¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Bien, Hana, estamos listas para perdonarlo un poco —me dije a mi misma yendo al hospital para buscar a mi padre.
Hinata está mucho mejor, su estado aún es delicado, pero está fuera de peligro, en cuanto a Lee... Él se enfrentó contra Gaara, ese chico pelirrojo es tan extremo que casi mata a Lee. Dio una pelea extraordinaria, aunque lamentablemente sufrió un gran daño y los doctores no creen que vuelva a poder pelear.
—Bien, Hana, no te vayas a enojar de nuevo con él —volví a hablarme viendo a lo lejos el hospital.
Al estar cerca pude ver a Naruto saliendo con Ebisu, no sé que podrían estar haciendo esos dos juntos, pero decidí no desviarme de mi objetivo principal. Entré al hospital encontrando a mi padre y me acerqué a él.
—Hana —me saludó.
—Quiero que me entrenes, por favor —pedí decidida y amable.
—¿Eh? Lo siento, tengo que encargarme de algo importante —pasó su mano por su cuello nervioso, de inmediato supe que era eso "importante". Me crucé de brazos enojada.
—Entrenarás a Sasuke —afirmé disgustada.
—Sí —dijo sin más.
—¿Por qué? ¡Desde que era pequeña te pedí muchas veces que me entrenaras y nunca lo hiciste! —me quejé.
—Sasuke necesita entrenamiento especial —abrí la boca ofendida.
—¡Solo tiene un maldito Sharingan! Es lo único en común que tiene contigo —grité sintiendo el enojo crecer más y más—. ¡Yo soy tu maldita hija! —mi respiración se agitó por el enojo—. ¿Sabes? Yo no odio a los Uchihas, solo desconfío de ellos, pero tú estás haciendo que empiece a odiar a uno y también a mí padre —me di la vuelta para comenzar a caminar.
—Oye —lo miré desconfiada—. No te enfades, no es para tanto —soltó un suspiro—. ¿Puedes llevarnos algo de comer mientras entrenamos?
—¡No! —grité más molesta—. ¡Si quieren comer vengan ustedes! ¡Por mi mueran de hambre! —salí del hospital con los puños bien cerrados.
Solté un suspiro y caminé por la aldea pensando en a quien pedirle ayuda para entrenarme, pero cada sensei está ocupado con sus subordinados.
—¡Shisui! ¡Ayuda! —grité en el campo de entrenamiento.