Type and imaginas.

Sihtric (The Last Kingdom)

-La conozco, señor. - dijo uno de ellos.
-Quién es?
-Es bruja. Erik la tenía presa. Su hermano la utilizaba para idear estrategias.
Me sacudi intentando liberarme.
-Bruja? Ahora mismo podría maldecirnos. Tenemos que matarla.
-Por qué ha venido aquí?
-Preguntemosle.
Habia 4 hombres distintos.
El que me sujetaba era quien me conocía. Era fuerte, a penas me dejaba moverme.
-Una bruja corriendo en paños menores por el bosque no tiene que ser una buena señal. - uno de ellos parecía tenerme miedo.
Intenté liberarme otra vez, pero era inútil.
Gruñi. No podía hablar, me habían amordazado. Además tenía la cabeza cubierta con un saco de tela.
-Destapala. Le preguntaremos a ella misma.
Alguien me destapó la cabeza.
Al primero que vi fue a un hombre grande, con barba y pelo corto. Tenía un cruzifijo colgando del cuello.
-Buenas tardes, mi lady.
Alargó sus manos hacia mi para quitarme la mordaza.
Jadee cuando la quitó. Había pasado horas apresada.
-Quién eres? - fue directo.
-Catriona.
-Catriona la Bruja Blanca? Lo sabía. Será nuestra perdición, señor.
-No soy la Bruja Blanca, necio.
El hombre me miró extrañado.
-Déjala explicarse, Finan.
-Gracias... Uhtred de Bebbamburg.
-Me conoces?
-Todos lo hacen.
-Quién eres?
-La Bruja Blanca era mi abuela. Falleció. Yo no soy más que una Curandera.
-Sabías eso? - le preguntó Uhtred al hombre que me sujetaba.
-Es Curandera, si. La vi curar a decenas de hombres.
Quién demonios era? No conocía su voz y no había podido verle la cara, pero él me mantenía bien sujeta, con ambos brazos además.
-Nos vendrá bien. - concluyó Uhtred.
-No me fio de la bruja.
-No vengas a mi cuando te hieran en batalla.
-Eres mi prisionera, Catriona. No te liberaré hasta que pueda confiar en tí.
Me removí, intentando una vez más, liberarme.
-Deja de moverte, mujer. - dijo el hombre que me sujetaba al mi oído.
-Osferth, átala.
El monje me ató las manos.
-Sihtric, tú la llevarás.
Sihtric. Nunca había oído su nombre.
-Caminara. Que no se te escape.
Entonces me soltó y pude verlo.
Sus ojos. Le conocía. Claro que sí. Uno de cada color.
Le había visto en el campamento. Siempre en las sombras. Excepto una vez. Estuvimos cara a cara. Sin mediar una palabra, vino hasta mi y me dio comida. Estuvo conmigo hasta que salió el sol. Sujetando mi mano.
Sentí mis piernas temblar.
En estas ocasiones quería ser como mi abuela. Imperturbable.
Nos pusimos en camino en dirección a cualquier parte. Se negaban a decirme a dónde íbamos, o donde estábamos.
Habia huido de noche, me había desorientado en el bosque y ellos me habían atrapado sigilosamente. No sabía donde estaba.
Las horas pasaban, el sol estaba en su punto más alto y casi sentía que me iba a desmayar. Estaba agotada.
Ne costaba seguir el ritmo, y de vez en cuando la cuerda daba tirones.
-Señor! - Sihtric llamó a Uhtred, adelantándose y haciendo que casi cayera.
-Que ocurre?
-Esta cansada.
-No podemos parar ahora.
-Sugiero llevarla en mi caballo.
-De acuerdo.
Los caballos se detuvieron.
-Tiendeme las manos.
Obedeci.
Con una daga corto las cuerdas, mientras que con su mano libre me sujetaba fuerte por la muñeca.
-Toma mi capa. No la necesito.
-No conocía esta faceta tan atenta de ti, Sihtric. - bromeó al que llamaban Finan.
Sihtric rodo los ojos, y sin soltarme la muñeca, dejó que me pusiera la capa.
-Sube.
El mismo me ayudó a subir a la grupa del caballo.
-Sujetate.
Me agarre a su cintura.
-Gracias, Sihtric. - susurre en su oído.
Asintió, pero no se si iba dirigido a mi o a los demás.
Retomamos la marcha.
Notaba mi corazón taladrado mi pecho.
Sihtric desprendía aroma a bosque. Llevarían días durmiendo a la interperie.
Poco a poco fui echándome hacia delante hasta que mi cabeza quedó sobre el hombro del danés. Y no pude evitar quedarme dormida.
Para cuando desperté estábamos llegando a un campamento. Una de mis manos había caído sobre mi regazo, pero la otra estaba firmemente asegurada alrededor de Sihtric por el mismo.
-Curandera.
Mire hacia mi derecha. Era Finan.
-Mi amigo puede ser muy cómodo, verdad? Siento decirte que el viaje ha acabado.
Junto a la carpa más grande nos bajamos de los caballos.
Esta vez no fue Sihtric, sino Finan quien me sujeto, con una mano alrededor de mi brazo, pero manteniendo las distancias.
-Se quedara en una carpa con lo necesario. Atada al pilar central. No podrá salir. Sólo al bosque, acompañada a hacer sus necesidades.
-Señor.
-Dime, Sihtric.
-Ofrezco mi protección a Catriona.
-Tu protección? Es una prisionera.
-Lo sé. Aún así. La ofrezco.
Uhtred pareció pensarlo.
Todos estaban sorprendidos. Incluso yo.
Sabía que el también me recordaba.
-De acuerdo. Te ocuparás de su vigilancia. Osferth te dará relevo cuando sea necesario.