Hola (de nuevo ) parte 1

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(Dibujo propio)

Historia centrada en 1117 (ex 1116, el personaje que dió pie a 1146. El protagonista del piloto del manga) y Ae3803 (ídem).

                        ~♪~

Dicho y hecho, él aún siendo desintegrado para volver una vez más como un neutrófilo con un dígito diferente aún recordaba a aquella chica que causó un impacto positivo tan grande en él. Claro que se lamentaba de ya no tener ese bolígrafo, él lo consideraba como un obsequio pues esa muchacha no se lo pidió devuelta.

Una sonrisa se dibujó en su rostro al recibir su nueva tarjeta de misiones. El volvía a ser un adulto listo para salir de la médula ósea.

"Tiempo suficiente para volver a encontrar a Sekkekkyuu (Eritrocito)" pensó el neutrófilo comenzando a tomar sus nuevas cosas y pegar el velcro con nuevo dígito en su gorra; 1117.

Un monocito de traje purpura (señal de que era varón) extendió un objeto muy conocido para el albino - Oye, Neutrófilo. Esto es tuyo - era su preciado bolígrafo.

- ¡Muchas gracias! Pero... ¿Cómo? - preguntó sorprendido el blanco. No podía ver el rostro del monocito, pero podría jurar que ese extraño sonido que salió de su máscara fue muy similar a un suspiro.

- Muchacho, lo siento. Quizás no lo recuerdas, pero yo estuve cuando te despediste de esa muchacha, y bueno, no es algo que se olvide -

- Oh, ya veo. Pero ¿Por qué se disculpa? -

- Guardé el bolígrafo para dártelo cuando volvieras. Pero el cuerpo estuvo bajo un gran periodo de estrés y tú "renacimiento" tardó más de lo habitual. Muchas células quedaron "congeladas" para dar prioridad a a regeneración y mantenimiento de órganos vitales ... - continuó explicando el monocito mientras con cuidado se quitaba el casco dejando ver una cabellera cana. Él ya estaba viejo, el tiempo había pasado... Eso significaba que.

- Ella... ¿Ya no está? - preguntó el albino sintiendo por primera vez miedo. Miedo a escuchar que el único motivo que lo mantuvo firme en sus días de entrenamiento ya no estaba. Miedo a saber que todas esas veces que rememorizaba el rostro de la chica antes de dormir para no olvidarla fueron en vano.

- Oh muchacho, muchacho. Si está, si está. Es sólo que, al igual que tú ella comenzó otra vez - el hombre mayor suspiró con melancolía al ver por primera vez en su vida a un neutrófilo esforzándose por no llorar.

- Ella me olvidó ¿Verdad? - preguntó el joven neutrófilo apretando el bolígrafo con ambas manos luchando para no desplomarse.

- Verás muchacho, el alma es como un enorme armario con muchos lugares y espacios donde guardar cosas. Claro, que a veces dejamos unas cosas más a la vista porque las usamos más seguidos, así son los recuerdos. Otros van quedando en el fondo, porque los guardamos para otra temporada, pero sabes que están ahí, esperando la ocasión para ser necesitados...- las palabras del mayor comenzaban a consolar al joven que alzaba la vista para ver el rostro del anciano que le sonreía con ternura, cómo un abuelo aconsejando a un nieto. - Quizás, en el fondo de su alma ahí estás tú. Ella ahora está en la médula como una nueva jovencita. No te puedo asegurar nada, muchacho. Pero, tal vez, sólo tal vez... Ella podría necesitar un bolígrafo -

- Gracias señor... ¡De verdad, muchas gracias! - exclamó el albino apretando la mano del mayor en señal de respeto y gratitud, se dió media vuelta acomodando su gorra rumbo a la sección de eritroblastos.

Los eritroblastos son células precursoras de los eritrocitos o glóbulos rojos en la eritropoyesis

Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora