73. Fuera de Control

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Las cosas se habían salido de control desde el ataque fallido que los híbridos habían planeado contra Klaus. Principalmente porque Klaus había matado a Carol Lockwood para vengarse de Tyler.

A la mañana siguiente del evento de caridad cuando ví la noticia en el noticiero local, el estómago se me había revuelto y no había podido terminar mi desayuno. No necesitaba preguntarle si había sido él, simplemente lo sabía. Y una discusión acalorada, había resultado en distancia y enojo indefinido entre los dos.

Desde entonces Klaus había estado más paranoico y a la defensiva. A pesar de todo, tener a los híbridos a su alrededor le brindaba una sensación de seguridad, que ahora que sólo éramos él y yo, añoraba.

Los días que habían seguido los habíamos pasado recluidos en la casa y honestamente habían sido insoportables. Así que decidí que debía salir o terminaríamos matándonos entre nosotros. Por suerte, tenía un plan.

Stefan me había dicho que Matt necesitaba un empujón hasta la casa del lago de los Gilbert, en dónde Damon y Bonnie habían estado ayudando a Jeremy a completar la marca del cazador. E inmediatamente me había ofrecido a llevarlo. Así podría despejarme, respirar aire fresco y además asegurarme de que Jeremy estaba bien.

Obviamente Stefan no me acompañaría. Intuía, por el hecho de que llevaba tres días alcoholizado, que lo último que quería era ver a Damon.

Así que tras avisarle a Klaus lo que haría, me encaminé en mi auto en búsqueda de Matt. El chico esperaba con una mochila a la espalda, radiante. Saltó en el interior de mi descapotable negro y nos pusimos en movimiento.

Ya había estado una vez en la casa del lago de los Gilbert, pero no había prestado atención a la dirección por lo que Matt tuvo que indicarme el camino. Además, había sido hacía tanto tiempo... cuándo odiaba a Klaus y habíamos logrado neutralizar a Elijah. Las cosas habían sido tan sencillas en ese entonces. Éramos nosotros contra ellos. Blanco y negro. Y ahora me encontraba a mí misma constantemente ahogada en la escala de grises.

- ¿Has sabido algo de Jeremy? - le pregunté a Matt cuando tomaba la última curva para llegar a nuestro destino.

- Me he mantenido en contacto con él, - asintió Matt y me dedicó una media sonrisa. - ha habido un poco de progreso. Al menos ahora pueden estar alrededor de él sin que su respuesta inmediata sea estacarlos. - hizo una mueca extraña, como si reconsiderara que eso fuera progreso.

- Bueno, espero que podamos terminar con toda ésta mierda pronto. - resoplé, sintiendo un agotamiento terrible asentarse en mi. Entonces miré de reojo a Matt y dije: - Eres un buen chico, Matty. Me alegra que Jeremy te tenga en su vida.

Él no dijo nada, pero pude escuchar sus latidos acelerarse y alcancé a ver de reojo como se sonrojaba. Bueno y adorable.

Cuando finalmente llegamos a la casa, no había señales de que hubiera alguien allí. De hecho, de no haber aparcado mi auto junto al Camaro azul de Damon, habría dudado que hubiera alguien ahí en absoluto.

Bajamos del auto y nos dirigimos al interior de la casa. Ya había sido invitada a entrar por lo que no tuve que esperar incómodamente del otro lado del umbral. La casa seguía exactamente igual a cómo la recordaba, a excepción de que estaba repleta de todo tipo de armas y equipo de gimnasio.

- Apesta a testosterona aquí. - me quejé cruzándome de brazos, mientras Jeremy levantaba la cabeza del plato de cereal que desayunaba en aquel momento. - Hola Jer. - saludé sin sonreír, mientras Damon que estaba sentado frente a Jeremy tomaba un sorbo de bourbon.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - inquirió casi alarmado, mirando a Matt en busca de una explicación.

- Bueno, he venido a asegurarme de que tienes un cuidado digno. - le dediqué una sonrisa hipócrita, sólo porque por el rabillo del ojo noté que justo en ese momento Damon alzaba la cabeza y clavaba sus ojos en mí. Me aseguré, intencionalmente, de no mirarlo en ningún momento. - Matty dijo que venía a ayudarte a entrenar y decidí que yo puede que tenga una o dos cosas que enseñarte. - entonces le dediqué una sonrisa más cálida y honesta y Jeremy sonrió, aunque se le veía un poco nervioso.

Alexandra Petrova: De Regreso en Mystic FallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora