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Dos años después.
—Bueno, presten atención —me crucé de brazos observando a Naruto—. Voy a mostrarles algunos movimientos.
Los niños frente a él lo observaron con mucha ilusión y emoción. Naruto hizo solamente dos movimientos "sorprendentes".
—¡Naruto-Senpai! —solté un suspiro comenzando a enojarme.
Los gritos de las chicas se escucharon desde el edificio y me giré a ellas.
—¡Cállense de una maldita vez! —grité haciendolas callar de miedo.
—¡Hana-san! —gritaron los chicos.
—¡Cállense y dejen de verla! —los amenazó esta vez Naruto.
—¡Hana-chan, por favor, enseñenos como pelear! —pidieron los niños con una gran sonrisa.
—Claro, primero que nada, deben saber que el enemigo puede atacar en cualquier momento, es por eso que deben estar alerta.
Comencé a mostrarles a los niños algunos movimientos de bloqueo con ayuda de Naruto, seguimos así por algunos momentos, hasta que terminamos de enseñarles.
—Vamos, los invito a comer ramen —dijo el rubio con una sonrisa y junto con los niños nos dirigimos a Ichiraku.
—¡Kiba, Shino! —me acerqué a la mesa de afuera donde ambos se encuentran comiendo junto con Akamaru.
—Hana-chan, ¿Qué hacen aquí? —señalé con la mirada, ellos lo comprendieron.
—Ya veo, Naruto —asentí.
—¿Y Hinata? —pregunté acariciando a Akamaru.
—Dijo que tenía que hacer algo, pasó a una tienda de tejido —explicó Kiba.
—Oh, iré con ella, Naruto te veo luego —asintió—. Nos vemos chicos, coman bien —corrí a la tienda donde el otro día encontré a Hinata y al llegar la vi saliendo con una bolsa en sus manos.
