33. Jugando Sucio

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- ¿Qué? – inquirieron ambos hombres al mismo tiempo.

Sacudí mi cabeza, en un intento de aclarar mis ideas.

- Esto significa Niklaus. – entonces sostuve la fotografía en mis manos preguntándome cómo podía estar tan segura de aquello si no recordaba haber visto nunca algo parecido. – Esta escritura... lee Niklaus. Como Klaus. – dije e instantáneamente me sentí estúpida, ¿Cuántas personas conocíamos con el nombre Niklaus?

- ¿Cómo lo sabes? – inquirió Ric, acercándose a mí y arrebatándome la foto para mirarla más de cerca.

- Yo... - entonces hice una pausa y negué con la cabeza, anonadada. – No lo sé. Simplemente lo sé.

- Eso no tiene sentido. – opinó Damon, mientras me miraba con el ceño fruncido. - ¿Estás segura?

- ¡Sí! – exclamé, hartándome de sus dudas. – Estoy cien por ciento segura de lo que dice, pero... no sé como lo sé. - entonces me dejé caer en el asiento más cercano, explotando mi cerebro intentando buscarle alguna lógica a todo aquello.

- Así que Mason no estaba mintiendo. – observó Damon, mientras los ojos le brillaban y una sonrisa triunfante se asomaba por su rostro. – Mejor apresúrense y averigüen el resto. Si estás segura de que dice Niklaus, probablemente nos dirá como matarlo.

Pero no le estaba prestando demasiada atención a Damon, pues estaba fundida en mis propios pensamientos. ¿Cómo podía estar segura de lo que aquella imagen significaba si no entendía ni medio de las demás? La situación me daba escalofríos.

- Tienes razón. – dijo Ric tras unos minutos de absoluto silencio, en los que se había dedicado a estudiar la foto, mientras revisaba y confirmaba con algunos papeles que había extendido sobre la mesa. – Sí dice Niklaus. Y ésta otra... - entonces se acercó a la mesa y tomó otra fotografía con una escritura parecida, pero a su vez muy diferente. – dice Rebekah.

Entonces volví la cabeza de golpe y miré a Ric. Automáticamente me concentré y me dirigí a su lado.

- ¿Estás seguro? – le dije, observando la escritura que tenía en sus manos.

- Míralo tú misma. – entonces me tendió la fotografía y una hoja en la que había escrito a mano algún alfabeto antiguo. Y tenía razón. Tras unos segundos de chequear velozmente, confirme que, en efecto, la escritura decía Rebekah.

- Dice Rebekah. – confirmé anonadada. - ¿Soy yo o esto se está poniendo extraño? – inquirí, sacudiendo la cabeza para despegar mi mente.

- Preferiría llamarlo interesante. – opinó Damon con una sonrisa triunfante. - ¿Qué dicen los demás?

- Este dice... - comenzó Alaric, mientras sostenía la fotografía y la hoja de papel con el alfabeto. – Elijah.

- Elijah... - dijo Damon en un susurro vacío como si aquello no le sorprendiera. -¿Es impresión mía o éstos son los nombres de la familia Original?

- Lo son. – entonces me aproximé a la mesa en donde reposaban las fotos y tomé la imagen que llevaba la otra escritura. – Tenemos Niklaus, Rebekah y Elijah... lo que quiere decir que este es...

Entonces volví la fotografía para que Ric pudiera apreciar la imagen y comparar los dibujos.

- Mikael. – contestó, sorprendido y con la boca abierta.

- Mikael. – asentí con una sonrisa incrédula. – El vampiro cazador de vampiros, pertenece a la familia Original. – entonces fue como si todas las piezas del rompecabezas cuadraran... ¿Cómo se nos había pasado por alto?

Alexandra Petrova: De Regreso en Mystic FallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora