Ben Hardy

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Ben, mi buen y atractivo amigo Ben. Padre soltero de una niña de a penas unos meses.
El amor de mi vida.
Aún que el no lo sabia.
Recuerdo el día que me dijo que interpretaría a Roger Taylor. Tenía novia. Esperaban un bebé. Luego vino Elle, y su madre se marchó.
Ben se vino a abajo.
Ben tenía que empezar el rodaje dos semanas después.
Un día me llamó. Me pidió que lo visitara.
Estaba cansado. Se veía mal.
Ese día me suplicó que cuidará de Elle durante el rodaje. No habia nadie más. Sus padres no  podían hacerlo.
Acepté. Claro que lo hice. Adoraba a esa niña, y adoraba a Ben.
Hoy. Ben volvía, el rodaje había acabado.
En estos meses, lo habíamos visto apenas  tres veces. Aún que procurabamos hablar  todos los días.
Estuve viviendo en su casa. Pensamos que sería mejor que llevar todas las cosas de Elle hasta mi pequeño apartamento.
Y bueno, la pequeña Elle. Ese precioso angelito, una perfecta replica de su padre. El lazo que se había creado entre nosotras había sido increíble. Y en esta última semana no había podido dejar de pensar en lo mucho que la iba a extrañar.
-Pequeña! Ya te has despertado. - la levante en mis brazos. - Vamos a ver a papá. Hoy es el día pequeña Elle. Papá vuelve.
La pequeña soltó una carcajada.

Caminaba en dirección a la terminar privada por la que llegaría Ben y sus amigos. Había tenido el placer de conocerlos antes del rodaje. Eran chicos fantásticos.
Elle y yo estuvimos esperando cerca de 30 minutos.
Y de repente. Pam. Ben apareció.
Mi sonrisa se expandió. Me vió y se detuvo. Nos observo a su hija y ha mi. Fue Gwilym quien le dio un empujón en el brazo y dijo algo a su oído.
Entonces Ben dejó caer sus cosas y vino hacia nosotras.
-Mira Elle, es papá. Papá ha vuelto.
Y Ben estaba delante de nosotras.
Alargó sus manos y sin decir nada agarró a su princesa y la llevó a su pecho, acurrucandose contra su cuerpecito y derramando algunas lágrimas.
-Mirate Elle, estas... Tan mayor. Oh pequeña, te he echado tanto de menos.
Y entonces me miró.
Las piernas me temblaron.
Su mano se alargó hasta mi, y la tomé.
Me dio un tirón y me abrazó fuerte.
-Os he echado muchísimo de menos. No os lo podéis imaginar.
Depositó un beso sobre mi frente.
-Yo le puedo contar lo my pesado que estabas. - apareció Joe bromeando.
Está noche, todos cenarían en casa de Ben. Rami, Joe, Gwilym y Lucy.

Ben era felicidad pura en estos momentos.
No había dejado a Elle un solo instante. Todos reían en el salón mientras Rami y yo preparabamos la cena.
-Nunca lo había visto así de contento.
-Ni yo - admití. - Como ha estado?
-Bien. Ha tenido algunos días de bajón. Pero cambiaba de cara cuando lo llamabais.
-Lo notaba.

La cena fue fantástica, los chicos lo eran. No habíamos parado de reír con sus anécdotas del rodaje. Ahora todos se iban.
-Adiós! - los despedimos Ben y yo.
Ben cerró la puerta detrás de él.
-Iré a dejar a Elle en su cuna, ya vuelvo.
Empecé a recoger las cosas en la cocina.
Unos momentos después escuche los pasos de Ben.
-Como habéis estado?
-Genial. Es... Maravillosa. Ben. Tu hija es...
-Lo se. Y gracias por cuidar de ella. Por ser...
Su madre.
Silencio.
-Gracias.
Negué.
-Algún día te recompensaré.
-Ya lo has hecho, Ben. Estar con ella ha sido lo mejor del mundo. 
-Ven aquí.
Me escondí entre sus brazos, con la cara en el hueco de su cuello.
No se cuanto tiempo estuvimos así.
-Estoy agotado. Voy a irme ya ha dormir. Y tu?
-Si. Cogeré las maletas y...
-Que? Las maletas? Piensas irte?
-Eh, si. Es eso lo que hablamos.
-Ya... Bueno, pero... Es tarde, y pensaba que... No voy ha dejar que te vayas.
-Vas a secuestrarme?
Dió una pequeña carcajada.


