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Neji y yo nos detuvimos frente a mi casa, ayer fue la boda de Naruto y hoy... Bueno, tenemos que hacer algo antes que nada.
—¿Estas seguro? —pregunté mirándolo, él asintió nervioso—. Muy bien.
Nos acercamos a la puerta y la abrí, entramos escuchando las voces de mis padres, Shisui, Itachi y Sasuke quienes se quedarán con nosotros unos días.
—Hola —dije nerviosa viéndolos reunidos en la sala de estar.
—Hola, te despertaste muy temprano —asentí—. Ayer fue divertido —dijo Shisui—. ¿No estuvo genial la boda? Pasará mucho tiempo para poder asistir a otra.
—Sí... —miré a Neji—. Tengo algo que decir —todos me miraron en cuanto dije eso.
—Kakashi-San —empezó Neji con un leve tono de nerviosismo—. Yo quiero hablar con usted.
—¿Conmigo? —preguntó confundido—. Adelante —Neji me miró y yo le sonreí en forma de ánimo—. ¿Qué sucede? —su voz cambió a una de total seriedad.
—Verán, ayer ocurrió algo —comencé—. Algo lindo, que definitivamente me gustó —mi padre nos miró con los ojos muy abiertos.
—¿¡Qué hicieron!? —gritó junto con Shisui e Itachi.
—Eso es horrible —dijo Sasuke—. ¿Por qué nos cuentan eso?
—¿Eh? ¡No hicimos eso! —dije al entender a lo que se refieren.
—¿Entonces? —preguntó mi madre.
—Nos vamos a casar —solté con nervios esperando la reacción de todos.
—Por eso quiero pedirle su aprobación —se apresuró a decir.
Mi madre me miró con una sonrisa mientras que mi padre solo nos observa.
—¿Se van a casar? —preguntó confundido.
—Sí —contestó Neji con un toque de obviedad.
—No puede ser —soltó un suspiro pasando sus manos por su rostro—. Me dejaron sorprendido. Les doy mi consentimiento —Neji y yo soltamos un suspiro y corrí a abrazar a mi padre.