- Ahí. – señaló Klaus a un punto cerca de las escaleras que conducían a la mansión Lockwood.
Había transcurrido cerca de una hora y aún no habíamos tenido ni rastro de Jeremy. Stefan había llegado ya, y esperaba junto a mí y a Klaus a que Jeremy apareciera. Debido a los sueños que según Matt había estado teniendo el menor de los Gilbert, teníamos una teoría sobre tras quien iría primero. Elena.
Había mirado con lástima a Stefan, cuando se había repantigado contra el tronco de árbol bajo el cual aguardábamos haciendo guardia, cuando se resignó a tener que cuidar de Elena. Ella le había roto el corazón y ahora él sentía la obligación de mantenerla a salvo. No era precisamente justo, y me sentía un poco mal por él, aunque sabía que aún la amaba. Deseaba poder tener alguna clase de poder mágico que me permitiera chasquear los dedos y hacer que no la amara más; pero no existía tal cosa.
Cuando seguí con la vista el lugar que Klaus había apuntado, alcancé a visualizar a Jeremy, aunque tuve que fijarme dos veces para asegurarme de que era él. La última vez que lo había visto había sido cuando junto a Matt, me había cuidado en medio de mis alucinaciones por el veneno de hombre lobo... y antes de que se convirtiera en un cazador. Lucía diferente. Quizás no para el ojo humano, pero podía ver como había crecido al menos un par de centímetros, como su musculatura había incrementado ligeramente y como emanaba una amenaza que nunca antes habría imaginado percibir del pequeño Jeremy Gilbert. Se internó en la mansión, llevando en su mano una bolsa de gimnasio, que desde donde estábamos, al otro extremo y distanciados por el pequeño lago podía escuchar tintinar con el chocar de las estacas de madera que llevaba en su interior. Sutil.
- Por favor, mantente fuera de esto. – le espeté a Nik a manera de suplica, mientas con Stefan me encaminaba tras Jeremy. Me miró con la protesta escrita en los ojos, pero sin embargo se quedó de pie, con mirada intranquila, bajo la sombra del árbol.
No quería que se involucrara más de lo que ya lo estaba. Sabía que él querría que Jeremy cazara vampiros sin importar el costo y él sabía también que yo no podía permitir eso; y estábamos tan bien... que lo último que quería hacer era pelear por los intereses de cada uno.
Anunciaron a April Young como la nueva Miss Mystic Falls, lo que en mi opinión dejaba mucho que desear, mientras Stefan y yo nos escabullíamos hacia el interior de la mansión, aprovechando el momento para pasar desapercibidos. Casi tan pronto como colocamos un pie en el interior de la mansión, ruidos de pelea llegaron a nuestros oídos. Stefan se abalanzó tan rápido como podía a velocidad humana tras el sonido y yo lo seguí de cerca, mientras un par de mesoneros nos miraban con el ceño fruncido.
- ¡Cállate, Matt! – gruñó la voz de Jeremy, amenazante mientras subíamos por las escaleras semicirculares.
- ¡Jeremy, mírame! – chillaba entonces, una voz que reconocí como la de Matt. - ¡Soy humano y te estoy diciendo que no la lastimes!
Entramos justo para ver como Jeremy izaba la gruesa estaca de madera que tenía en la mano, para clavarla en el corazón de Elena; que yacía de rodillas en el suelo con una estaca más delgada en el cuello, aspirando aire a bocanadas y sujetándose el cuello con rostro afligido y los ojos abiertos como platos clavados en su hermano... con la suplica escrita en ellos. Matt por su parte se encontraba de pie junto a la entrada del salón donde se encontraban y tenía una mano extendida en dirección a Jeremy.
Antes de que la estaca alcanzara a Elena, me abalancé sobre Jeremy, tumbándolo de sus goznes, provocando que cayera al suelo y la estaca saliera volando de su mano. Cuando intentó incorporarse para ver a su agresor, le asesté un codazo en la nariz, que provocó que cayera tendido de espaldas en el suelo. Y aunque lo había golpeado con suficiente fuerza y toda la intención de noquearlo, no lo logré; sin embargo, había quedado lo suficientemente aturdido como para no intentar atacar a nadie por unos cuantos minutos.
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Alexandra Petrova: De Regreso en Mystic Falls
CasualeDos meses después de que Alexandra dejó Mystic Falls en busca de su mejor amigo, regresa para descubrir que las cosas no siguen exactamente igual a como estaban cuando abandonó el pueblo... Nuevos enemigos y viejos aliados, nuevas relaciones y batal...