25. Twister, Barbie y Fantasmas

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A la mañana siguiente desperté con el sonido de unas chicas riendo. Chicas que no reconocía. Abrí los ojos, y cuando intenté incorporarme, el brazo de Damon, que aún estaba dormido, me lo impidió. Volví a recostarme, intentando no despertarlo... pero ya era muy tarde. Damon lentamente abrió los ojos, y aún adormilado dijo:

- Buenos días. – sonrió, y me presionó contra él.

- Buenos días. – le contesté, dándome la vuelta, quedando así frente a él.

- ¿Qué? – inquirió al ver que tenía mi atención puesta en otra cosa.

- ¿De quién son esas risas? – inquirí, frotándome los ojos, aún atontada con el sueño.

- Tengo una teoría... - murmuró entre dientes.

- Stefan... - solté, mientras me incorporaba y Damon recostaba su cabeza sobre mis piernas. Reí y comencé a acariciar sus cabellos. – Me debes una conversación, ¿recuerdas?

- Si... - asintió, mientras cerraba los ojos, disfrutando mis caricias. – Sobre Mikael. Nuestro querido amigo Mikael.

- ¿Quién es él? – inquirí, con genuina curiosidad. – Cuando lo mencionaste... Klaus se aterró... - dije, recordando el brusco cambio en el rostro de Klaus, la noche anterior, cuando Damon había mencionado al tal Mikael.

- Es un vampiro... - lo miré extrañada. – y un cazador de vampiros.

- ¿Qué? – le pregunté frunciendo el ceño.

- Klaus ha estado huyendo de él durante miles de años. – explicó Damon, mientras se incorporaba. – Él está en una misión de "Matemos a Klaus", lo cual es perfecto porque eso es exactamente lo que necesitamos.

- ¿Cómo supieron de todo esto? – tenía tantas preguntas que tenía que controlarme para no bombardearlo con éstas.

- Katherine. – asentí con una media sonrisa. – En los veintes ella sabía que Mikael buscaba a Klaus, además de la información que recolectó de otros vampiros.

- ¿Qué vampiros?

- ¿Recuerdas a Pearl? – asentí. Por supuesto que la recordaba, la había conocida en 1864. Teníamos un trato ameno, pero quien realmente era su amiga, era Katherine. De ella y su hija, Anna. – Bueno, ella sabía algo.

- Pero si John mató a Pearl... - dije, recordando lo que Damon, alguna vez que no recordaba con exactitud, me había contado.

- Es por eso que tuvimos que recurrir a Anna. – lo miré confundida. Anna también estaba muerta... al menos hasta donde yo sabía. – A través de Jeremy.

- ¿Jeremy? – inquirí, cada vez más confundida.

- La noche en que te fuiste – explicó y me di cuenta de que aún le seguía costando hablar de eso. – La Sheriff le disparó a Jeremy por accidente, él murió, y Bonnie lo trajo de vuelta. Las brujas dijeron que habría complicaciones... y ahora ve los fantasmas de sus ex novias. Vicki, la hermana de Matt y... Anna. – me tomó un momento procesar todo aquello que Damon acababa de contarme, pero una vez lo hube comprendido, abrí los ojos como platos.

- ¿Se llevaron a Jeremy con ustedes?

- Katherine lo secuestró y me puso al tanto... yo tampoco sabía nada. – entonces se encogió de hombros. – Como decía... usamos a Jeremy para contactar a Anna, y ella nos habló de Mikael. – Damon hizo una pausa en la que me miró a los ojos y sonrió triunfante. – Es perfecto.

- ¿Y lo encontraron? – le pregunté, por primera vez en mucho tiempo... sintiendo un poco de esperanza.

- Katherine está trabajando en eso.

Alexandra Petrova: De Regreso en Mystic FallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora