Sihtric.

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+18.

(Contiene spoilers de la temporada 3)



-Finan, que ocurre? - dije desmontando mi caballo.
Finan me miró triste.
Dudo unos segundos antes de abrir la boca.
-Sihtric se ha ido.
-Como que Sihtric se ha ido? A dónde? Cuando vuelve?
Finan tomo aire.
Su cara me hizo temer lo peor.
-Ha traicionado a Uhtred. Esta mañana no estaban ni él ni los prisioneros.
Jadee con los ojos llenos de lágrimas.
Aquello que primero me había llamado la atención de Sihtric cuando me uní al grupo fue su inmensa lealtad a Uhtred. Nada de esto tenía sentido.
-Que? No puede ser. Él no...
-Sabes que esta cansado por lo de Skade... Le plantó cara a Uhtred, le retó, pero Uhtred se tenía que ir. Él lo amenazó. Si a su vuelta seguía aquí, lo mataría.
-Pe...pero...
Finan se acercó y me abrazó.
Sihtric. Mi Sihtric, se había ido. Sin siquiera esperar para despedirse de mi.
Temía no volver a verle nunca. O en caso de hacerlo, que fuera en el campo de batalla. No sería capaz de matarlo. Pero ahora dudaba que el si pudiera hacérmelo a mi.
También me aterraba el hecho de que ahora una persona a quien debía considerar mi enemigo conociera cada una de mis debilidades, las de Finan, Uhtred, Osferth...

Habían pasado los días, pero yo seguía destrozada. No conseguía hacerme a la idea de que él ya no estaba. Que nos había traicionado. No sólo a Uhtred, también a los demás, sus amigos, su familia.
Estábamos escondidos en el bosque cuando Osferth susurró:
-Es Sihtric.
Todos nos giramos en su dirección.
Efectivamente, era Sihtric.
Caminaba hacia nosotros decidido.
Uhtred se enderezo.
Todo el aire se volvió tenso.
Sihtric desenfundo su espada, apuntandola hasta Uhtred.
-Rindete.
Uhtred, muy despacio, levantó las manos y dejó caer su espada
Que demonios estaba pasando aquí?
Entonces Uhtred y Sihtric se abrazaron riendo.
Finan, Osferth y yo nos miramos confusos.
Pero pronto Uhtred y Sihtric explicaron que había sido un plan para infiltrar a Sihtric en el campamento. Debían hacerlo lo más creíble posible, por eso no dijeron nada.
Finan y Osferth abrazaron a su amigo contentos de que todo hubiera sido una treta.
Vi a Sihtric mirarme y dar un par de pasos hacia mi.
Yo no podía abrazarlo. No quería hacerlo. Estaba enfadada y llena de rabia.
Ni una nota o un mensaje. Yo también era espia sabía mantener un secreto.
Lo mire con disgusto. Pude ver sus ojos tristes y su boca abrirse para hablar, pero no le deje decir nada. Me di la vuelta y camine en dirección contraria.
Quería llorar y gritar.
Me dolía demasiado. Pensaba que estábamos juntos en todo.

