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Sakura dió la vuelta horrorizada y cubriendo su boca procurando no vomitar, yo simplemente me mantuve viendo las fotografías en shock y asco.
—Esto no es nada comparado con el campo de batalla —dijo la enfermera—. El objetivo es prepararlos para lo peor.
—Lo sabemos —murmuré.
Luego de una hora en ese lugar, salí para ir a casa y despejar mi mente de aquellas imágenes.
—Hana-san, Lady Tsunade la solicita en su oficina —solté un suspiro agotado, pero no tengo opción. Asentí comenzando a ir hacia esa dirección.
—Tía Tsunade —entré a su oficina percatandome de la presencia de Neji.
—Hana, que bueno que llegas —me sonrió—. Neji y tú tienen que entregar este mensaje a Gaara.
—Muy bien, iré a preparar mis cosas —dije para salir directo a casa.
Al llegar preparé mi mochila con lo necesario, una vez lista me dirigí a la entrada de la aldea donde ya se encontraba Neji.
—¿Lista? —asentí—. Muy bien, andando.
Ambos salimos de la aldea comenzando muestro camino hacia la de la arena.
—¿Cuánto tiempo dura el viaje? —pregunté un poco cansada ya que desde hace unos días estoy ayudando a la tía Tsunade con las cosas para la guerra.
—Tres días —solté un suspiro y seguí con el camino.
Día y medio de ida y de regreso, solo quiero descansar un poco.
Llegamos a la aldea de la arena en el tiempo que había dicho, fuimos escoltados hasta la oficina del Kazekage quien nos recibió de inmediato.
—Hola, Gaara —le sonreí entrando a su oficina, él se sonrojo un poco sin poder disimularlo—. La tía Tsunade te envía esto.
Me acerqué y le entregué el pergamino, la puerta se volvio a abrir y por ella entraron sus hermanos con unas cosas en los brazos que dejaron sobre el escritorio de Gaara.
—¡Temari! —corrí a ella y la abracé—. La última vez que nos vimos no pudimos hablar —miré a Kankuro quien soloe ve con una sonrisa.
