Joe Mazzello

470 23 0
                                        

Joe y yo habíamos estado saliendo durante dos meses. Habíamos salido en diversas citas,cualquier tipo de citas, desde el parque de atracciones a un romántico restaurante de cocina italiana . Me sentía muy cómoda a su lado. Me hacía muy feliz.
Pero había un problema. Algo de lo que ko le había hablado a Joe, y que podría cambiar totalmente el rumbo de las cosas.
La mano del pelirrojo se alargo sobre la mesa y cogió la mía.
-Que ocurre, Sophia?
-Em... Joe. Tengo algo que contarte.
-Estas viéndote con alguien más?-dijo con temor.
-Que? No. No es eso. Solo hay algo que no te he contado.
-Tienes pene? No voy a juzcarte por ello, sabes? Creo que podría acostumbrarme, podríamos hacer que funcionara.
-Joe, de verdad que te aprecio y me gustas muchísimo, pero a veces hablas demasiado. Y no. No tengo pene.
-Entonces?
-Tengo un hijo, Joe, soy madre.
Pareció pensarlo unos momentos. Se mantuvo callado hasta que una sonrisa rompió en su cara.
-Wow, me encantan los niños.
Sonreí aliviada.
Lleve su mano hasta mis labios y debo site un beso sobre ella.
-Eso es genial, Joe... Pensé que no querrías seguir viéndome.
-Por qué?
-Bueno, otros hombres con los que he salido no han querido tanto compromiso.
-Bueno, tengo 35 años. Hay gente que dice que debería de tener ya por lo menos un hijo. Me has facilitado el trabajo, así puedo ir directamente a por el segundo. - sabía que lo decía a modo de broma, pero para mí era un paso increíble.
Mi hijo era lo más importante de mi vida.
-Como se llama?
-Thomas. Tiene 5 años. Su padre y yo nos separamos cuando tenía 6 meses. Tenemos la custodia compartida desde entonces. De viernes a viernes.
-Quiero conocerlo.

-Thomas, cariño, recoge tus cosas, Joe debe de estar a punto de llegar.
-Mama. Joe es tu novio?
-Algo así.
Acaricie su pelo. El timbre sonó, y el niño se levanto entusiasmado.
-Mama!
-Thomas, ten cuidado o te harás daño.
Abrí la puerta. Joe se encontraba ahí, sonriente y atractivo como siempre. Con sus manos escondidas tras su espalda.
-Hola Sophia.
-Hola, Joe.
Se inclinó un poco y me dio un suave beso en los labios.
-Sophia, antes me ha parecido ver a un niño, cuando has abierto la puerto, por casualidad no lo habrás visto, eh Sophia?
Thomas soltó una risita mientras se escondía detrás de mi.
-Mmmmm, no, creo que no.
Note como mi hijo se apretaba un poco contra mi pantalón.
-Habrá sido mi imaginación. Estas segura de que no hay ningún niño?
Negué. Thomas se reía desde detrás de mi pierna.
-Bueno, entonces tendré que devolver este regalo a la tienda.
Joe saco una de sus manos y mostró un paquete con una forma un tanto extraña.
Thomas salto desde detrás de mi "asustando" a Joe, quien se llevó la mano al pecho y me mostró sus dotes de actor.
-Uff, pero Sophia! No decías que no había ningún niño?
Thomas se reía mientras esperaba ansioso su regalo.
-Vaya, me has dado un buen susto, enano.
Joe se coloco a su altura.
-Mi mama siempre dice que soy bueno jugando al escondite.
-Ah si? Tendremos que jugar algún día.
Thomas asintió sonriendo.
Mi corazón latía con fuerza.
Joe me miró y me guiño el ojo.
-Este paquete que tengo aquí es para Thomas. Lo conoces?
-Soy yo! Soy yo!
-Eres tu? Estas segura? Tienes más cara de llamarte Steve.
-Que si que soy yo!
-Pues entonces esto es tuyo.
Thomas cogió emocionado el paquete que Joe le tendió.
-Voy a abrirlo dentro, vale mama?
-Claro.
El niño corrió hacia el sofá y se subió de un salto.
-Thomas! Te he dicho que no hagas eso, vas a romper el sofá!
Hizo caso omiso.
-Parece que le he caído bien. - Dijo Joe aún con una mano en su espalda.
-Lo has comprado con un regalo, Joe, que no era necesario que compraras.
Sujete su cara con mis manos y lo atraje hasta mi boca, dándole un dulce beso en los labios.
-También tengo algo para ti.
-Ah si?
Asintió rozando su nariz contra la mía.
Demonios, lo quería, lo quería demasiado.
-Ten.
Me dio un ramo de rosas blancas.
-Vaya, Joseph, eres todo un romántico.
Le di otro beso, interrumpido por mi hijo gritando desde el sofá.
-Un tiranosaurio! Mama! Es un tiranosaurio!
Invite a Joe a pasar.
-Te gusta? - pregunté acariciando su pelo.
-Mucho.
-Que tienes que decirle a Joe?
-Muchas gracias, Joe.
-Me vas un abrazo, enano?
Y me encantaba que Joe ya le hubiera puesto un mote.
Thomas se puso de pie y salto a los brazos de Joe.
Joe me miró sonriendo mientras lo sujetaba.
-Eres el novio de mi mama? - dijo Thomas cuando Joe lo dejó en el suelo.
-Eh... Si, creo que si... - Joe me miró con una sonrisa algo tímida.
No habíamos hablado de etiquetas.
-Mi papa tiene novia. Y tienen un bebé.
-Osea que eres un hermano mayor. Wow, eso es una gran responsabilidad.
Thomas asintió.
-Vais a tener un bebé? Como se hacen los bebés?
-Em... - Joe y yo nos miramos incómodos.
-Thomas...
-Mi papa me dijo que cuando un papá y una mama se quieren mucho entonces el bebe aparece en la barriga de la mama. Pero mi papa tuvo un bebé con Natalia y ella no es mi mama. Y tu no eres mi papa.
-Yo quería mucho a tu papá, y por eso naciste tu.
-Oh. Vale.
Y se levanto y se fue.
-Siempre es así?
Asenti mientras me deje caer a su lado en el sofá.
-Es fácil convencerle.
-Lo es.
-MAMA! ME PONGO LAS ZAPATILLAS?
-Si!
-Le has dicho que os iba a llevar al parque de atracciones?
Asentí.
-Puede llegar a ser muy insistente.
Se inclinó y beso mis labios.
-Te quiero. - Era la primera vez que me lo decía.
-Joe...
Acaricie sus mejillas con mis pulgares y lo bese de nuevo, esta vez alargando más el contacto.
-Yo también te quiero.
-Eh! Suelta a mi madre.
Joe se aparto con las manos levantadas cuando Thomas se me colgó del cuello.
-Vaya, lo siento enano, pensé que podríamos llegar a un acuerdo.
Thomas lo miro con em ceño fruncido.
-Es mía.
-Lo siento, lo siento. Paz?
Joe le tendió la mano.
-Paz. - Thomas la acepto.

-Si que está cansado, si.
Joe me ayudo a bajar a mi hijo del coche. Lo llevo en brazos hasta la casa.
-Lo has agotado. Me habéis agotado, ha sido como llevar a dos niños en lugar de uno.
Joe me siguió hasta el cuarto de Thomas.
-Le vas a poner el pijama?
-Si, tiene el sueño muy pesado.
Joe me ayudo con el niño.
Cuando salimos del cuarto me miro con sus manos en los bolsillos escondidas. Me miraba con ternura.
-Gracias por el día de hoy. