Arnas Fedaravicius

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Joder.
Deje el teléfono en la mesa y mire hacia el comedor.
Lo único que se me ocurrió fue llamar a Arnas. Era la única persona que sabía que estaría libre en estos momentos.
Marque su número y me lo cogió enseguida.
-Arnas.
-Lily. Que pasa?
-Me han llamado de una urgencia en el trabajo, pero Nico esta en casa.
-Oh, quieres que vaya?
Sonreí.
-Lo harías?
-Claro. Tengo ganas de conocerlo.
Me cubrí la boca con la mano. Era perfecto.

Abrí la puerta con cuidado de no tirar la pizza al suelo y entre.
Sonreí al verlos.
Arnas llevaba dos extraños moños en su pelo y estaba en el suelo sentado. Nico corría a su alrededor con sus caballos de juguete.
-No puedes moverte! Te he dicho que eres una montaña.
-Vale, vale! Lo siento.
Nico siguió dando vueltas, pero de repente Arnas lo atrapó y empezó a hacerle cosquillas.
El niño se reía y pataleaba.
Cerré la puerta y ambos me escucharon.
-Mamá!
Nico se escapó de Arnas y vino corriendo hacia mi.
Abrazándose a mis piernas y escondiéndose detrás mientras reía.
-No le dejes que me haga cosquillas.
Arnas se levantó del suelo.
-Mamá! Que viene.
-Arnas... No le hagas cosquillas a Nico. - dije fingiendo enfado.
Arnas me miró sonriente.
-Te salvas por esta vez. - dijo señalando al niño.
-He traído pizza.
-Pizza? Hoy no es día de pizza. - dijo Nico.
-Bueno... Como ha venido Arnas he pensado que podríamos celebrarlo, no?
-Bien!
El niño dio un salto y echo a correr hacia los juguetes, poniéndose rápido a recoger.
Arnas se acerco a mi.
-Estas guapo.
Soltó una carcajada.
-Ha insistido.
Sonreí mirando al niño.
Arnas me sujeto la mejilla y me dio un beso.
-Te ayudo?
-Claro.
Fuimos a la cocina.
-Que tal se ha portado?
-Genial. Es buen chico.
-Siento que os hayáis conocido así. Había planeado algo, ir al parque, al cine...
Se encogió de hombros.
-Ha estado bien, en serio. Lo hemos pasado bien.
Sonreí.
-Ya veo. - dije señalando su pelo.
-Dice que quiere ser peluquero. Como su tío George.
Asentí.
-Le encanta ir a la peluquería a ver como trabaja.
Arnas puso los platos en la mesa.
-Arnas.
Levantó la mirada.
-Gracias.
Me sonrió.
-No las des. En serio. Me lo he pasado bien con él.
Me acerque a él y lo abrace.
Arnas me dio un beso en la frente y me rodeó con sus brazos.
-Esto es muy importante para mí.
-Lo sé.
-Te quiero mucho, Arnas.
-Y yo a ti. - dijo acariciando mi mejilla.
Nico entró.
-Arnas! Ven! Tengo que darle de comer a mi pez.
Nico lo agarró de la mano y tiro de él.
-Voy, voy.
Reí.
Vi como Arnas cogía a Nico en brazos y le ayudaba a darle de comer al pez.
Había tenido muchas inseguridades respecto a esto. Habían habido chicos que al enterarse que tenía un hijo se habían marchado, pero Arnas... Arnas lo había aceptado con una sonrisa y un "me encantaría conocerlo".
-Arnas! Mira como come!
Nico era un niño ruidoso, extrovertido y nervioso, igual que su padre. Podría resultar agotador a veces, pero Arnas también era un poco así y parecían haber encajado bien.
Nico estaba agarrado a los hombros de Arnas. Vi como miraba en mi dirección y después susurraba algo en el oído de Arnas.
Arnas me miró también y sonrió también.
Me sonroje. Nico tenía demasiada imaginación.
-Cenamos? - dije.
-Claro.
Arnas bajo a Nico al suelo.
-Nico, puedo quitarme esto del pelo? Me estira.
-Si! Pero me dejaras peinarte después?
-Si, claro.
Nico se fue a lavarse en las manos.
-Que te ha dicho?
-No puedo contártelo. - dijo sonriendo de lado y agarrandome por la cintura.
-Oye!
-Es un secreto.
Rodé los ojos, pero le di un beso.
La cena fue tranquila, Nico no dejaba de hablar como de costumbre, contándome todas las cosas que habían hecho en las 3 horas que había estado fuera. Habían jugado a los caballos, habían jugado a la peluquería, al escondite, a un juego súper chulo que Arnas le había enseñado,...
-Arnas dice que otro día vamos a ir al parque.
-He dicho que si tu madre quiere, iremos al parque.
Sonreí.
-Podré ir yo?
-Claro, eres mi mamá.
-Entonces si podemos ir al parque.
-No me dejas ir solo con Arnas?
Mire sorprendida.
Arnas se aclaro la garganta, bajando la vista al plato.
No quería decir eso, joder.
-No! Claro que si. Pero me gustaría ir con vosotros.
-Claro!
Arnas me miro y asintió.

