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Mi mirada se mantenía al frente con mis puños cerrados. Miré a la izquierda notando como Gai llora, luego, llevé mi mirada hacia Shikamaru, Chouji, Ino y por último Kurenai.
—Tío Asuma.
Mi pecho comenzó a doler impidiendome respirar bien, solté un pequeño sollozo y me fui corriendo de ahí.
—¡Hana! —gritó Neji, pero no me detuve.
Caí de rodillas en medio del bosque, mis manos se pusieron en mi cabeza y solté un gran grito comenzado a llorar. Mis puños comenzaron a golpear el suelo con enojo y tristeza.
De pronto unos brazos me rodearon abrazándome con fuerza, puse mis manos en su pecho escondiendo mi rostro en su hombro desahogando mi dolor.
—Hana —acarició mi cabello.
—¿Qué clase de ninja médico soy si no pude salvarlo? —pregunté sin poder parar de llorar—. Asuma murió frente a mi, en mis manos.
—No fue tu culpa.
—Konohamaru ya no tiene familia, perdí a uno de los que me crío. Ya no puedo.
—Hana, eres fuerte, puedes salir adelante.
—Ya no quiero seguir, quiero que todo esto termine.
—¿Estas escuchando lo que dices? ¡No permitiré que pienses en eso! —Neji tomó mi rostro entre sus manos.
—No quiero perder a nadie más.
Volví a abrazarlo sin detener mi llanto.
—¡Hana!
Abrí los ojos sobresaltada, Neji estaba frente a mi con una mirada preocupada.
—¿Te encuentras bien? —preguntó acariciando mis mejillas, entonces noté que tengo mi rostro lleno de lágrimas.
Mi vista se puso sobre los presentes; El quipo Asuma, Kurenai, Gai, Neji y mi equipo.
—Hana —lo miré. Me levanté de prisa y corrí a abrazarlo tratando de ser fuerte para no llorar.
