Suki Waterhouse

204 5 0
                                    

Esta historia lleva un tiempo guardada en mi borrador. Fue una petición de una lectora que ha preferido mantenerse anónima.
Es la primera vez que escribo algo sobre dos chicas, y no estoy muy segura de si me gusta o no.
También, si alguien ve algo que se pueda mejorar que me lo diga para futuras ocasiones.

+18!!!!!


-Entonces, prefieres Big Hero 6 o el Gigante de acero? - escuché a Suki y a mi sobrino Josh hablar.
Ambos buscaban algo para ver en mi cajón de las películas.
Mi hermana y su marido habian salido a cenar. Era su aniversario, y obviamente no me importaba a cuidar Josh.
Así que, ahí estabmos, mi sobrino, Suki y yo.
Suki era mi mejor amiga desde el instituto, siempre habíamos sido inseparables, ella siempre había sido uno de mis mayores apoyos en todo. Recuerdo el día en el que le conté que era homosexual. Estaba desesperada y asustada por cómo reaccionaria mi familia, me aterraba contárselo. Ella me abrazó y me dejo llorar hasta que me quede durmiendo. Ahora había roto con su novio hacia unas semanas y me necesitaba.
Lo que no sabía era que yo estaba perdidamente enamorada de ella.
Cogí las palomitas y fui hacia el salón. Me senté en el sofá.
-Os ponéis de acuerdo?
-Vamos a ver Mulan. - Josh saltó a mi lado y se tapó con su manta de Spider-Man.
Suki se sentó al otro lado del niño.
A media película, a Josh se le cerraban los ojos solos.
-Tía?
-Si?
-Creo que voy a ir a dormir.
-Quieres que te acompañe?
-Tengo diez años... - rodó los ojos.
-Lo siento, machote. No me acordaba.
-Buenas noches, tía.
-Buenas noches, enano.
-Buenas noches, Suki.
El niño desapareció por el pasillo del apartamento.
-Seguimos viendo la peli, o buscamos otra?
-Sabes que nunca le digo que no a Mulan. - reí.
-Bueno, vale. - contestó ella riendo.
La rubia apoyó su cabeza en mi hombro.
Sentí como suspiraba y se agarraba a mi brazo.
-Suki, estas bien?
-Em, si, estoy mejor. Robert ha llamado hoy para que fuera a su casa recoger mis cosas.
-Y... Has ido?
Levanto su cabeza y apoyó su codo en el respaldo del sofá, junto a mi hombro.
-Si. Es raro volver a verlo. Después de todo lo que hemos pasado juntos y todo lo que lo quise.
-En pasado?
Asintió.
Maldita sea, era preciosa.
Nos quedamos en silencio. Podía sentir su respiración en mi nariz, estaba tan cerca que si me inclinaba un poco la podría besar.
El corazón me iba a mil por hora.
Su mirada cayó en mi boca unos segundos y volvió a mis ojos.
Entonces me incline y la besé.
Al principio fue una siempre presión entre nuestros labios y nos separamos, pero unos segundos después mi cuerpo se encontraba girado hacia el suyo, una de mis manos en su nuca y la otra en su pierna, y mi boca devorando la suya.
Joder! Se sentía tan bien. Nuestras lenguas chocando juntas y sus manos agarrándose fuerte a mi cintura.
Deslice mi mano por su pierna hasta colarla por debajo de su camiseta. Acaricié la piel de su espalda, entonces se apartó y se levantó de golpe.
Se me encogió el pecho.
La había cagado.
-Suki... Lo siento... Yo... No pretendía incomodarte...
-Tengo que irme, Roxanne.
-Suki, por favor.
Se estaba poniendo las zapatillas.
La seguí hasta la entrada de mi casa, prácticamente suplicando entre lágrimas para que no se fuera
-Suki, no te vayas...
-Para, Roxanne.
Y cerró la puerta detrás de ella.
Como podía haber sido tan estúpida.
Me apoyé en la puerta y sollocé.
Esto no podía estar pasando.
Enserio había tirado a la mierda la única amistad que valía la pena?
-Tía?
-Dime, Josh.
-Estas bien?
-Si, si. - me limpie las lágrimas antes de girarme.
-Y Suki?
-Se ha tenido que ir a casa. Que haces levantado, eh?
-Tenia que ir al baño.
-Ve a dormir, vale?
Asintió.
Le di un beso en la frente y lo ví irse de nuevo.
