Short: Jake Kiszka.

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Estaba nerviosa. Preparando la cena con un nudo en el estómago.
Hacia más de una hora que Jake tenía que haber vuelto. No cogía el teléfono, no daba señal.
Jake siempre avisaba si iba a llegar tarde, no era normal esto.
Me daba miedo que de vuelta a casa le hubiera pasado algo.
Justo cuando terminaba la cena, escuche la puerta y un "He llegado".
-Jake! Donde demonios estabas?
Cuando salí de la cocina lo vi empapado, con los pantalones y las botas manchados de barro y sosteniendo algo en sus brazos.
Era su chaqueta.
Su pelo estaba tan mojado que goteaba al suelo.
-Jake! Que te ha pasado?
Me acerqué a él asustada.
-Venía de camino y he visto algo en la carretera. He tenido que parar. No podía dejarlo ahí con la que está cayendo. Luego he ido a comprarle algo para comer.
-De qué hablas? Para comer? Que tienes ahí?
Conforme me acerque, Jake destapó lo que cargaba en su chaqueta.
Me cubrí la boca con las manos para no chillar.
Jake tenía un gatito, de color pardo, empapado, sucio y temblando.
Conforme lo vi alargue las manos hacia él.
-Pobrecito. Esta helado. Vamos a secarlo. Tú te tienes que secar también, te vas a resfriar.
El pequeño gato me miró asustado cuando lo saque de su refugio en la chaqueta mojada.
-No pasa nada, pequeñín, vamos a ayudarte, vale?
Jake me dio un beso en la mejilla.
Mientras él se daba una ducha yo limpiaba al pequeño animalito, que a veces maullaba cuando lo acariciaba.
-Voy a prepararle un biberon.-dijo Jake poniéndose un pantalón de pijama.
-En serio has comprado leche para gatos.
Jake asintió con las mejillas sonrojadas.
Yo, con el pequeño escondido en una manta, lo observaba sentada en la encimera.
-Donde lo has encontrado?
-Al salir de la carretera. Habían atropellado a su madre. - dijo poniéndose serio.
Mire al gato con pena.
-Pobre animalito.
El bebé me miraba con esos ojos tan grandes y oscuros que tenía.
Siempre me habían gustado los gatos.
Jake y yo nos mudamos al sofá, los dos presentando únicamente atención al gato, la cena esperando fría en la cocina.
El pequeño chupaba con fuerza el biberon. Ya había entrado en calor y estaba más cómodo.
Jake apoyó su cabeza en mi hombro y le acarició la cabeza.
Había algo que quería preguntar. Pero me daba miedo.
-Jake?
-Si?
-Que habías pensado hacer con él?
-Bueno, lo primero era traerlo y ayudarlo. Lo segundo era llevarlo al veterinario y comprarle una cama y juguetes. Puede que un árbol de esos para que pueda trepar.
Lo miré sorprendida, con una enorme sonrisa.
-Nos lo vamos a quedar?
-Si?
-Jake! Sabes que me encantan los gatos.
-Por eso lo he traído. A parte de porque estaba indefenso en la lluvia, sabía que lo ibas a cuidar bien.
Lo cogí de la cara con mi mano libre y choque nuestros labios.
-Te quiero.
Él sonrio y me dio otro beso.
-No me puedo creer que hayas salvado a un gatito.
-Sabes que no podía dejarlo ahí.
Sonreí y le dí un beso en la mejilla.
-Gracias por hacerlo.
-Bueno, ya era hora de que tuviéramos hijos, no?
Solté una carcajada, haciendo que el gatito se asustara.
-Oh! Lo siento mucho chiquitín.
-Deberíamos llamarlo Clapton.
-Me gusta Clapton.
Sonreí mirando al bebé, que se había vuelto a enganchar al biberon.
-Bienvenido, pequeño Clapton.

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