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—Hana, ¿Estas bien? —preguntó Obito al caer en la otra dimensión.
—Sí —contesté un poco agotada.
Me levanté y vi que mi playera del uniforme está rota en algunas partes.
—Kaguya, es más poderosa de lo que creí —murmuré pensando en la pelea que tuvimos con ella—. Tuve que usar mi chaleco para desviar esa cosa.
—Y lo hizo cenizas —asentí ante las palabras de Sakura.
—Igual que con el clon de Naruto —solté un suspiro—. Sus ataques son poderosos, pero podemos con ella.
—Eso espero.
—Obito, ¿Estas seguro? —pregunté colocándome frente a él—. No quiero que te agotes demasiado.
—Creí que no confiabas en los Uchihas —sonreí de lado por su tono burlón.
—Tu has sido de las pocas excepciones, aunque no me equivoqué del todo, lograste encontrar el camino de nuevo —tomé sus manos—. Y ahora eres de la familia.
—Estoy seguro —me sonrió.
—Muy bien —Sakura se puso detrás de él y yo me quité de enfrente.
Obito comenzó a abrir un portal.
—Ese es el primer lugar al que nos llevó —dije viendo la lava.
—No siento a Sasuke allí —llevó una de sus manos a sus ojos.
—Tranquilo —puse mi mano en su frente e hice que mi Ninjutsu médico corriera por él.
Los minutos pasaban y Obito abría distintas dimensiones buscando a Sasuke, hasta que una dimensión extraña apareció.
—¡Demonios! —tomé a Obito y a Sakura llevándolos a una colina.
—¡Hana! —arranqué mi playera quedando en mi top de malla y ví a Sakura arrojando su chaleco y arrancando las mangas de su playera.