Mientras recogía las cosas, las lágrimas seguían cayendo por mi cara.
Lágrimas de impotencia.
Hasta que escuché unos toques en la puerta.
Me limpié la cara.
Camine despacio hacia ella y suspiré.
Abrí despacio y ahí estaba la rubia.
-Suki...
-Puedo pasar?
Me aparte. Una vez dentro cerré la puerta.
-Perdón por salir corriendo. Me he agobiado un poco. No lo he visto venir.
-Lo siento, enserio, me he dejado llevar.
-Hazlo otra vez.
-Que?! - estaba en shock? Si.
-Que lo hagas otra vez.
Su mirada era distinta.
Me acerque hasta que nuestros pechos se tocaban, entonces, la sujete por las mejillas y la besé una vez más.
Está vez, gimió contra mi boca, animandome a profundizar el beso.
Sus manos se acarraban fuerte a mi espalda baja.
-Vamos a mi habitación. - susurré contra su boca.
Asintió rápido y entrelazó nuestros dedos.
Pronto nos encontrábamos en la cama, besandonos desastrosamente.
Nuestras manos recorrían el cuerpo de la otra.
La empuje por los hombros hasta dejarla tumbada, abrí sus piernas y me arrodillé entre ellas, observandola por un momento. Era una maldita belleza, con los labios rojos e hinchados, las mejillas sonrosadas y  completamente despeinada.
-Estas segura de que quieres esto?
-Si.
Cuando fui a levantar su camiseta, sus manos agarraron mis muñecas.
-Nunca me he acostado con una mujer.
-Lo sé.
Le quité la camiseta y me incliné para besar sus labios, después su mejilla, y por último su cuello antes de quitarle el sujetador.
Me atrajo hacia su boca de nuevo.
Sus manos agarraron mi trasero, pegandome más a ella.
-Suki, si quieres que pare en algún momento dímelo.
Asintió.
Deslice mis dedos desde su ombligo hasta su pezón izquierdo, jugando con él mientras besaba su pecho derecho, mi mano agarrandolo desde abajo.
Despacio, lo acaricié con mi lengua para después llevarlo a mi boca y succionar con fuerza. El gemido que salió de su boca hizo que la humedad en mis bragas creciera notablemente.
-Baja la voz, Suki, mi sobrino está durmiendo al otro lado del pasillo.
-Lo siento, esto es... Diferente, excitante.
Reí un poco contra su piel y repetí mis acciones en el otro pezón.
La escuché sisear mientras mordía sus dedos.
Me aparte de su pecho y prácticamente arranque sus pantalones y bragas al mismo tiempo.
Agarrando sus rodillas, mantuve sus piernas abiertas.
Suki se apoyo sobre sus codos, tenía la respiración entrecortada.
Estaba mojada. Mucho. Y me alegraba. Había soñado mil y una veces en tenerla así. Toda para mi.
La miré a los ojos.
Ella asintió con una pequeña sonrisa.
Pasee mi dedo desde su estrada hasta su monte de Venus, recolectando la humedad.
-Estas tan mojada...
Murmuró algo incoherente antes de que empujara mi dedo hacia dentro, introduciendo hasta el nudillo.
Yo misma gemi.
Lo saqué y lo volví a meter, esta ver acompañado de un segundo.
Los moví en su interior, palpando sus paredes buscando por ese punto que más tarde utilizaría.
Se sacudió bruscamente cuando roce una zona especialmente más rugosa.
Aparté mi mano, y cuando me iba a inclinar, me detuvo.
-Espera, quiero verte.
Sonreí.
-Vale.
Levanté mi camiseta despacio. No era una persona de llevar sujetador muy a menudo, por lo que mis pechos quedaron libres rápido.
-No sabía que tenías esto.
Sus pulgares acariciaron mis pezones, adornados con unos pendientes.
Se me erizó la piel.
Sus manos bajaron al cordón de mis shorts, deshaciendo el lazo.
-Eres preciosa, Roxy.
Me sonroje y me aparte un poco para quitarme los pantalones y la ropa interior.
No podía creer que esto estuviera pasando.
-De verdad lo piensas?
-Claro, que si, tonta.
La volví a besar, cayendo sobre ella.
Se sentía increíble el contacto piel con piel.
Su cuerpo desnudo contra el mío.
Baje mis besos por su torso hasta llegar a su ombligo, donde me ocupe de chupar y morder hasta dejar una zona enrojecida que pronto sería lila.
