Short: Josh Dylan

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-Pásame otra cerveza.
Como cada viernes, Josh y yo estábamos en el salón del apartamento que compartíamos, bebiendo cerveza y viendo cualquier idioted en la televisión.
Eran pasadas las doce, y los botes ya no podían contarse con las manos.
Nos reíamos por cualquier tontería. Si, estábamos borrachos.
-Josh. Di algo que no dirías estando sobrio.
-Que?
-Si, esas cosas que te da vergüenza decir. Todos tenemos algo. Empiezo yo?
Él asintió bebiendo.
-Mmmmm, déjame que piense... Odio mi trabajo.
Josh la miró sorprendido.
-Es algo que sobria no dirá por qué ya sabes, estudie una carrera a propósito, siempre me había querido dedicar a ello. Pero no me llena. No me siento completamente feliz.
-No lo sabía
-Nadie lo sabía, Josh. Tu turno! - dije.
Josh se rió y negó con la cabeza.
-Oye! Yo te lo he contado!
Agarre su sudadera y lo sacudi.
-A veces me despierto por la noche solo para comer.
Negué con la cabeza.
-Eso ya lo sé, limpio yo las migas. Hemos comido juntos a mitad de noche mil veces.
-Lo siento. Estoy borracho. - Josh soltó una risa amarga que me preocupó.
-Ey, que pasa? Hay algo que te preocupa. Cuentamelo? Cual es ese secretillo tuyo que no sabe nadie?
Josh pareció pensarlo un poco, pero cogió mi mano.
-Estoy enamorado te ti.
Realmente no lo esperaba.
Los ojos azules de Josh se cerraron, dejó caer la cabeza en el respaldo del sofá y soltó mi mano.
Estaba helada.
-Josh. Mañana cuando estemos en condiciones hablaremos de esto.
Y cuál cobarde que era, hui a mi habitación.
Había estado huyendo de esto desde hace meses.

Abrí los ojos y gruñí, la luz me mataba. Jodida resaca.
Salí de mi cuarto y me arrastre hasta la cocina.
Al ver a Josh limpiando, los recuerdos vinieron a mi cabeza.
Se giro durante un segundo, pero no dijo nada.
-Buenos días. - dije andando despacio hacia él.
Pero el rubio no me hacía caso.
-Josh.
Nada.
-Oye, Josh, hazme caso.
Estaba a punto de llorar.
-Por favor. - Repetí susurrando al tiempo que lo abrazaba por la espalda.
-Siento haberlo arruinado todo.
-Josh, no has arruinado nada.
Pegue mi mejilla a la piel de su espalda desnuda.
-Si lo he hecho, todo estaba mejor antes.
-No estoy enfadada contigo, ni mucho menos.
Agarró mis manos y se separó de mí.
-Henna. Llevo meses así. Y me duele mucho.
Mordí mi labio. Había tanto que quería decirle...
-Haz como si no te hubiera dicho nada. Por favor. No quiero que todo se vaya a la mierda.
-Josh, yo también estoy enamorada de ti.
Su rostro cambió. Intentó acercarse a mi, pero lo detuve.
-Pero no soy buena para ti.
-Quién dice eso?
-Yo. He herido a cada persona con la que he salido, Josh, y tú eres demasiado importante para mí como para hacerte lo mismo.
-Me haces más daño así. - dijo en un tono bajo.
-No Josh. No.
-Mírame. Nos conocemos desde hace más de dieciocho años. Nunca, nunca, nunca, te he visto hacer nada que me haya podido perjudicar.
Las enormes manos de Josh sujetaban mi cara.
-Henna, confío en ti y se que no me harías nada malo.
Asentí.
-Ahora voy a besarte. Ni se te ocurra llorar.
Reí, pero antes de darme cuenta me estaba besando. Sabía a menta y sus labios estaban cortados.
-Intentemoslo, vale?
Le di otro beso, haciendo que sonriera.
-Vale.
-No va a pasar nada. Esto va a funcionar.

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