Type and imaginas.

Sihtric.

-La quiero de todas formas! - dijo Sihtric mientras se iba sonriente en busca de su esposa.
Finan rio, pero yo le di un codazo.
-No deberías bromear con eso.
-Por qué?
-Porque seguramente sea verdad, Finan. - dije mirándolo triste.
-Ya... Bueno. No hay nada que nosotros podamos hacer.

Era casi media noche y Osferth, Finan y yo seguíamos en la taberna. La puerta se abrió y entró él. En su cara pudimos ver que algo no iba bien.
-Te lo dije. - le susurre a Finan.
Sihtric camino con pasos pesados hacia nosotros y se sentó al lado de Osferth, pidió una cerveza y se frotó la cara con las manos.
Ninguno de los tres dijimos nada.
-No me quiere de vuelta. Se acabó.
Osferth le dio una palmada en el hombro.
-Debi de haberlo imaginado. Me lo merezco.
-Eh, no... - le cogí la mano. - No te mereces algo así. Estas cosas pasan, Sihtric.
-Es... O era mi mujer. Debía haberla cuidado. Y a mi hijo. Pero no. Estuve meses fuera y merezco que esto pase.
Apreté sus dedos.
-Estabas cumpliendo tu deber. Nuestro trabajo es mantener a toda esta gente a salvo, entre ellos Ealswith y tu hijo.
Me miró y suspiró.
-Dale tiempo, tal vez cambie de idea. - dijo Osferth.
-No me quiero hacer ilusiones. Quiero seguir adelante.
-Y tu hijo? - preguntó Finan.
-Dice que puedo verlo cuando quiera. Es mi hijo y no puede quitármelo.
Sihtric soltó mi mano y se bebió la cerveza casi de un trago.
-Quiere que vivamos nuestras vidas de formas separadas. - dijo con los ojos llenándose de lágrimas.
Fue una noche larga. Sihtric bebió demasiado y a la hora de irse casi no se tenía en pie. Uhtred había pagado una posada para nosotros cuatro y el camino hasta ella fue difícil. Finan y Osferth lo cargaban con dificultad.
Cuando conseguimos llegar, cayó dormido en la cama. Estaba derrotado.
-Pobre. - dije cubriendo lo con una manta mientras Osferth le quitaba las botas. - Tiene un gran corazón.
-Si. - dijo el monje. - Es una pena. Era muy feliz con ella.
Lo dejamos dormir y fuimos nuestros respectivos cuartos. Iba a ser duro.

-Como estas? - dije viéndolo aparecer a la hora de la comida. No llevaba la armadura ni la capa, y eso que hacía frío.
-He estado mejor.
-Te traeré comida. - dijo Osferth.
Sihtric se dejó caer a mi lado.
-Me duele la cabeza.
Le pase mi jarra de cerveza.
-No me dejes beber tanto, Eve.
-Tranquilo.
-Sabes cuando nos iremos?
-No. Quieres irte?
Asintió.
-Podemos pedirle a Uhtred que te mande de vuelta. Seguro que hay algo que hacer allí.
Negó.
-Esperaré si es así.
Osferth le puso comida delante, pero el no la tocó en un largo rato.
-Sihtric. Tienes que comer. - dije acercándole más el plato.
-No quiero.
-Come. - dije mientras me levantaba del asiento. - Yo me voy a ver a Heirich. Vigilalo Osferth. Que no haga ninguna tontería.
-Lo intentaré.
-No soy un niño.
-Lo sé. Pero a veces necesitamos que cuiden de nosotros, Sihtric. - Aparte el pelo de la frente y le di un beso ahí. -Nos vemos luego. - y puse camino a la herrería de Heirich, con quien me llevaba viendo desde hacía meses.
Heirich era conocido en la ciudad, el mejor herrero se podía decir. Era fuerte, atractivo y carismático y sin duda me gustaba. Había empezado con pequeños piropos cada vez que iba a que me afilara las armas, los piropos pasaron a caricias y ahora cada vez que venía a Winchester acababa en su cama.

-Eve. Ven aquí.
-Claro, señor.
-Ese Heirich.
-Si.
-Que es para ti?
-Pues... Me gusta, señor. Por qué lo dice?
-Me ha pedido tu mano.
Lo mire sorprendido mientras escuchaba los jadeos de mis compañeros.
-En serio?
-Si, claro.
-Vaya...
-Que dices?
-Pues no lo sé, señor. No lo esperaba.
-Por?
-Bueno. El vive en Winchester, y yo claramente no. No esperaba que llegara tan lejos.
-Le he dicho que la decisión es tuya, no mía. Si quieres casarte con él, adelante. Pero tardaremos meses en volver.
Asentí.
-Gracias, señor.
Uhtred me hizo un gesto con la cabeza.
Me mantuve callada todo el camino. Sentía algo en mi estómago y no sabía que. No estaba acostumbrada a que alguien tuviera tanto interés en mi. No podía evitar sonreír un poco, aunque no quería que se me notara.
-Eh! Esta noche invitas tu. - dijo Finan alcanzandome desde su caballo.
-Claro, Finan. - reí.