Suki era un completo desastre bajo mis manos. Se movía de un lado a otro, gemía, agarraba las sábanas, tiraba de mi pelo.
La tenía en la palma de mi mano.
Baje un poco más y mordi la cara interna de su muslo.
Dando pequeños besito me fui acercando a su centro.
Se apoyo en sus codos y me miró.
Lentamente deslice mi lengua desde su entrada hacia arriba, parando justo antes de llegar a su clitoris.
-Roxanne...
Atrapé el nudo de nervios con mis labios, haciendo una poca de succión.
-Maldita sea. - Alargo una de sus manos hacia mi cara, apartando el pelo.
Me retire un poco para bajar de nuevo mi lengua a su entrada, donde comencé mi verdadero ataque.
Con mi mirada fija en la suya, la vi morderse el puño y apretar los ojos mientras su cabeza caía hacia atrás.
Movia la lengua de dentro a fuera, lo más profundo que podía.
Me aparte.
-Que haces? - dijo con el ceño fruncido y la mirada desconcertada.
Sin decir nada, mordi mi labio e introduje dos dedos en ella.
-Oh. Va... Vale...
-Quieres que siga?
-Si. Si paras ahora te arrancare la cabeza.
De nuevo tiró de mi para besarme. Nuestras lenguas tocandose de vez en cuando.
Empecé a mover mis dedos, de dentro a fuera, despacio.
-Más...-murmuró contra mi boca.
Se dejó caer hacia atrás.
Los empuje hacia la zona rugosa que había descubierto antes.
Su espalda se arqueó.
Apreté mis piernas buscando un poco de alivio.
Lamí su clitoris antes de meterlo en mi boca y succionarlo con fuerza. Sus muslos se apretaron alrededor de mi cabeza.
Tuve que apartarla con mi mano libre.
-Suki, no quiero morir asfixiada sin terminar esto primero.
-Lo siento. Lo siento. Sigue, por favor.
Reí y volví a mi trabajo con empeño.
Con mi boca cerrada alrededor de su clitoris y alrededores, movia la lengua furiosa por su piel.
-Joder, Roxanne, parece que lleves años sin... - empuje los dedos con fuerza sobre su punto G, provocándole un espasmo- comer.
Mantuve mis dedos dentro, casi hasta el nudillo, curvados y moviéndose contra la zona rugosa.
Le temblaban las piernas y decía cosas incoherentes. También me apretaba con sus manos y movia sus caderas en círculos contra mi boca. Estaba cerca, lo sentía.
El ritmo de su respiración se aceleró, y sus músculos se apretaron alrededor de mis dedos.
-Voy ha...
-Hazlo... Vamos, Suki... Hazlo por mi.
Volví a succionar su clitoris, chupandolo con más fuerza pero con cuidado. Y entonces se corrió. Literalmente. Salpicando mi cuello y pecho.
Y yo casi acabo también en ese momento.
Ahora sus manos sujetaban una almohada sobre su cara, donde escuchaba los gemidos opacados por el material.
Aparte mi mano, pelo seguí lamiendo entre sus labios inferiores hasta que ella misma me aparto.
Me quede arrodillada entre sus piernas, manteniéndolas abiertas y observando mi obra. Estaba enrojecida por mi asalto y brillante por sus jugos y mi saliva.
Limpie mi boca con el dorso de la mano.
Se quito el almohadón y me miró.
Reí y le di un toque en la barbilla.
-Parece que estés drogada.
Sujetó mi mano y chupó mis dedos, llevándolos tan profundo que casi tiene una arcada. Los lamió hasta dejarlos limpios.
La mire boquiabierta.
-Acabó de tener uno de los mejores orgasmos de mi vida.
Se sentó, aún con sus piernas abiertas y yo entre ellas.
-He hecho yo esto?
Con un dedo, toco la mancha húmeda en las sábanas, mientras que su boca estaba en mi cuello.
-S... Si.
Me miró a los ojos parpadeando coquetamente.
-Sabes que nunca he tocado a una mujer...
Asentí con la respiración acelerada. Su boca se encontraba justo al lado de mi pezon, mientas que sus manos subían y bajaban por mis muslos.
-Quiero hacerlo. Quiero tocarte.
-Tocame.
Su lengua salió de su boca hasta rozar mi pezon. Casi no lo sentí.
-Suki, no juegues.
Rió.
Entonces si que lamio mi pezón.
