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Caminaba por la aldea con dirección a la oficina de la tía Tsunade quien me había mandado a llamar, al parecer me tiene que decir algo importante que no puede esperar. Al llegar vi a Shizune en un lado de la habitación rodeada de muchos pergaminos y lamentándose de todo el trabajo que tiene.
—Tía Tsunade, ¿Para que me llamaste? —pregunté colocándome frente a su escritorio.
—Enviaré a Naruto a una isla donde permanecerá por un tiempo alejado de la guerra —al oír eso fruncí un poco el ceño.
—Pero, si llega a enterarse, se enojará —dije sabiendo que es la verdad—. Además, Naruto quiere pelear junto a nosotros.
—Lo sé, pero estará con el hermano del Raikage —explicó—. Él sabe controlar al Hachibi muy bien, le enseñará a controlar al Kyūbi.
—¿Hachibi? ¿Se refiere a Bee? —asintió—. Ya entiendo, el Hachibi es un pulpo, al parecer el sapo tenía razón.
—Lo mismo pensé.
—¿Ero-sennin irá con él? —pregunté curiosa.
—No, necesitamos a Jiraiya en la aldea y en la guerra, Naruto irá con algunos Shinobis que cuidarán que no salga de la isla.
—Entiendo.
—Le hemos avisado hace unos momentos, partirán de inmediato —avisó.
—Muy bien, iré a despedirlo —salí de ahí y fui corriendo a la entrada de la aldea donde ya se encuentra él—. ¡Naruto!
Me acerqué a él notando la presencia de Ero-sennin y otros ninjas que lo acompañarán.
—¡Hana-chan! —se acercó emocionado.
—Me dijeron que irás a una misión muy importante —asintió feliz.
—Así es, una misión rango S —lo miré unos segundos y luego sonreí de lado al darme cuenta de su entusiasmo.
—Te deseo mucho éxito —lo abracé con fuerza—. Te quiero mucho, Naruto.
—Yo también te quiero, Hana-chan —me separé de él.
—Cuando vuelvas a la aldea te compraré todo el ramen que quieras —levanté mi pulgar.
—¿De veras? —asentí—. ¡Fantástico! Volveré lo más antes posible.