Odiaba a esa mujer. Odiaba que Sihtric se hubiera tenido que marchar por ella. Odiaba a Uhtred por no matarla de una vez por todas.
Estábamos sentados. Cenando. Sihtric había intentado hablarme varias veces. Pero me negaba a darle un segundo de mi tiempo.
-Liv, vamos. Mira que ojos te pone. - Finan me empujó un poco.
Sin levantar la vista de mi plato gruñi.
-No es asunto tuyo, Finan.
Sihtric dio un golpe en la mesa, haciendo que todos lo miraramos sorprendidos. Él era tranquilo y discreto. Nunca llamaba la atención.
-Me he intentado disculpar varias veces, Liv. Que más quieres?
Apreté la mano alrededor de mi cuchara mirándolo fijamente.
Sabía que todos estaban atentos a mi respuesta. Habían intentado varias veces que hablara con él.
-Mirala, callada. Para que montas el espectáculo? No eres más que...
Sin pensarlo lance la cuchara de madera hacia Skade, haciendo que le rozara la cabeza.
Uhtred la sujeto para que no se levantara de la mesa.
-Todo esto es culpa tuya... - gruñi señalandola con el dedo.
Tome aire y miré a Sihtric.
-Y tú. Me prometiste que seríamos uña y carne. Que nunca nos separariamos. Que nos contaríamos todos y que confiabas en mi. Y no pudiste esperar unas horas. Un día. Sabías que volvería a la mañana siguiente. Llegué aquí después del alba. Pero ya te habías ido. Sin una nota. O un mensaje. Nada! - golpeé la mesa. Las lágrimas amenazaban con salir.
Sabía que esto estaba mal.
Sihtric tenía un juramento con Uhtred y tenía que cumplirlo. Pero también tenía otro conmigo. Uno mutuo.
-Liv... Es... Era parte de la misión. No podía enterarse nadie...
-Cuántas veces hemos espiado juntos para Uhtred?! Sabes que soy una jodida tumba, Sihtric. - había llegado al punto en el que estaba gritándole a la cara.
Todos a nuestro alrededor estaban callados, sin saber que hacer o mirar.
-Se lo juré a Uhtred.
Jadee sorprendida.
Mire a Uhtred y de nuevo a Sihtric.
-Pensaba que yo era lo que más te importaba. O acaso eso también es mentira? Eh. Romperias tu juramento conmigo por Uhtred?
Sihtric no dijo nada. Y esa fue la gota que colmó el vaso. Me di media vuelta y me dirigí al exterior.
-Liv espera!
Me intento agarrar de la muñeca, pero como acto reflejo, le di una bofetada. Se quedó sorprendido, jadeando y mirándome a los ojos.
Cerre la puerta del salón con fuerza. Quería dejar claro como de mal me sentía.
Para mí él lo era todo. Mi compañero de batalla, mi amante, mi alma gemela. Tanto tiempo viajando y cumpliendo juntos todo lo que Uhtred nos pedía nos había hecho inseparables. O eso era lo que yo creía.
Pude escuchar, al pasar junto a una ventana, la conversación que tenían.
-En serio no has podido contestar? Esta destrozada. No soy el más indicado para dar consejos Sihtric, pero amigo mío...
-Sihtric, yo hubiera dado la vida de cualquiera de nosotros para salvar a Gisela. Y se que tú harías lo mismo para salvar la de Liv... Por qué no vas a buscarla y...
No quise seguir escuchando. Me fui en dirección a la cabaña que ambos compartíamos, esperando con todas mis fuerzas que él no apareciera. Estaba en un estado lamentable y no quería que me viera así. Tampoco sabía si podría mantener las formas.
Entré a la cabaña y encendí el fuego haciéndome un ovillo entre unas tupidas mantas, sentada en un taburete frente la chimenea.
Había llorado tanto de camino a la casa que tenía hasta hipo.
Escuche la madera en el exterior crujir y unos segundos después la puerta abrirse.
Era evidente que vendría. Haría cualquier cosa que Uhtred le pidiera.
Mirándolo disimuladamente lo vi dejar unos troncos en el suelo y echar unos pocos más al fuego. Hacía mucho frío.
Seguidamente se quito la capa y suspiró.
-No se por donde empezar.
No dije nada. Me escondí entre la lana.
-Daría mi vida por ti.
-No lo parece. - murmure.
-Liv, te lo pediré las veces que haga falta. Perdoname, por favor.
Negué con la cabeza.
Cayó de rodillas delante de mí.
Lo amaba tanto...
Intentó tocar mi cara, pero no le dejé.
-Me traicionaste, Sihtric. No es tan sencillo.
-Era...
-Ya. Era parte del plan. Pero. Acaso no confías en mi?
No dijo nada. Yo sabía bien que no era un hombre de muchas palabras, que era leal y rara vez mentía. Pero era justo ahora cuando más necesitaba que hablara.
En vez de decir nada, me besó.
