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Al despertar comencé a hacer mi rutina diaria, primero desayuné un poco de cereal en mi habitación viendo la tv y después me metí a dar una ducha larga y relajante.
Al terminar mi ducha comencé a vestirme. Al concluir con acomodar mi ropa ninja nueva, me miré en el espejo asegurandome de verme bien.
—Hana —pegué un salto al ver a mi padre en la ventana—. Ven a la oficina.
—¿Por qué? —pregunté tratando de calmar mi corazón del mini infarto que me dió.
—Solo ven rápido —asentí y desapareció.
—Clon de sombra —negué con una sonrisa.
Salí por la ventana y me dirigí a la oficina del Hokage recibiendo saludos de muchos en la aldea, algunos por respeto y otros de mi "club de fans".
—Sé que se supone que están de vacaciones —comenzó a hablar mi padre.
—¿Qué sucede? —pregunté, la puerta se abrió y por ella entraron Hinata y Neji quienes se detuvieron a un lado de mi.
—Hanabi-sama fue secuestrada —contó Neji con seriedad, pero noté a Hinata preocupada.
—¿¡Hanabi!? —dije alterada. La conozco desde que es muy pequeña, después de todo, soy amiga de Hinata desde los cinco o seis años.
—Su misión será rescatar a Hanabi Hyuga, que fue raptada —dijo mi padre con los brazos cruzados—. Shikamaru y Hana seran los capitanes del equipo, Hinata y Neji los acompañarán.
—Muy bien —dijo Sakura.
—Shikamaru, Hana, sus manos —lo miramos confundidos y le mostramos nuestras manos.
Noté algo aparecer en ella, algo que está brillando.
—¿Qué es esto? —preguntó Shikamaru.
—Un reloj secreto que solo los cinco Kages tenemos —nos mostró el suyo.
—¿Qué clase de reloj? —hablé con duda.
—Uno con la cuenta regresiva hasta la destrucción de la tierra —todos quedamos sorprendidos.
—No entiendo nada, pero, ¿Necesitamos esto para salvar a Hanabi? —Shikamaru levantó su mano.
—Toneri, quien rapto a Hanabi, puede que sea quien manipula la Luna —dijo seguro de ello.
—¿Cómo lo sabe? —preguntó Neji.
—Solo es un presentimiento —me miró con seriedad y supe que de verdad estamos en una situación difícil.
—Preparen sus cosas, nos vemos en la entrada de la aldea en cuanto estén listos —dije saliendo primero.
Minutos después estábamos en la entrada de la aldea todos reunidos, y con ayuda de Sai y su dibujos comenzamos el viaje por el aire.
—¿Cómo ocurrió? —pregunté mientras observo el paisaje cubierto de nieve.
—Por la mañana Hinata-sama me lo dijo, nadie encontró a Hanabi, y luego nos enteramos que Sai vió como se la llevaban, pero lo atacaron. — Solté un suspiro e hice mi codo hacia atrás para golpearlo.
—Te dije que no debíamos —lo regañé.
—Dijiste eso al terminar —solté una risa mientras pasa su brazo por mi cintura—. ¿Tienes frío?
—Sí, ¿Me calientas? —lo miré con burla, él solo soltó una risa—. Primero encontremos a Hanabi, no quiero imaginar el miedo que siente.
—¡Es por aquí donde perdí el rastro del secuestrador de Hanabi! —avisó Sai.
—Será mejor separarnos —dije en dirección a Shikamaru.
—Sí, Naruto cuida de Hinata —me miró—. Hana.
—Yo cuido de Neji —dije con una sonrisa divertida.
Los pájaros se separaron y comenzamos a volar por diferentes direcciones.
—¿Ves algo? —lo miré de reojo.
—No hay nada por aquí. Deberíamos volver con los demás, tal vez encontraron algo.
—Tienes razón —nos dirigimos con Shikamaru y al encontrarlos Hinata dijo que había encontrado la Kunai de Hanabi.
Volamos en dirección a donde nos señaló.
—¿Ven algo? —preguntó Shikamaru.
—Hay un manantial resplandeciente en una cueva —informó Hinata.
—¿Resplandeciente? —pregunté.
Al llegar a la cueva bajamos de las aves y comenzamos a entrar encontrando aquel manantial.
—Miren —señaló Sakura arriba de la cueva.
—Es la letra Shinobi, es A, como aún, significa "Este es el comienzo" —expliqué señalando la letra.
—Hinata, Neji, ¿Qué pueden ver en el manantial? —preguntó Shikamaru.
—Mi visión es distorsionada —contestó Hinata.
—La mía igual —los miré confundida.
—¿El Byakugan distorsionado? —Shikamaru los observó sorpendido.
—Bueno, solo hay una forma de averiguarlo. Bajemos y veamos que hay —habló Naruto.
—Tiene razón —lo apoyé.
—No debo mojar esto —se quitó su bufanda y la guardó en su mochila.
—Estás muy delicado, ¿Qué tiene que se moje? —preguntó Sakura.
—Importa bastante, significa mucho para mí —Hinata miró a otro lado.
—No debes de preocuparte —llamó Sai—. Toco esta agua y no logro mojarme —nos mostró su mano.
—Bien, entonces andando —Neji se acercó a la orilla.
—Andando —lo empujé con una sonrisa, antes de caer me sujetó del brazo haciendo que mi sonrisa desapareciera y ambos caímos al agua.
Comenzamos a nadar sujetados de las manos mientras los demás van delante de nosotros, Sai tiene razón, no siento mi ropa mojada o algo por el estilo, es muy extraño ya que en un cierto tiempo de nadar pareció cómo que entramos a otra laguna
—Extraño —murmuré.
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