Escuche el llanto de Elle. Por inercia me levanté de la cama y arrastré mis pies por el pasillo. Ya había luz en la habitación.
Me asomé a la puerta.
Ben tenía a la bebé pegada a su pecho desnudo.
El pantalón de pijama colgaba de sus caderas.
Su pelo se encontraba revuelto sobre su frente.
-Ya está pequeña, papá está contigo. No pasa nada. Tienes hambre? Es eso lo que pasa, verdad pequeña? Vamos a hacerte un biberon. Oh joder! No sabía que estabas ahí.
Me reí.
-Necesitas ayuda?
-Creo, no se si podré yo solo, no tengo ocho manos.
-Yo lo he estado haciendo.
-Lo se, pero tu eres alucinante.
Se inclinó y me beso la frente.
-La sujetas?
Asentí y cogí a Elle.
Vi al rubio trabajar por la cocina.
Fuimos con la pequeña a la habitación de Ben. Sentados en la cama, con la espalda pegada a la pared. Ben tenía a la pequeña en sus brazos y mantenía el biberon en sus labios.
El sueño me podía de nuevo. Eran las 4am.
-Voy a dormir.
-Espera un momento.
-Que ocurre Ben... Estoy agotada ha sido un día largo y...
-Shh.
Sus ojos claros encontraron los míos.
Me apoyé en su hombro y me acurruqué contra su cuerpo.
Adoraba el calor que emanaba.
Acaricie su bíceps.
La pequeña terminó, tras quitarle los gases, Ben se levanto y la dejó en su cuna.
-Me voy a...
-Que esperes he dicho.
Se tumbo en la cama y atrapó con su brazo mi cintura haciendome caer bajo su cuerpo.
Me agarre a sus hombros.
-A qué?
-Quiero que duermas aquí, te he echado mucho de menos.
Se tumbó a mi lado, arrastrandome hasta su cuerpo.
No tuve ni capacidad de asentir.
Me di la vuelta y pegué mi espalda a su cuerpo, que se acoplo al mío.
Noté sus labios en mi sien.
-Buenas noches, Nadia.
-Buenas noches, Ben.

Ben y yo desayunamos juntos y bañamos a Elle.
Y llegó el momento. Con las maletas en la puerta, Ben me observaba con la pequeña en brazos.
-Pequeña... Se que no entiendes nada, pero ha sido maravilloso estar contigo. Te voy a echar muchísimo de menos, angelito.
Le dí un beso en la frente y me aparté llorando.
-Ben, cualquier cosa que necesites, por favor avisame.
El también lloraba. Besé su mejilla y tome mi maleta.
Adorabla su dulzura.
Cuando me disponía a salir, habló. Su voz grave y levemente ronca.
-Necesito que te quedes.
Me giré y lo mire a esos ojos verdes.
-Lo necesitamos. Los dos. Nadia, eres todo para mí. No puedo dejar que te vayas.
Caminó despacio hacia mi y de un empujón cerro la puerta.
-Ben, yo...
Cogiendo a la nena solo con uno de sus fuertes brazos, se acercó casi hasta que nuestros pechos se tocaban.
-Quedate.
De forma dulce, delicada y levemente húmeda, sus labios atraparon los míos en un beso corto, bastante para mi gusto.
-Quedate.
Asentí, por que no había nada que quisiera hacer más en este momento.
A pesar de las lágrimas, una sonrisa cruzo su rostro.
El rubio dejó a Elle en la cona portátil que había en el salón.
-Elle, cariño, espera aquí un momento, Mama y Papa tienen cosas importantes de que hablar.
Mama y Papa. Mama y Papa.
-Mama... Y Papa... - Dije entre sollozos cuando Ben ya se encontraba de vuelta conmigo.
-Si Nadia.
Sus manos atraparon mi mejilla, rizandose alrededor de mis orejas, sus dedos.
Asintió.
-No entiendes nada verdad? No entiendes que eres la mujer de vida? No entiendes que junto a Elle, eres lo que más amo?
Lo besé. El sabor de nuestras lágrimas mezclándose en nuestras bocas.
-Te amo, Ben...
Sus brazos me atraparon tan fuerte que pensaba que me rompería.
-Gracias, gracias, gracias.


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