Se arrodilló, llevando su lengua por mi cuello hasta mi boca.
Era una jodida diosa.
Agarre su trasero y la pegué a mi.
-Como quieres que te toque?
-No se, no me importa, haz lo que a ti te guste,... No se... - la desesperación que tenía no se podía medir.
-Quieres que te toque como lo hago yo? Como me toco por las noches?
Gemi imaginandola.
Había llegado a un punto en el que finas gotas se derramaban desde mi vagina por mi muslo.
Alargó su mano entre nuestros cuerpos.
-Roxy, estas muy mojada- dijo, asombrada?- Por mi?
-Sabes que si, Suki. - Dije entre dientes.
Entonces empujó un dedo dentro de mi. Lo movía de dentro a fuera despacio.
-Suki... Más...
Deje caer mi frente en su hombro.
Añadió otro y aumentó en ritmo.
Se sentía tan bien...
Pero paró. Paro para llevar sus dedos, ahora completamente mojados a mi clitoris.
-Joder... - mordí la piel de su cuello. - Sigue así...
-Lo hago bien?
-No te burles, Waterhouse.
Su otra mano de rodeó. La sentí bajar por mi espalda y colarse entre mis glúteos.
Ahora dos de sus dedos entraban de nuevo en mi.
-Mierda Suki, tu te haces esto?
-No así.
Levante la mirada.
-Lo hago con el culo en pompa.
Reí un poco ante la expresión.
Le di un beso rápido.
-Hazlo así.
Me mordió el labio antes de empujarme sobre la cama.
-Te gusta que te azoten?
-Estas segura de que esta es tu primera vez?
Sin previo aviso empujó dos dedos en mi vagina.
Mordi las sábanas.
Note sus labio en mi espalda baja mientras su otra mano volvía al sitio en mi clitoris.
Repitió mis acciones anteriores, buscando mi punto G, para luego no hacerle ni caso.
-Es ahí, no? - dijo pasando sus dedos suavemente por él.
-Si.
-Bien.
-Pu... Puedes ir más rápido si quieres.
-No te haré daño?
-No soy virgen, Suki.
Sentí sus dientes morder mi glúteo derecho, fuerte. Seguro que dejaba marca. No es como si me importase.
Sus dos manos se movían en tandem a un ritmo cada vez más mayor.
Yo tenía los ojos apretados y un trozo de sabana entre los dientes.
Esto era mucho mejor que en mis sueños.
-Em, me alegro de superar tus espectativas.
Joder. Enserio lo había dicho en voz alta?
-Lo has vuelto a hacer.
Mordi mi labio.
Y cada vez sentía ese cosquilleo entre mis piernas crecer más y más.
Estaba tan cerca....
Sus dedos ahora golpeaban una y otra vez mi punto G.
El orgasmo llego con fuerza.
Gruñi cuando, casi estando en la cima, Suki quito sus manos. Levante la cabeza indignada, y cuando me gire, la vi hundir su boca entre mis gruteos. Segundos más tarde, su lengua estaba dentro de mi.
-Mmmmm... Me gusta esto. - Dijo riendo con la boca casi pegada a mi.
No hizo falta más que tomará mi clitoris entre sus labios y lo succionar a con fuerza para que acabará hecha un desastre en la cama.
Las piernas me temblaban. Cuando se tumbo a mi lado me dejé caer hacia el otro.
-Suki...
-Shh...-dijo con una sonrisa. - Eres deliciosa. - murmuró contra mi boca antes de dejarme probarme a mi misma.
La agarre por las caderas y la junte a mi.
Entrelace nuestras piernas.
La rubia alargo la mano hasta las sábanas y curbio nuestros cuerpos.
Estabamos tan cerca que nuestras narices se tocaban.
-Como estas?
-Genial. - murmuró antes de besar mi mejilla.
Tras unos minutos ahí, simplemente mirándonos, me levante y busque una toalla húmeda para limpiarnos.
También le di una de mis camisetas de pijama y unas bragas limpias.
-No prefieres dormir sin nada-dijo con una ceja enarcada.
-Lo prefiero, créeme, pero no quiero que mi sobrino me encuentre con una mujer desnuda en la cama.
Me miró extrañada.
-Creí que lo sabían
-Oh, lo saben. Pero no crees que... Bueno, no se, quiero que mi hermana me siga dejando cuidar a su hijo.
Se rió un poco.
Gatee hasta caer de nuevo a su lado.
Me sorprendí cuando Suki entrelazó nuestras manos y me besó.
