Capitulo 85

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Capitulo 85

Emanuel: Extrañaba feo el buen sexo.
Lali: Estoy de acuerdo con vos. (Poniéndome el abrigo) Teniéndote al frente mío, me pregunto qué fue lo que paso para que lo nuestro termine.
Emanuel: Cosa de la vida, La.

Nos despedimos dejándonos un beso en la mejilla; Al entrar a casa, me doy cuenta que son pasada la una de madrugada, todo está en silencio y oscuridad, cuando entro a mi pieza, la niñera duerme junto a Aldana.

Cuando quedo sola junto a mi hija, tomo mi ropa de dormir y me meto al baño, una ducha refrescante, es lo que necesito; No me culpo con lo que hice, al contrario, me siento orgullosa de mí.

Quien me asegura que Peter no hizo lo mismo antes de que lo denunciara?, nadie.

Acurruque más a Aldana a mi lado, la abrace y dormimos juntas toda la noche; Amo este ser y mis actos personales, no van a lastimarla, Peter va a seguir siendo su papá aunque en mi vida allá alguien más.

Durante todo el sábado, me dedique a dar lo que debía, tiempo a mi hija; Me dedique hacerla reír, a que sea feliz, a que corra, a que juegue, porque en definitiva, es lo único que tengo y lo único que hoy me hace feliz.

Lali: Nos podemos ver? (Le mande por mensaje a Ema)
Emanuel: En veinte llego a mi casa, te espero. Cenaste?
Lali: Dale, voy. Si.
Emanuel: Te paso a buscar?
Lali: No, voy yo. Gracias.

Cuando llego a su casa, me invita a pasar con una sonrisa en su cara, esa de la que un día, años atrás me enamoro, y que si hoy no viviera lo que vivo, también lo haría, pero mi mente sabe, mi corazón lo sabe que esto es solo placer, solo sexo, como empezó todo con él.

Emanuel: Una copa de vino? (Sentados en el sillón)
Lali: No, gracias. (Le sonreí)
Emanuel: Como te sentís? (Me mira) Digo, después de lo que paso anoche.
Lali: Estoy bien. Hoy es mi última noche acá, hasta la vuelta.
Emanuel: A qué hora salís?
Lali: Cinco de la tarde. Vos, cuando te vas?
Emanuel: El lunes recién me avisan.
Lali: (Silencio) No creo que las cosas de la vida permitieron que vos y yo hoy no estemos juntos. Nunca existieron motivos para lo que había entre nosotros termine.
Emanuel: Nos paso la vida, las circunstancias, el vernos todo el tiempo, el no tener un rato para extrañarnos.
Lali: Pero había amor.
Emanuel: Se ve que no fue suficiente.

Se levanto, fue hasta la cocina y dejo la copa arriba de la mesada; Al volver al living, se acerco a mí, me tomo con cuidado de los brazos y rodeándome la cara con sus manos, junto nuestros labios, en dirección a su pieza, me dejo parada en medio de ella y fue hasta su mesita de luz, abrió el cajón, tomo un condón y de la cintura nos llevo al baño; Abre la ducha sin soltarme, de un momento a otro, pasamos de tener nuestras ropas, a estar completamente desnudos, nos sumergimos bajo el agua a los besos, acaricia cada parte de mi cuerpo, sé que no se ha olvidado de él, solo está haciendo que entre en su misma sintonía.

Abre el envoltorio y se coloca el condón, mis manos reposan en su pecho, mientras que mi mirada esta clava en su acto; Levanta mi vista con su mano, vuelve a besarme, me apoya sobre la pared y su mano es dirigida a mi cadera, con movimientos provocados por su mano, entra dentro de mí, comienza a moverse en un ritmo pausado, son movimientos placenteros; Tiro la cabeza atrás y hundo mis dedos en su piel, él está completamente dentro de mí.

Mi cuerpo está desesperado por entrar en acción y seguir obteniendo placer.

Recuerdo claramente las cantidades de veces que hicimos el amor, lo hacía de una manera precisa, con delicadeza, con sumo cuidado, y eso me hace sentir ahora, duele la realidad.

Le muerdo los labios, gimiendo y presionando mi cuerpo contra él, acto llevado a que me penetre con fuerza, se que estamos llegando al orgasmo, cierro los ojos y dejo caer nuevamente mi cabeza atrás, mi cuerpo tiembla.

La lluvia de la ducha no me deja ver cuáles son sus gotas de sudor, estamos empapados.

Ambos queremos más del otro, algo que no solíamos hacer, es perder el tiempo cuando estábamos juntos, y eso hacemos ahora, aprovechar bien los tiempos, mañana no se sabe lo que puede pasar; Casi secos, entramos a la pieza, me acuesta en la cama y se coloca entre medio de mis piernas, me toma de las caderas, veo como va bajando por mi cuerpo dejando besos en el paso, por unos instantes se entretiene en mi vientre, sus labios me provocan una inestabilidad, un deseo de tener más de él; Se que nada de esto es amor, y esto, también duele, pero hay  algo que duele más, el darme cuenta que estos años me prohibí disfrutar de algo tan lindo, de algo que él, no me supo dar, de algo que teniendo a Peter a mi lado, no lo hice, disfrutar del acto más intimo de dos personas, teniendo o no, una relación.

Intento que deje de besar mi panza, para que baje su boca a mi vagina, quiero volver a repetir y sentir lo que es tenerlo allí, en ese lugar, sentir sus dedos, su mano, hasta su lengua.

CONTINUARA…

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