¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Hana, de pie! —alguien se arrojó a mi cama.
Quité las cobijas de mi rostro y miré a Shisui quien esta a mi lado en pijama, me observó con una gran sonrisa llena de emoción.
—Es día de tu boda —sonreí de lado.
—Lo sé —oculté mi rostro y solté un grito de emoción.
—Te tenemos que preparar —mi madre entró a la habitación—. Andando.
—Aún falta para la ceremonia —dije mirando el reloj.
—Tres horas —contestó Shisui—. Pero debes desayunar algo.
—Yo me encargo del desayuno —dijo Itachi pasando por el pasillo.
—No creo que sea buena idea —miré a Shisui—. La última vez tardó demasiado haciendo un huevo.
—Tienes razón, ¡Itachi! —salió detrás de él.
—¿Estas nerviosa? —mi madre se sentó en la cama.
—Sí, supongo que es normal. No quiero que algo salga mal o que haga el ridículo frente a todos.
—Es muy normal, todas se sienten igual en este día —solté un suspiro.
—¿Y papá? —pregunté mientras suelto un bostezo.
—En la habitación, tratando de asimilar que su hija se casa hoy —solté una risa—. Es en serio, está frente al espejo y no deja de repetirse que te casas hoy.
—Bueno, soy su hija, tiene derecho a estar así —me levanté—. ¿Vamos a desayunar?
—Si es que Itachi no pierde la cabeza —bajamos las escaleras y encontramos a Itachi regañando a Shisui por el hecho de que el desayuno no queda perfecto.
Minutos después al fin tenía mi desayuno "perfecto" frente a mi mientras Sasuke mira a Itachi con los brazos cruzados.
—¿Para eso usas tu Sharingan? —Itachi asintió ante la pregunta de su hermano.