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La tía Tsunade me había mandado a llamar al Hospital, no sabía porqué, pero esperaba que fuera parte del entrenamiento, al llegar la encontré en compañía de mi padre, al igual que Naruto y Ero-sennin.
—Hola —saludé entrando—. ¿Qué sucede?
—Hana, tenemos noticias —me senté en una silla al lado de la camilla de Naruto.
—¿Sobre qué? ¿Saben dónde está Sasuke? —pregunté sin pasar por desapercibidas sus expresiones.
—No —contestó mi padre.
—Hablé con los demás chicos para saber sobre la misión —comenzó a hablar mi tía.
—¿Y que tiene que ver conmigo?
—A los cinco les dijeron lo mismo sus oponentes —continuó—. "Orochimaru siempre obtiene lo que quiere" —al oír eso sentí un poco de miedo—. Se refieren a ti.
—¿Qué? ¿Cuál es su maldita obsesión conmigo?
—Durante años, Orochimaru ha usado diferentes cuerpos como recipientes —explicó Ero-sennin—. Pero necesita cuerpos fuertes, y como eres descendiente del segundo Hokage y además, tu madre te heredó las habilidades del primero, cree que eres perfecta para ser su nuevo...
—Recipiente —terminé.
—Exacto. Esos ninjas vinieron hasta la aldea en busca de Sasuke, creemos que vendrán más, pero está vez por ti, esa es una de nuestras suposiciones —dijo Tsunade.
—¿Hay otra? —asintió.
—Orochimaru sabe que Sasuke quiere reestablecer su clan, y Sasuke quiere a alguien con grandes habilidades y poderes para eso —esta vez habló mi padre.
—Si lo sabe eso quiere decir que me quiere para que Sasuke restablezca su clan, un niño heredero de mis habilidades y del Sharingan, sería un perfecto contenedor —concluí al saber que eso es lo que piensan.
—Exacto, eso quiere decir...
—Qué hará lo imposible por venir por mi —asintieron.
—Me llevaré a Naruto conmigo para entrenarlo durante tres años —avisó Ero-sennin.
—Y tú irás con ellos —al oír eso por parte de mi padre abrí de más los ojos sin creerlo.
—No, no puedo estar alejada de la aldea. Yo no quiero.
