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—Bien, niña —el fotógrafo me miró—. Prepárate —observé con seriedad a la cámara.
Me crucé de brazos esperando, el señor se preparó y cuando tomó la foto sonreí emocionada e hice el signo de paz resaltando mi felicidad. Tomé mi forma de registro y luego me dirigí al aula donde se encuentra el Hokage, al entrar al salón ví al Tercero regañando a Naruto por alguna travesura que seguro hizo.
—Hana, ¿Tienes tu forma? —asentí y me acerqué a darla.
Mire la foto de Naruto y solté una pequeña risa acercándome a él.
—Naruto, tu fotografía es muy original —me senté a su lado.
—Ya lo sé, pero no quieren aceptarla —el tercero me observó.
—Tu foto está bien —Naruto corrió a él y la miró para luego volver a su lugar—. Veo que tampoco traes tu banda ninja.
— No la usaré hasta el primer día de entrenamiento.
De pronto, la puerta se abrió y un niño extraño entró.
—¡Oye viejo, te desafío! —corrió hacia el tercero—. ¡Te ganaré y me convertiré en el quinto Hokage! —sorpresivamente se tropezó y calló de cara al suelo— Ay, algo me estorbó.
—¿Quien es ese? —preguntó Naruto.
Apreté mis labios intentando no reírme del tonto que acaba de golpearse.
—Creo que es el nieto del tercero. —respondí.
—¡Honorable nieto!
—¡Tú fuiste el que me hizo tropezar! —Naruto lo sujetó de la ropa tras ser acusado falsamente.
—¡Tu te tropezaste solo, niño tonto! —le gritó.
—¡Oye! ¡Suéltalo, él es el honorable nieto del honorable tercer Hokage! —gritó el hombre que lo seguía.
—¡Creí que ibas a golpearme! ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo por qué el tercer Hokage es mi abuelo?