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Me acerqué a ver la pelea de Neji contra su padre y conocer un poco más al hombre. El señor es alguien muy fuerte, ambos tenían una pelea sorprendente, incluso Hiashi los ve con sorpresa ante las grandes habilidades que poseen.
Sonreí un poco mirando a Neji, pensando en lo buen líder de clan que sería si eso pudiera ser posible. Seguí mirando cuando idea llegó a mi mente.
—¡Darui-San! —grité llamando su atención ya que se encuentra unos metros lejos reunido con algunos pocos ninjas—. ¿De casualidad no ha visto a un chico alto, cabello negro un poco largo y alocado y con apariencia de ser un chico amable y noble?
—Hana-san, ¿Se refiere a Shisui Uchiha? —preguntó un ninja de mi aldea a lo que yo asentí.
—¿Hay alguna señal de que él esté bajo este jutsu?
—No, nadie lo ha visto, es un alivio que no sea parte de ese ejército —dijo con una sonrisa.
—Sí... Un alivio —murmuré un poco triste.
Regresé mi atención a Neji quien había podido vencer a su padre y ahora un equipo de sellado se encarga de él. Me acerqué un poco.
—Tu padre es asombroso —dije con una sonrisa—. En la pelea pude ver qué es muy fuerte, supongo que por eso eres así.
—Gracias —me sonrió de lado.
—¡Ustedes dos, vuelvan con el equipo! —ordenó el jefe de la segunda división—. Yo me quedaré para apoyar aquí.
—¡Sí! —contesté.
Sujeté la mano de Neji.
—Debemos volver —jalé de su mano un poco.
—Sí, vamos —apretó mi mano y ambos nos dirigimos de regreso al lugar donde dejamos a Hinata, Kiba, Shino y los demás.
Al llegar ayudamos contra los cintos de Zetsus que seguían apareciendo, eran como una plaga de bichos. Seguimos en batalla hasta que al caer la noche simplemente desaparecieron.