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—La abuela Tsunade dió el aviso está mañana —habló Naruto a mi lado—. Sobre Itachi.
—Lo sé, y también dijo que será un secreto de aldea, nadie fuera de aquí puede enterarse —dije mirando mi comida.
—Ya han pasado dos días, ¿Cuando va a despertar Ero-sennin? —preguntó terminando su tercer ramen.
—No lo sé, pero no tenemos que perder la esperanza, cuando menos nos demos cuenta, estará en las aguas termales tratando de ver a las mujeres —ambos soltamos una pequeña risa.
Terminé de comer el ramen y nos levantamos luego de que yo pagara.
—¡Vuelvan pronto!
—Gracias —salimos del lugar y comenzamos a caminar por la aldea.
—Por cierto, Shikamaru está tratando de descifrar el mensaje que escribió —dije mirando a Naruto.
—¿No deberíamos ayudarlo? —sentí.
—Creo que sí —comenzamos a dirigirnos al lugar donde se encuentra trabajando el Nara.
Al llegar y entrar a la habitación había una chica muy cerca de él, a lo que yo corrí y la separé.
—¿Hana? —me crucé de brazos molesta.
—Mantente alejada de él —Shikamaru se sorprendió por mi actitud—. Cuando su novia se entere te matará —la señalé.
—¿De qué novia hablas? —preguntó confundido.
Me giré a él y le sonreí.
—Temari —al decir eso su rostro se puso muy rojo—. Ya sabes, es la más bonita de la aldea de la arena, es fuerte, y estricta, tu chica ideal —junté mis manos—. Son tan lindos juntos.
—¡Hana! —dijo avergonzado—. ¿A qué han venido?
—El mensaje fue escrito por Ero-sennin, así que como sus estudiantes, te ayudaremos a descifrarlo —explicó Naruto acercándose.