Type and imaginas.

Sam Kiszka

Sam me saludo con un beso y un abrazo cuando entre al estudio.
-Que tal el día?
-Estoy agotada. - dije suspirando.
-Enseguida termino y nos vamos, vale? Siéntate ahí.
Asentí y me deje caer en el sofá, viendo como los chicos graban la canción. Sammy en el piano, y los demás en sus respectivos sitios.
Una hora después, seguía ahí sentada. Viendo como hacían el idiota.
El cansancio estaba pudiendo conmigo, y cada vez estaba más desesperada.
-Sam, habéis terminado? - pregunté viendo que no hacían nada productivo.
-No, enseguida. - dijo sin a penas mirarme.
Josh sin embargo si que parecía haberse dado cuenta.
-Estas bien, Bell?
-Perfectamente. - dije intentando no sonar borde.
Volví a mi sitio en el sofá y saque mi móvil, intentando distraerme.
Pasaron quince minutos, luego treinta y cuarenta.
-Sam. Podemos irnos a casa, estoy agotada.
-Bell, enseguida.
Rodé los ojos. Estaba que echaba chispas. Y mi novio no se daba cuenta.
Me dolía la espalda y la cabeza, pues había pasado todo el día estudiando en la biblioteca.
Díez minutos después me levante y toque el hombro de Sam.
-Sam. Enserio, son las diez de la noche, podemos irnos a casa? Estoy muy cansada.
-Joder Bell, no puedes simplemente esperar callada. - grito Sam girandose bruscamente.
-Sam! - le regañó Jake.
La respuesta nos sorprendió a todos.
-Sabes que? Que te follen Samuel. Me voy a dormir.
Quite una lágrima que había caído por mi mejilla y cogí mi mochila.
-Nos vemos chicos.
-Bell!-escuche a Sam llamarme.
Conforme cerré la puerta pude escuchar como sus hermanos le regañaban.
Sali lo antes posible del edificio, sin poder parar las lágrimas.
Sam nunca se había comportado así conmigo. Nunca me había hablado así. Nunca.
Caminaba por la calle llorando en silencio cuando un coche paro a mi lado. La camioneta roja de Sam.
-Bell. Sube.
Lo mire sin decir nada.
Estaba pálido. Arrepentido y triste.
-Belly, por favor.
Me aparte el pelo de la cara y me quite las lágrimas con la manga.
Abrí la puerta y me subí. Dejé la mochila caer en el asiento de atrás y me puse el cinturón.
No dije nada. No quería hablar con él.
Sam suspiro. Y arrancó.
Cuando llegamos a nuestro bloque, baje del coche.
Sam cogió mi mochila.
Entre al ascensor.
-Bell. - dijo él cuando ya estábamos en el pequeño apartamento. - Vamos a hablar, por favor.
-No quiero hablar contigo, Sam. No me sigas.
Cerré la puerta de la habitación y volví agarrarme a llorar.
Fui hasta el baño. Estaba horrible. Los ojos rojos e hinchados rodeados de ojeras oscuras. Estaba pálida y mi pelo era un desastre.
Abrí el grifo y me salpique la cara con agua fría.
Los restos de maquillaje se fueron rápido con un poco de jabón, pero las marcas por el sueño y el hinchazón seguian ahí.
-Bell. Puedo entrar.
-No quiero verte. - Mentí.
Lo que más quería era que Sam me abrazara y me cantara hasta quedarme dormida, pero mi orgullo era más fuerte.
Me senté en la taza y llore aún más. No podía parar. Intenté cubrir mis sollozos con la mano.
-Voy a entrar, Bell.
El pestillo no estaba echado, así que Sam solo tuvo que abrir la manivela.
Cayó de rodillas delante de mí.
Con suavidad cogió mis manos y las apartó de mi cara.
-Lo siento tanto, Belly...
Llevo mis manos alrededor de su cuello, y después, me agarró por las piernas y la espalda y me levantó.
Me llevó hasta la cama y me sento en el borde.
Beso mi sien y mi mejilla.
-Mírame.
Levante un poco la vista. Sam estaba de nuevo arrodillado delante de mí.
-Lo siento. Soy un idiota, lo sé, y se que merezco que me dejes por lo que he hecho.
Por qué decía eso?
-Que dices? - pregunté.
-Te he tratado fatal. Danny casi me mata. Soy una mierda y...
Lo bese antes de que siguiera.
-Callate. - mumrure sobre su boca.
-Lo siento.
-Esta bien.
-No, no está bien. No estás bien. Mirate. Eres un mar de lágrimas.
-Solo estoy cansada, Sammy, no es nada.
-Estas cansada y yo no lo he tenido en cuenta. Llevas semanas estudiando sin parar y yo he preferido quedarme haciendo el tonto con mis hermanos en lugar de venir contigo a casa a ver unas pelis y darnos un baño.
-Un baño no estaría mal.
-Voy a prepararlo, vale?
-Voy contigo.
Mientras Sam esperaba a que el agua estuviera en su punto, yo me quitaba la ropa.
-Cuidado.
Me ayudo a entrar a la bañera.
-Bien?
-Si.
Los vi desnudarse.
-Hazme sitio, vale?
Me aparte un poco y Sam se sentó frente a mi, tan cerca, que mis piernas quedaban alrededor de su cintura y las suyas bajo estas.
-Dejame verte la cara.
Levante la vista para encontrar su mirada triste y culpable.
Alargó la mano hasta una de las pequeñas toallas que colgaban junto a la bañera y la mojó. Con mucho cuidado y sujetando mi barbilla, limpió el maquillaje de mis mejillas.
-Mucho mejor. Me dejas que te lave el pelo?
Asentí.
Le deje hacer lo que quisiese. Solo cerré los ojos y disfrute del suave masaje.
-Eres preciosa.
Note sus labios en la mejilla.
-Lo siento.
-Deja de decir eso, vale? No pasa nada.
Me acerque más a él, le di un beso en los labios y escondí la cara en su cuello.
-Te quiero, Sammy.
Junto nuestras mejillas.
-Y yo a ti, Belly.