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—¡Itadakimasu! —tomé mis palillos e inicie a comer mirando al frente, mirando a absolutamente nadie—. Mañana es la última prueba —suspiré.
Al terminar de comer me levanté de la mesa, lavé las cosas que ocupé y luego me preparé para irme. Di una última mirada al lugar y luego salí de ella dirigiendome a casa.
Un mes, nos dieron un mes para prepararnos para el último examen y en este mes no he visto a mi padre.
—Bien —me arrojé a mi cama—. A descansar, mañana es el gran día.
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—Hoy es el último examen —me detuve unos segundos—. ¿Crees que podría pasarlo? Es decir, no sé, estuve entrenando mucho. Mi padre me subestima, ¿Tu crees que tenga razón?
Levanté mi mano y la llevé en dirección al cielo, una ventisca me golpeó fuertemente.
—Tu siempre confías en mí, ¿Verdad? —la bajé—. Tengo que irme. ¡Pasaré este examen y lo haré por ti! —lo señalé—. Deséame suerte —besé mis dedos y toqué su lápida—. Te amo, Shisui.
Una sombra a lo lejos me sobresalto, sus ojos rojos me miraron y yo solo le sonreí.
—También te amo, Itachi —salí corriendo en dirección al lugar del último examen.
Llegué justo a tiempo, ahí ya se encontraban los demás participantes, todos excepto Naruto.
