Hataraku Saibou (Historias breves)

Aroma a mamá

- No me explico ¿Cómo es posible que se te dé tan bien cuidar niños? - preguntaba Ash al rubio líder de las SWAT mientras hacía reír a Nea y a Kichiro en su cochecito con morisquetas. Lo peor es que no se explicaba de dónde sacó las gorritas de "mini policías" para los niños si nadie sabía que Eri los traería al trabajo, ni Neo.

- Me gustan los niños, y tengo gorras extras por si Thomas pierde la que ya le dí - respondió el rubio tomando en brazos al pelirrojito y alzandolo con cuidado para hacerlo reír más. El niño estaba realmente disfrutando los mimos de "Tío Killer" a pesar de que no le gustaba socializar tanto como su hermana, pero el rubio tenía un don para ganarse a los niños. Mientras el rubio lo alzaba, la morena de cabellera asimétrica se acercaba a escena, el niñito la vió y alzó los brazos a ella, algo extraño, Kichiro no se iba con nadie de ese modo.

- Ese niño me ve cara de chiste. No entiendo por qué se ríe cuando me ve - bufó la morena mostrándose indiferente al pequeño, mirando a otro lado. El bebé al sentirse ignorado, comenzó a sollozar en brazos del rubio despertando la culpa y una ternura que Nikki no sabía que tenía dentro de sí.

- Buaaah... - el pequeño lloraba de tal manera que era imposible no conmoverse. Hasta su hermanita en brazos de tío Ash comenzaba a hacer un pequeño puchero en solidaridad con su hermano.

- Está bien, está bien - La morena cargó al pequeño en brazos e inmediatamente dejó de llorar. - ¿Por qué haces....? - La mujer quedó inmóvil, el pequeño le puso sus pequeñas manitos en el rostro. Sus manitos eran tan suaves, y sus ojitos aún con pequeñas lagrimitas sin secar eran adorables, era como si le estuviera pidiendo cariño. La morena tomó al pequeño con más delicadeza, lo acurrucó en su regazo y el niño parecía cómodo.

- Ni a mí me trata así - le susurró el rubio a Ash quien rió por lo bajo.

- Sabes, no eres desagradable pequeño rojillo - le hablaba la morena al pequeño mientras le hacía cosquillas en las mejillas al bebé que se dejaba querer. - Quizás cuando crezcas seas un galán - bromeó la mujer dándole un beso en la frente al pequeño.

- Vaya, Kichiro se lleva bien con las chicas rudas. Te salió competencia Killer - Bromeó Ash.

Eri aparecía en escena y los bebés notaron la presencia de su madre exigiendo su atención.

- Gracias por cuidar a los bebés en lo que resolvía lo de mi permiso maternal - exclamaba Eri tomando a Nea en brazos quien exigía ir con mami, y acariciando el cabello de Kichiro en brazos de Nikki. - ¿Fueron buenos niños? -

- Tu hijo se lleva bien con Nikki - Dijo el rubio.

- Tu pequeño no se que se trae, pero al parecer le caigo bien - Explicó la morena haciendo sonreír a la pelirroja.

- Es porque también eres madre. Dicen que los bebés pueden oler el amor de una madre, o sentir el instinto maternal - respondió Eri a lo que Nikki se ruborizó, era verdad, ella estaba embarazada, y la primera vez que cargó al bebé ella no lo sabía pero ya estaba en cinta - Kichiro siente que hay por de mamá en ti, Nikki -

- Vaya... - La morena dejó al pequeño el su cochecito. Al inclinarse para recostarlo no pudo evitar imaginar cómo sería con él propio.

"Quizás el mío también pueda oler que sí lo quiero... A mi manera, pero lo quiero". Pensó la morena posando una mano sobre su vientre aún sin ser notorio, pero el tiempo pasa rápido y se notase o no, ya estaba ahí... Creciendo.