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—¡De pie! —solté un gruñido ante el escándalo—. ¡De pie! —abrí uno de mis ojos para míralo.
—Deja dormir —Naruto asintió y siguió durmiendo a mi lado.
—¡Hoy volvemos a la aldea! —Naruto y yo nos sentamos mirándolo atentos.
—¿De verdad? —afirmó con una sonrisa.
—¡Vamos a volver! —gritamos los dos levantandonos y saltando en la cama.
—¡No destruyan nada! —nos detuvimos—. Ahora preparen sus cosas para irnos.
Una hora después ya me encontraba bañada y vestida, me acerqué al espejo y terminé de acomodar mis guantes sobre mis manos.
—Hana-chan, te ha crecido mucho el cabello —dijo Naruto saliendo del baño.
—Lo sé, se ve bien así de largo, ¿No? —se puso a mi lado asintiendo—. Tu creciste más que yo —señalé, él sonrió en forma de afirmación y Ero-sennin se puso entre los dos.
—Y ambos son mis creaciones —sonreímos ante su comentario—. Aunque tu también eres creación de Tsunade, ¿Verdad? Mini Tsunade.
—¡Deja de llamarme Mini Tsunade! —le saqué la lengua.
Tomé mi mochila y comencé a guardar mis cosas en ella, tomé la fotografía que Neji me regaló cuando nos despedimos, la misma fotografía que tomamos en su cumpleaños.
—Pronto los veré —murmuré mirando al pequeño Hyuga y guardé la foto.
—¿Lista, Hana? —los miré.
—Andando —salimos del lugar y comenzamos con el camino.
Mientras regresábamos a la aldea Naruto y yo jugamos. Me sentía muy nerviosa por volver, me pregunto que tanto cambiaron los demás, en especial Neji, apuesto a que se ha puesto muy guapo. Aunque también tengo duda sobre si sigue sintiendo algo por mi o ahora ya está con alguien más.
Horas después nos encontrabamos muy cerca de la aldea y mis dudas solo me atormentan.
—¡Una carrera hasta antes de la entrada! —gritó Naruto.
—¡Sí! —me detuvo.
—Nada de trampas.
—Aún no domino bien el Hiraishin no Jutsu —le recordé.
