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—Es por eso que es bueno saber sobre Ninjutsu médico —expliqué a Moegi mientras espero a que descanse un poco.
—¿Tu aprendiste Ninjutsu médico con la Hokage? —preguntó sentada en el suelo.
—Aprendí desde antes leyendo los libros que te di hace tiempo —asintió.
—Los he leído todos y he practicado —dijo con una sonrisa.
—Que bien —se levantó y me miró.
—Estoy lista para seguir entrenando —me alejé un poco.
—¡Ahora! —Moegi corrió a mi y comenzó a atacarme con toda su fuerza.
Estuvimos entrenando durante un largo tiempo, hasta que se detuvo un poco cansada.
—Es suficiente por hoy —la sujeté antes de que cayera al suelo y la puse sobre mi espalda —. Te estás esforzando mucho.
Comencé a caminar saliendo del bosque hasta llegar a su casa, ahí di un salto y entré a su habitación por la ventana.
—Ahora debes descansar —la dejé sobre su cama y después volví a la ventana para salir.
—Hana-chan, ¿Cómo va mi entrenamiento? —me detuve y giré con una sonrisa.
—Muy bien, lo estás haciendo bien, sigue así, Moegi —salí de su casa y comencé a caminar por la aldea.
—¡Hana! —pegué un pequeño salto y me giré a mirarlo con disgusto.
—¡Asuma, deja de asustarme! —le di un leve golpe en el hombro—. ¡Kurenai! —la abracé y al separarme de ella miré su vientre enorme—. Vaya, está muy grande.
—Lo sé, yo lo hice —Kurenai golpeó a Asuma.
—¿Ya saben que será? —pregunté con mi mano sobre el vientre.
—No, esperaremos al gran día —solté un suspiro—. Estamos tan emocionados como cuando nos enteramos que Kakashi tendría una hija.