Mi cerebro me decía que parara, que me resistirá. Seguía muy enfadada con él.
Pero mi cuerpo no respondía a sus órdenes.
Le seguí el. Beso deslizando mis manos por su cara hasta su nuca.
Sihtric, callado fuera, pero dominante dentro, rápidamente se hizo con el control de la situación, sujetandome fuerte con sus manos y haciendo que me levantara.
Entre besos me guió a la cama y pronto estábamos desnudos bajo las pieles.
Nuestros cuerpos estaban sudorosos. Sihtric jadeaba con cada embestida de sus caderas, y yo me tenía que morder la mano para no gritar. Se sentía genial, demasiado bien. Tanto que había momentos en los que olvidaba que estaba enfadada con él. Sihtric era mi hombre y lo quería demasiado.
Y me estaba tratando tan bien que casi me daban ganas de perdonarlo.
Con sus labios saboreando mi cuello y sus dedos ocupándose de mis pechos, Sihtric me hizo llegar. No lo pude evitar, su nombre se escapó de mis labios.
Me dio un beso largo y profundo, mientras él mismo, con su mano, llegaba a su extasis, terminando sobre mí vientre.
Me permití acariciar su mejilla. Donde le había golpeado. Debía confesar que de aquello sí me arrepentía. No se lo merecía.
Cuando huimos recuperado ambos la respiración, me dio un beso en el hombro. Intento darme otro en los labios, pero le rechace. Entonces suspiró y se levantó a por tela y agua para limpiarme.
Una vez lo hubo hecho, me hice una bola, agarrada a mis piernas.
La euforia se empezaba a pasar y de nuevo tenía ganas de llorar.
Sabía que él pensaba que la discusión había acabado. Otras veces sí que había funcionado. Pero el sexo no iba a ser suficiente esta vez.
Sin molestarse en vestirse se acercó a avivar las llamas.
Era tan precioso que me daba rabia. No podía estar enfada con él si se veía así de bien.
Me tape con las pieles y lo observé. El también estaba tapado con las mantas que yo tenía antes, mirando el fuego. Estaba serio, más de lo normal.
-Liv.
No le conteste, pero el sabía que lo estaba escuchando.
-Eres en quien más confío. Quien más me conoce. Por eso no dije nada. Pensé que sabrías que yo nunca sería capaz de algo así.
Tarde un poco en poder contestar, tenía un nudo en la garganta y la voz casi ni me salía.
-Lo pensaba. Pero no estabas. Te habías ido de verdad. Con nuestros enemigos.
Me miró. Estuvimos mirándonos un buen rato.
-Eres lo más preciado que tengo, Sihtric. No hay nadie en mi vida que me importe más que tú. Conoces todos mis secretos y mis debilidades...
Sihtric se levanto y camino hacia mi, inclinándose al lado de la cama.
-Sabes que nunca le iría de verdad.
-Lo hiciste...
Me limpió un lagrima.
-No era de verdad. Cada noche en el campamento pensé en ti. En tus besos y en tus caricias. Queria volver, pasar la noche contigo y escapar antes de que todo el mundo despertara.
-Para mí si fue real, Sihtric. Te habías ido.
-Estoy aquí. Contigo. En nuestra casa.
Cerré los ojos.
Él me acarició el pelo y me dio un beso en la frente.
-Te amo.
-Lo hubieras hecho si hubieras sabido que esto iba a pasar?-era mi mayor duda. Si sabiendo el daño que me había causado, lo harí igual.
-No. Nunca. Cuando nos reencontramos en el bosque y me miraste... Se me cayo el alma a los pies. Pensaba que tú si sabrías que era mentira. Que me felicitarias. Solo pensaba en eso.
Abrí los ojos y lo mire.
-En serio?
-Lo juro sobre el martillo de Odin. Y que me parta un rayo si rompo esta promesa. Nunca te haré daño, Liv. Te amo como a nada en el mundo.
Entre lágrimas sonreí. Le creía. Siempre lo había hecho. Y aunque había estado furiosa con él, me había dejado claro que realmente lo sentía.
-Lo hiciste bien, Sihtric. Muy bien. Buen trabajo.
Sujete su cara con una mano y lo besé con cuidado.
Él sonrió y al separarnos suspiro tranquilo.
-Pensaba que te había perdido.
Paso por encima de mi para meterse bajo las pieles. El calor que desprendía su cuerpo desnudo me hizo acercarme todo lo que pude a él. Recoste mi cabeza en su pecho y me abrace con fuerza a su costado.
-No vuelvas a asustarme así, idiota.
-No lo haré.
Enterró una mano en mi pelo y empezó a hacerme caricias. Sabia que era el truco perfecto para ayudarme a dormir.
-Te amo, Sihtric.
Dije antes de que el sueño me atrapara lentamente entre los brazos de mi amado.

Type and imaginas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora