Capitulo 11

481 14 1
                                    

Capitulo 11

Lali: Vamos a ver quien se aprovecha de quien, después. (Dejándole un beso en los labios)

Tomándolo de la mano, fue como salimos de casa; Mi comportamiento me sorprendía, estaba conociendo o trayendo, mejor dicho a esa Lali que había dejado atrás hace varios años. Frente a un chico como Peter es imposible decir “No”, no podes, es irresistible, es una oferta que no podes dejar pasar.

La primera vez, y dudo que sea la última, salimos juntos a un boliche, esta vez me había prometido a mi misma comportarme, no era justo que él me soportara alegre una vez más; Bailamos juntos casi toda la noche, por momentos nos matábamos de la risa, por momentos nos mirábamos, por momentos nos besábamos.

Lali: Me están matando estos zapatos. (Cerrando la puerta)
Peter: Sos tan enana que debes ponerte unos quince centímetros, como mínimo.
Lali: (Lo mire seria) Ah, chistoso te haces ahora.
Peter: No te enojes. (Me sonrió)
Lali: No me mires así y menos con esa sonrisa.
Peter: Por? (Acercándose a mi)
Lali: No juegues con fuego. (Lo imite por la vez anterior)
Peter: Por? No hice nada. (Me imito)
Lali: No pensaras aprovecharte de mí o sí? (Él ya me tenia agarrada de la cintura)
Peter: O vos de mi, si?
Lali: Queda más lindo si nos aprovechamos los dos juntos.

Me apoyo sobre la pared que daba justo a la escalera, comenzó a besarme, eran besos fogosos, con ganas, con deseo, realmente me volvía loca; Subimos a los choques por la escalera, mientras en el camino desabrochaba mi vestido, la primera habitación del pasillo era la mía, así que hay entramos.

Nos posiciono en la cama haciéndome sentar arriba suyo, mientras besaba mi cuello desprendía, como podía, los botones de su camisa. Las caricias empezaron y los besos la acompañaban, todo siguió hasta tal punto que ya nada de ropa había en nosotros, las sabanas estaban desacomodadas y partes tirada en el piso de aquella habitación, solo se escuchaban nuestras respiraciones agitadas y los ruidos que provocaban nuestros besos.

Estamos como vinimos al mundo, desnudos, besándonos, sintiéndonos, acariciándonos, hasta tal punto que ninguno de los dos podíamos aguantar las ganas de tenernos más cerca, nos besamos mientas esos movimientos comenzaban a hacer presentes, esos movimientos  que con ganas repetíamos una y otra vez.

Peter: (Acostados) Estas bien?

CONTINUARA…

ResistirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora