Hataraku Saibou (Historias breves)

Lolipop (Eren x Umiko)

Estábamos demasiado ebrios para tener pudor por algo. Y a riesgo de quedar como un mojigato o un nerd, jamás en mi vida había hecho algo así, siquiera en mis sueños más locos de puberto se me pasó algo así por la cabeza.

Debo admitir que en gran parte fue mi culpa, a diferencia de Eren no me importaba que tan lejos podíamos llegar con esa estupidez que hice. Fue un impulso, no lo medité mucho, sólo se me ocurrió y lo hice. Tampoco es como que me quisiera arrepentir de algo; no me arrepiento de nada.

No me arrepiento de nada, quizás es una falta de caballerosidad de mi parte. Me educaron para no faltarle el respeto a una dama, para usar cubiertos, bien cuidado de la higiene personal, y que los modales hacen al hombres. Pero ¡Joder! Me traía loco, y ahora que lo pienso con la cabeza más fría, quizás si hubo algo de malicia en ella; digo... Si hubieran visto sus ojos en el minuto que me quitó el caramelo.

Si fue mi culpa, lo admito. Pero debía dejar bien en claro que ese chico era y es mío.
Eren siempre es tan caballero para todo, pero a veces peca de... Uuungg, no quiero decirlo pero ¡Peca de idiota!
Terminó la boda, todo perfecto. El romance en el aire, baile, comida, música ¡Perfecto! Debo admitir que se miraba tan apuesto con ese traje la camisa, y la corbata que él decía debía hacer juego con mi vestido, y mis ojos ¿A quien no derriten con eso? Me creerán loca, pero podría jurar que incluso está un poco más alto y con la voz más grave.

Es difícil ser un caballero y no desviar la mirada a esa hermosa chica que es Umiko. Es genial vivir con la persona que amas. Cada uno sigue teniendo su habitación, pero ya se nos hizo costumbre que ella duerma conmigo, sólo dormir. Sentir su aroma, su respiración, su cabellos tan suave ¡Es el cielo y el infierno al mismo tiempo! Tan cerca y tan lejos.

Eren se ofreció a pasar a dejar a Helena y Amaro después de la boda, hasta ahí todo bien. Pero ella se sentó en medio de nosotros dos ¿En serio perra?

Helena se sentó en medio de ambos, no creo que lo haga por maldad, es sólo que le gusta llamar la atención. Tener las miradas sobre ella, debo admitir que de algún modo es halagador que Umiko tenga celos.

¿Celos? ¡Claro que sí! La desgraciada se lo come con la mirada.

Sacó de su bolso unas paletas, de esas lolipops en forma de corazón con sabor a frutas. Las repartió entre todos, pero Umiko no recibió una.

Yo creo que quizás la mía podría tener veneno, por eso no acepté ¡Y menos mal que no lo hice!

No esperé nunca lo que hizo Umiko, a todos nos tomó por sorpresa cuando me quitó la paleta de la boca y se la llevó a la propia. Fue aún más provocador cuando me la devolvió sin quitarme los ojos de encima.

No me arrepiento de nada, que le quedase bien en claro a esa tipa que Rojito es mío y de nadie más. No puedo evitar recordar cuando era niña y con tal de no convidar mis dulces los ensalivaba y decía: "ahora tiene mis gérmenes" ja, ja. Oh pobre Eren, ahora "Tiene mis gérmenes, Helena. Mal por tí".

Con Umiko hemos compartido caricias y tiernos besos. Más nunca algo tan... Intenso. Fue como si la temperatura del lugar subiera 10 grados de golpe.

Fue como si la temperatura subiera de golpe. Pensé en arrojar a Helena y Amaro fuera del auto y besar a Eren como si el mundo se fuera a acabar. Quizás era el efecto de las copas de más, el romance en la fiesta, mis malditos celos de imaginar que esa tipa algún día podría robarle un beso a MI Eren.