-Buenas noches, Roxy.
-Buenas noches, Suki.

Desperté con un brazo en mi cintura y una respiración contra mi cuello. Me gire y la observe.
La noche anterior me parecía un completo sueño.
Acaricie su mejilla.
Abrió los ojos.
-Buenos días.
-Buenos días.
Se sentó en la cama y se estiro cuando gato.
Quería decirle que la quería.
-Desayunamos?
-Claro.
Ambas fuimos a la cocina. Enseguida Josh se levanto.
-Buenos días. Suki? No te habías ido?
La rubia y yo cruzamos la mirada.
-Si, pero era muy tarde y no había taxis. Así que tuve que volver.
Josh, convencido se sentó a su lado.
-Quieres un poco de fruta?
-Y las tortitas que estás haciendo?
-Quieres o no quieres fruta?
-Es obvio que no. - Dijo Suki riendo.
La mire con un enfado finjido.
Serví las tortitas y el sirope y me senté a comer con ellos.
Poco despues de terminar, vinieron a recoger a Josh.
Pronto, Suki y yo estábamos completamente solas, y los nervios me carcomian.
-Podemos hablar? - dijo con la voz suave después de estar un rato en la cocina, yo limpiando los platos y ella terminando su té.
Trague saliva y asentí.
-Siento si te sentiste presionada en algún momento, nunca fue mi intención.
-No me presionaste para nada.
-Saliste corriendo.
Me apoye en la bancada detrás de mi.
-No supe como reaccionar en ese momento. Luego salí, lo pensé mejor y volví.
-Que pensaste?
-Que no sería tan malo, quiero decir, eres mi mejor amiga, me alegro de que mi primera vez con una mujer haya sido contigo.
Reí con amargura.
-Que ocurre?
-No te das cuenta, verdad, Suki? No fue algo sexual para mi. Estoy jodidamente enamorada de ti! - Dije ya con lágrimas cayendo por mi cara.
-Roxy... No llores por favor...
Se levanto y se me acerco, aun que mantuvo las distancias.
-Joder, no debería de haber pasado. Fue un maldito error.
Me gire dándole la espalda.
-Es eso lo que realmente piensas? Te arrepientes? Por que yo no.
-Si. Seguiría teniendo a mi mejor amiga, por mucho que duela.
-Quien ha dicho que no me tienes?
-Todo se ha jodido, Suki!
Me agarro fuerte, incluso de forma busca y me besó.
Me tenía acorralada contra el mármol. Nos besaba os con fuerza, mordiscos y chupones por aquí y por allá.
Nos separamos las dos con la respiración alterada. Ahora yo estaba subida en la bancada y ella estaba entre mis piernas.
-Por qué has hecho eso?
-Me quieres?
Asentí.
-Dímelo.
-Te quiero.
Está vez fui yo quien la bese.
-Salgamos.
-Que? Suki, ni siquiera...
-No digas que no me gustan las mujeres, por que después de lo de anoche tengo muy claro que si.
Rode los ojos.
-Y que quieres hacer?
-No se, ir a citas y esas cosas.
-A citas, nos conocemos...
-Quieres dejar de poner pegas? Quiero tener citas contigo y ver como avanza nuestra relación y enamorarme de ti...
-Eso quieres?
-Si, quiero tener una relación con alguien que me quiera de verdad, no por mi fama o por cualquier estupidez, y tu me quieres, me respetas y me conoces como la maldita palma de tu mano.
-Eso es verdad. - susurre dejando caer mi frente sobre la tuya.
-Entonces?
-Suki, Waterhouse, aceptas tener una cita conmigo?
-Claro que si.
Reí y la bese en la mejilla.
Se abrazo a mi y escondió la cara en mi cuello.
-Roxy?
-Si?
-Em, me da muchísima vergüenza pedirte esto...
-Que quieres?
-Que nos acostemos otra vez.
La mire riendo.
-Te da vergüenza?
-No quiero sonar desesperada, pero es que fue genial... Y se que tienes más ases en la manga.
-Oh, si, claro que los tengo.
-Me los enseñas?
Salte del mármol y tire de ella hacia la habitación.
Caímos juntas en la cama.
-Espero que aprendas rápido, rubia, tengo mucho que enseñarte.
-Creo que tengo a la mejor profesora.
Juntamos nuestros labios una vez más.
Suspiré contenta.
Era alucinante.

Type and imaginas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora