Era el día del baile de bienvenida. El día que habíamos escogido para poner en movimiento nuestro plan contra Klaus. Un par días habían pasado desde nuestro encuentro con Mikael... y ahora teníamos a Rebekah de nuestro lado.
Sí, Rebekah estaba de nuestro lado... por difícil que pareciera.
Después de que Rebekah le hubo terminado de contar la historia de su familia a Rebekah... habíamos descubierto un montón de cosas, incluso algunas que ni la misma Rebekah sabía. La madre de Rebekah era una bruja... la bruja de la familia Original... la bruja Original. Había sido ella quien había creado la especie vampírica con un complicado hechizo, para proteger a sus hijos de los lobos tras la tragedia que había ocurrido con Henrik. Era la misma bruja que había colocado la maldición del híbrido sobre Klaus y la misma que había descubierto como hechizar la piedra de Lapis Lazuli, para convertirlas en un talismán protector de la luz solar para vampiros.
Ella había sido asesinada por Mikael... según Klaus le había jurado a Rebekah. Pero la verdadera historia se encontraba escrita en la cabaña junto con los nombres de los Originales. No había sido Mikael quien había matado a la bruja Original... el verdadero asesino había sido el híbrido. Klaus.
Elena, Alaric y Bonnie de alguna manera consiguieron descifrar aquello... y la noticia no le había sentado nada bien a Rebekah. Aún podía recordar la noche en la que había prometido ayudarme a acabar con Klaus...
Unas horas después de haberme quedado dormida, la noche en la que habíamos tenido aquel encuentro con Mikael, desperté... cuando unos quejidos llegaron a mis oídos. Me levanté de mi cama con el ceño fruncido y me encaminé al lugar de donde provenía el llanto. Terminé de pie frente a la puerta de la habitación de Rebekah.
- ¿Rebekah? – inquirí en un susurro, mientras frotaba mis ojos... aún adormilada. - ¿Rebekah? – y sin esperar respuesta, entré a la habitación... para encontrar a Rebekah en posición fetal, en una esquina de la habitación... llorando como si no hubiera mañana.
Tan pronto como hube entrado, la Original alzó la cabeza. Tenía los ojos rojos y extremadamente hinchados... debía llevar horas llorando. Cuando notó que se trataba de mí, simplemente retomo su posición anterior, diciendo:
- Vete.
- ¿Qué pasa? – inquirí, pues a pesar de que Rebekah no era mi persona favorita en la tierra... lucía terriblemente devastada.
- ¿También vienes a restregarme en la cara que mi hermano me ha engañado durante mil años? – inquirió, levantándose del suelo hecha una furia y mirándome de mala gana.
- ¿Qué? – inquirí confundida y atolondrada por el sueño. – No sé de qué hablas, Rebekah.
- ¿Elena no te ha contado? – inquirió con desconfianza.
- No. – negué con sencillez.
Entonces Rebekah me miró, mientras las lágrimas resbalaban a montones por sus mejillas. Se veía tan devastada y frágil... que llegué a sentirme mal por lo que fuese que le estuviese pasando.
- Toda mi vida... he odiado a mi padre porque Niklaus me había hecho creer que Mikael había matado a mi madre. – explicó. – Pero él mintió. – Rebekah gimió. – Él fue quien la asesinó. Niklaus lo hizo. Nik mató a mi madre... nuestra madre.
- Oh, Dios mío... - exclamé, porque honestamente no tenía más que decir.
- Quiero que muera. – dijo, sin preámbulos. – Niklaus merece morir... en honor a la muerte de mi madre.
- ¿Dices que quieres matar a Klaus? – inquirí, cien por ciento incrédula... preguntándome si desvariaba.
- Sí. – asintió Rebekah, con el rostro fruncido por la frustración. – Sea lo que sea que estén planeando para matarlo... cuenten conmigo. – entonces se acercó a mí y me tendió su mano.
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Alexandra Petrova: De Regreso en Mystic Falls
RandomDos meses después de que Alexandra dejó Mystic Falls en busca de su mejor amigo, regresa para descubrir que las cosas no siguen exactamente igual a como estaban cuando abandonó el pueblo... Nuevos enemigos y viejos aliados, nuevas relaciones y batal...