Short: Danny Kiszka

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Había llegado. Después de tanto tiempo esperando tenia a mi pequeña en brazos.
No había sido fácil. Danny y yo éramos muy jóvenes. Él había estado de gira la mayor parte del embarazo.
Ahora estábamos en la habitación del hospital.
Mi madre y Lori no paraban de hacerse fotos con su nieta.
Había nacido la noche anterior, exactamente a las 12 y media.
Danny estaba sentado en una silla en la esquina de la habitación. Había estado muy serio todo el día. Y casi no se había acercado a la niña.
-Cariño, estas bien?-dijo mi madre sentándose a mi lado.
-Si, solo estoy cansada.
Había sido un día largo, los chicos habían venido con sus padres. Todas mis amigas habían venido a verme. No habíamos estado solos en todo el tía.
-Pues nos vamos, tenéis que descansar y estar tranquilos.
-Si, tienes razón. - dijo Lori.
Se giro hacia Danny, y le hizo un gesto para que tomara a la niña.
-Dásela a Heather, tendrá hambre.
Frunci el ceño mirándolo directamente a los ojos.
Que demonios le pasaba?
Miró hacia otro lado.
Lori me dio a la niña y besó mi frente, recordándome lo muy orgullosa que estaba de mi.
Pronto, nos habíamos quedado solos.
El seguía en la silla, mirando en su móvil. Se veía triste. Como si no quisiera nada de esto.
-Daniel.
La niña estaba acurrucada en mi pecho, cubierta con su manta. Yo le acariciaba la espalda.
-Dime.
-Estas bien?
-Claro que si. - sonrió un poco.
Suspiré.
Odiaba verlo así.
-Danny, se que te pasa algo, que ocurre?
-Nada, enserio.
-Ven aquí, por favor.
-La enfermera...
-Coge a la niña, Danny.
-Pero si esta tranquila...
-No la quieres?-dije con los ojos llenos de lágrimas. Tenía las hormonas revolucionada y la situación empezaba a superarme. - Es eso, verdad? Quieres seguir con tu vida. Nosotras somos solo una carga.
Las lágrimas ya caían por mis mejillas.
-Que? No, no, no. No digas eso.
-Que te ocurre entonces!?
La niña sollozo.
-No, no, pequeña, lo siento. No pasa nada, shh.
La moví en mis brazos, acariciando su mejilla.
Cuando conseguí que se calmara, limpie mis lágrimas.
Danny estaba de pie en el centro de la habitación, tenía las manos en las caderas. Miraba el suelo y mordía su labio.
La pequeña cogió mi dedo. Era la primera vez que lo hacía. Reí un poco entre lágrimas, llamando la atención de mi novio.
-Heather, yo...
-Ven y siéntate con nosotras por favor.
Danny se acercó despacio.
Le tendí mi mano y el la tomó.
Se sento en el borde de la cama.
-Puedes contarme que te pasa?
-Tengo miedo. Y si se olvida de mí cuando vaya de gira?
-Eso no va a ocurrir, Danny. Yo no voy a dejar que ocurra. Podremos visitarte. Hablaras con ella todos los días.
Acaricié su mejilla, sintiéndome mucho más aliviada.
-Entonces no quieres dejarme?
-Claro que no.-Dijo él.
-Quieres cogerla?
Danny negó rápido, sus ojos muy abiertos.
-Y si le hago daño?
-Como le vas a hacer daño?
-Mis manos. Son muy ásperas. Y ella es muy pequeña.
-No le vas a hacer daño, cogela por favor. Llevo todo el día esperando a que lo hagas, Danny. Es tu hija.
Danny suspiro y se sento a mi lado, hombro con hombro.
Yo misma le pase al bebé.
Con un cuidado máximo, la acomodo entre sus brazos.
Era un contraste increíble.
Los grandes brazos de Danny y el pequeño cuerpo de la niña.
Me apoye en su hombro.
-Ves? Todo está bien.
Acaricié la cabecita de la niña, cubierta por una capa de pelo negro como el de su padre.
-Todo está bien. - susurro mirándola. - Perdón por haber estado así.
Me miró inclinándose un poco.
-Me has asustado mucho.
-Os quiero muchísimo. A las dos.
Volvió a mirarla a ella.
Le di un beso en el hombro.
-Todo irá bien. - susurré.
La pequeña se movió, estirando sus manecitas.
Danny levantó un poco la suya, y ella cogió el pulgar.
-Como vamos a llamarla? - Preguntó.
-Mmmmm. Ni cómo mi madre ni cómo la tuya.
-Margaret?
-Michelle?
-Michelle? Como la canción de los Beatles?
-Si, te gusta?
-Me encanta.
Bese la frente de la niña.
-Hola, Michelle.
-Estas cansada?
-Mucho, es agotador.
-Voy a dejarte dormir... - Intento levantarse, pero lo sujete.
-Quédate conmigo.
Danny se volvió a acomodar, Michelle ahora tumbada en su pecho. Yo me abrace a él.
-Te quiero, Danny.
-Y yo a ti. Y a ti pequeña.
La niña cerró los ojitos y pronto se quedó dormida.
-Nunca he sido tan feliz, Heather.
Bese sus labios.
-Yo tampoco, Danny.

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