-Eh. - dije abrazando a Arnas por la espalda. Sujeto mis manos. - Estas bien?
-Si, tranquila.
-Lo del parque...
-Lily, está bien.
-Arnas. - le di un beso en la espalda- No quería decir eso.
-Lily, te entiendo. Es tu hijo, y yo soy tu novio y lo acabo de conocer y es normal.
Con las manos en la cintura hice que se girara.
-Eres tonto. - le di un beso en los labios. - No tengo ningún problema con que lo lleves al parque. Puedes hacerlo cuando quieras. Pero quiero pasar tiempo con vosotros. Los tres. Me hubiera gustado estar aquí esta tarde.
Arnas me abrazo por la cintura.
-Podemos ir mañana. Y después podemos ir a comer por ahí, los tres.
Sonreí juntando nuestras frentes.
-Como demonios he encontrado a alguien como tú?
-Eres increíble, iba a aparecer alguien antes o después.
-No lo entiendes, Arnas. Nico tiene 5 años, he estado soltera desde que tenía uno y medio. Y en ese tiempo he conocido a más chicos de los que puedo contar con la mano, pero todos se han ido corriendo al saber que lo tengo. Y ahora estas tú... Y le gustas a Nico. Y te quiero muchísimo porque eres perfecto para mí. - dije sintiendo las lágrimas en mis ojos.
Me abrazo fuerte.
-Mamá? Estas llorando? Te has hecho pupa?
-Ven aquí, Nico. - dijo Arnas.
Me soltó unos segundos en los que aproveche para limpiarme las lágrimas.
Arnas cogió a Nico con un brazo y me rodeo a mi por el otro.
-Sabes que le pasa a tu mamá?
Nico negó, mirándome atento.
-Se ha puesto tan contenta de ver que somos amigos que se ha puesto a llorar.
-Pero... No te has hecho pupa, mamá?
-No, cariño.
-Entonces estás contenta?
-Si. Mucho. - dije cogiéndole la mano.
Nico nos mostró una enorme sonrisa.
-Pensaba que solo podías llorar si te habías hecho una pupa. Mi papá dice que no hay que llorar.
-No pasa nada por llorar, Nico. - dije acariciandole la mejilla.
El niño alargó sus manos hacia mi para que lo cogiera en brazos.
Cuando lo hice, se acurruco contra mi.
-Te quiero mucho, mamá.
-Y yo a ti.
Vi como Arnas nos miraba con una sonrisa.
-Podemos ver una peli?
-Claro.
Juntos nos sentamos los tres en el sofá, Nico abrazado a mi costado mientras veía la película y Arnas abrazándome por los hombros.
No podía evitar sonreír. Todo esto era perfecto.





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