladrón no podía ser, a menos que fuera uno muy estúpido.

- ¡Me lleva! - se escuchó lamentar la voz de un hombre mayor a la vez que se armaba un alboroto por derribar el árbol de navidad. En segundos Kichiro y Nea estaban en la sala con sus mejores poses de batalla para ver de que trataba, a la vez que comenzaba a llorar Nero en su cuna al oír el alboroto.

Al encender las luces las carcajadas no se hicieron esperar al ver al señor Redfield vestido de Santa Claus.
Mientras Neo y Nea ayudaban al hombre a desenredarse de las luces, Eri subió a atender a Nero asustado, bajó con el somnoliento bebé a la sala y al ver al varón disfrazado sus ojos brillaron cual estrellas ante la emoción del ver al mágico varón de rojo que reparte obsequios a los niños del mundo.

- ¡¡¡Mami es Santa!!! - gritaba emocionado el bebé extendiendo los brazos al varón para ser cargado en brazos por él.
Su abuelo haciendo el mejor de los esfuerzos para mantenerse en su papel tomó al niño en brazos y fingió una voz diferente para no ser reconocido.

- Si, ho, ho, ho... Soy Santa. Y venía a traerle obsequios a los niños buenos de esta casa pero, Santa pisó las luces del árbol y parece que armó un gran alboroto, Santa se disculpa -

- Santa, pimito Nash verte tamien - La petición del niño que luchaba por no caer rendido ante el sueño cautivó a todos. El señor Redfield no podía negarse a semejante petición del adorable bebé en sus brazos, además también traía obsequios para Nash y Ashley, solo que planeaba dejarlos en casa de Eri, pero bueno, ya estaba ahí.

Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora