Type and imaginas.

Sam Kiszka

Margaret cambio el objetivo de la camara y levantó la vista hacia su modelo.
Hoy era el turno de Sammy.
Después de años de amistad con los chicos, la habían convencido para hacerles fotos.
Había decidido dejar a Sam el último. Se ponía demasiado nerviosa cuando estaba con él.
-Bien. Siéntate en el taburete. Y arreglate el pelo a tu gusto.
-Así? Que te parece?
Sam dejo caer su melena castaña sobre sus hombros y la miró sonriente.
-Perfecto.
Margaret le devolvio la sonrisa y apunto con la cámara.
Sam se veía fantástico. Llevaba una bonita camisa estampada y unos pantalones granate. Como de costumbre staba descalzo. Un enorme collar adornaba su pecho.
Tras tomar varias fotos de distintos ángulos se acercó.
-Gira la cara hacia la izquierda, eso es, y mira hacia aquel jarrón.
Sammy obedeció.
Tenía un perfil exquisito.
-Te parece ahora sentarte en el sofá?
-Tu eres la profesional, dime que hacer.
-Siéntate ahí, sobre el brazo, las piernas un poco separadas. Y las manos colgando. Relaja los hombros.
Tomó un par de fotos más.
-Puedo coger el bajo?
Sam asintió.
Margaret, con mucho cuidado puso el bajo tumbado en el sofa. El mástil apuntando hacia su dueño.
Se acerco, quería tomar la foto haciendo que Sam mirara hacia arriba.
-Ahora mírame.
Lo hizo.
-Estas muy mona cuando te concentras.
Sam también estaba nervioso. Los chicos prácticamente le habían obligado a que diera el paso. Sabían que los dos se gustaban.
-No es verdad. Mira hacia otro lado. - Margaret cambio rápido de tema.
-Así?
Margaret siguió tomándole fotos en el sofá, en el piano...
-Puedes recogerte el pelo?
Mientras Sam se hacia el moño, ella arreglaba todo a su gusto.
-Puedes tocar?
Sam empezo a tocar el piano, y Margaret centro el objetivo en sus manos.
Había fotografiado su cosa favorita de cada uno. Los ojos de Danny, el pelo de Josh, la sonrisa de Jake y las manos de Sam.
Cuando apartó la vista de la camara, Sam la miraba.
-Que pasa?
-Nada, no pasa nada. - sonrió el un poco sonrojado.
Margaret se apartó un poco.
-Siéntate en el sillón de ahí, con el bajo, por favor.
-Claro. Quieres que toque?
-Si, estaría bien.
En los siguientes minutos, Margaret tomo menos fotos de las que debería.
Estaba embobada viendo a Sammy. La forma en la que la música fluía a través de él. Como sus ojos estaban cerrados la mayoría del tiempo.
Se le ocurrió algo.
-Sam, deja el bajo a un lado. Puedo arreglarte yo?
El muchacho asintió, sin saber bien que iba a hacer.
Cuando la vio acercarse casi sale huyendo.
Margaret, con las manos temblorosas agarró la camisa de Sammy y quito los botones, uno por uno. Después, le soltó el pelo, deslizando sus dedos por él. Lo dejo levemente alborotado.
Sam prácticamente no respiraba.
Ella temblaba.
-R... Recuestate un poco.
Sam trago saliva y se echó hacia atrás.
Se veía jodidamente bien.
Tengo que acabar pronto.
Pensó Margaret.
-Que hago?
-Solo mírame.
La mirada de Sam era intensa. Directa hacia el objetivo.
-A quien es más fácil hacerle fotos?
-No lo sé, me siento bastante cómoda con todos vosotros, la verdad.
-Pero no hay ningún favorito?
-Quieres que diga que eres tú? - bromeó.
Sam se puso colorado.
Margaret pensó que era adorable.
Tomó alguna foto más, centrandolas en el collar que adornaba su pecho.
-Bien, creo que ya hemos terminado.
Rápidamente se giró para guardar las cosas rápidamente. Quería irse lo antes posible.
-Ya?
-Si. P... Por que?
-No lo sé. Me ha gustado que me hagas fotos, eres muy profesional.
Sam estaba detrás de ella.
-Puedo ver alguna?
-Si claro que si.
Margaret sujeto la cámara mientras Sam se asomaba por encima de su hombro.
Había salido guapísimo en todas.
Él había visto otros trabajos de Margaret, pero estaba asombrado, eran realmente buenas.
-Son increíbles, Mags. - Dijo susurrando.
Ella se sonrojo.
Sam estaba justo en su espalda, casi tocandola.
A él le llegaba el suave aroma de cítricos de su cabello. Se sentía casi mareado, quería tocarla, y besarla.
Los chicos lo habían convencido de que a ella también le gustaba él. Y era cierto que había visto gestos que indicaban que si.
-Me alegro de que te gusten. Quieres ver las de los... - Sam, sujetandola por la cintura, la hizo girar- chicos.
-En otro momento, vale?
Sam estaba decidido, la iba a besar.
Le quito la cámara y la dejó en la mesa.
Margaret no sabía que hacer o donde mirar. Una de las manos de Sam seguía en su cintura, y la otra había ido a parar al lado de su cuello.
Cerró los ojos y dejó caer sus propias manos en el pecho de Sam. Piel con piel.
Sammy se inclinó.
Sus labios entre abiertos y sus respiraciones mezclándose.
Se mantuvieron así unos segundos, con los ojos cerrados y el corazón latiendo rápido.
Fue Margaret quien cerró el espacio entre sus bocas.
Sam suspiró.
Llevaba tiempo esperandolo.
Al principio, los besos no eran más que presión entre sus labios.
Sammy la sujeto por la nuca profundizando el beso.
Margaret se acarició su pecho, llevando las manos hasta la cintura del muchacho.
Había imaginado mil veces besarlo, pero no pensó nunca que iba a ser así. Los labios carnosos del muchacho se sentían increíbles.
Se separaron y se miraron.
-Me gustas.
Margaret parpadeo un par de veces pensando si había oído bien.
-Te gusto?
Sam asintió. Se sentia bien decirlo.
-Bueno, tu me gustas a mí.
-Eso está bien, no?
-Si, creo que si.
Sam dejo el pelo de Margaret caer detrás de sus hombros, quedando su cuello libre. Cuando sus labios hicieron contacto con la piel de este, el sonido que escapó de la boca de ella lo animó a seguir.
Besaba y mordía allí por donde pasaba. Quedarían marcas, estaba seguro.
Mientras tanto, Margaret permanecía con los ojos cerrados y las uñas clavadas en los costados de Sam.
Gimió cuando mordió una zona más sensible.
Sammy volvió a llevar los labios a los de ella, besandola con pasión.
Margaret casi arrancó la camisa de los brazos del muchacho.
Entonces, Sammy enganchó sus dedos en el borde del pantalón de ella.
-Puedo? - murmuró son re sus labios.
-Si.
Le ayudó a quitarse los pantalones, y cuando estos ya estaban tirados en el suelo de la habitación, la agarró por las piernas y la subió a la mesa.
A Margaret le dio la risa. No lo esperaba. No esperaba nada de esto. No esperaba que Sam se le declarara o que la besara.
-Que pasa? - dijo él sonriendo.
-Todo esto. Me parece surrealista. - dijo Margaret jugando con el collar de Sam.
La sujeto por la barbilla y la besó, despacio, quitándole lo último que quedaba cubriendo su cuerpo despacio.
Margaret, mientras besaba el hombro de Sammy, abrió sus pantalones y los dejó caer.
Solamente su ropa interior los separaba.
El muchacho deslizó sus manos por los muslos de ella.
-Nunca lo he hecho así. En una mesa. - dijo con las mejillas rojas.
-Yo tampoco.
-Bueno... Entonces... Estoy nervioso. Joder. Estoy nervioso.
Margaret lo besó en la mejilla.
-Yo también.
-Podemos parar si quieres, Mags.
-Tu quieres parar?
-No, pero...
Lo besó.
Sam pareció relajarse.
Se besaron durante unos minutos, muy despacio y con suavidad.
La mano de Sam se coló entre sus cuerpos, acariciandola donde más la necesitaba. Estaba mojada. Lo había estado todo el rato. Era el efecto que Samuel tenía.
Margaret gimio, lo que animó a Sam a aumentar el ritmo.
Sus manos eran expertas. Margaret había soñado cientos de veces con ellas, verlo tocar el bajo era frustrante.
-Más, Sam.
-Quieres más?
-Te quiero a ti.
-Creo que eso puedo hacerlo.
Se alineó en la entrada de ella y empujó despacio.
Los dos suspiraron. Se sentía tan bien. Tan real.
Sam espero un poco antes de moverse, empezando despacio pero yendo cada vez más rápido.
Margaret se agarraba a sus hombros como si su vida dependiera de ello.
Le mordió en el cuello y Sam gimió.
Sam la agarró con una mano del trasero, acercandola más al borde de la mesa, pudiendo así embestir mas profundo.
-Oh mierda... - Margaret quería llorar. - Más rápido, Sam.
-Tocate, Mags.
Los movimientos de Sam se volvían erráticos. Su cara se contorsionaba, como cuando tocaba el bajo, con los ojos cerrados y la boca entreabierta.
Margaret lo besó.
-Estoy muy cerca, Margaret.
Ella deslizó sus dedos hasta su clitoris, acariciando se con movimientos rápidos.
Cerró lo ojos y arañó la espalda de Sam, besando lo de nuevo.
-Sammy... Joder...
Margaret terminó primero, se dejó caer sobre su espalda en la mesa.
Sam la acarició desde su cuello hasta las caderas, dond el a sujeto fuerte para alcanzar su propio orgasmo.
Ella gemía y lloriqueaba.
-Oh joder - en el momento justo, Sam se apartó, terminando en el abdomen de ella.
Cerró los ojos y la besó.
Entonces se dio cuenta.
-Mierda, lo siento, lo siento, voy a por papel.
Margaret se rió sonrojada. Alargó un poco su mano hacia el bolso, también el la mesa y le dio un paquete de pañuelos.
-No pasa nada.
Sam la limpio con cuidado.
-Perdona por eso, ha sido un poco asq...
-Shh.
Margaret lo sujeto por las mejillas y lo besó.
Sam cerró los ojos y la abrazo por la cintura, disfrutando del beso.
Ambos se encontraban algo intoxicados por lo que acaba de pasar, todo alrededor se movía despacio.
Al separarse, Sammy dejó caer la frente en la de Margaret.
-Eres algo así como mi novia ahora?
-Si, no? Supongo.
-Bien, bien.
Le dio otro beso y se agachó para recoger la ropa.
Cuando estaban a medio vestir la puerta se abrió.
-Habéis terminado?
-Vete de aquí, Josh.