Shiro (parte 3)

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Recordatorio que es la continuación de una historia breve en este mismo libro. Recomiendo leer las primeras dos partes.

Pd// es una historia que continuo cuando estoy mega-aburrida y/o deprimida, así que no esperen mucho.

- Entonces, estabas "soñando despierta" -

Concluyó el varón una vez más en la habitación, sentado en el futón en el suelo mientras la pelirroja desde la cama le respondía asintiendo con la cabeza, y avergonzada por tener que confesar que a veces se pierde en su mundo de fantasía. Afortunadamente, el varón no le pidió contar que estaba soñando. La chica se moriría de vergüenza de tener que explicar que dio rienda suelta a su imaginación, y en su mundo mágico onírico estaba frente al altar donde él era un príncipe que la salvaba de los villanos y se casaban para ser felices en un castillo sobre nubes rosas.

- Entiendo, tengo un amigo que también hace eso - Respondió el encubierto volviendo a acostarse como si nada. La pelirroja quedó intrigada con la completa naturalidad con la cual se tomaba lo que había ocurrido, además. Estar ahí, sola, sin contacto con nadie más era aburrido, solo platicaba con él, y no era como que hablara mucho.

- Oh ¿Tienes muchos amigos? -

El varón abrió los ojos. Pensó que sería descortés no responder a su pregunta, a pesar de que deseaba volver a dormir.

- No, no muchos -

- Aquel que dices que también sueña despierto ¿También es policía? -

El varón tosió un poco para aclarar su garganta. Sintió una gota de sudor en la nuca al percatarse de que efectivamente  la muchacha no había captado el mensaje de que era tarde, y quería dormir. Sin embargo, atendería a las preguntas de la muchacha, con tal de que el encierro fuera un poco más llevadero.

- Si, de hecho. Todos lo son -

- Yo no. Así que no todos - Respondió entre risas la pelirroja abrazando la almohada, dejándose caer sobre la cama mirando al varón con una tierna expresión. - ¿Somos amigos? -

La pregunta tomó por sorpresa al varón. Siendo sincero, no consideraba que se pudiera llamar amistad. Era una situación difícil y peligrosa.
Neo estaba lo suficientemente preparado como para saber que, lo que ella estaba sintiendo era una falsa simpatía para sobrevivir. Si bien no era del todo su captor, seguramente, la mente de la muchacha la hacía buscar protección. Era algo doloroso tener que analizarlo todo... buscarle sentido psicológico a todo, la lógica, la ciencia exacta, el análisis, sin dejar paso a nada fantasioso. Saber tanto, que duele. Envidiaba un poco la inocencia de aquella muchacha, quizás en su inocencia ignorancia, era feliz.

- Eri, eres agradable. Si podemos ser amigos, pero no quiero que olvides porque estás aquí, y que no puedes confiar fácil en las personas. Si yo fuera un oficial corrupto, podría hacerte daño y aprovecharme de ti. O en una situación extrema, podría no protegerte si eso pone en peligro mi misión -

La muchacha guardó silencio unos instantes. El varón sintió que había sido muy duro con ella. Pensó en disculparse, le costaba socializar para ser honesto.

- Tus amigos ¿Te han dicho que eres demasiado honesto? - Preguntó la muchacha sin dejar de abrazar la almohada, pero ahora mirando al techo, levemente iluminado por la luz del faraón de la calle que se filtraba por la ventana.

- Si, suelen decir que "no tengo buen filtro". Lamento eso, es solo que, seria una lástima que confíes en las personas incorrectas y te hagan daño -

Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora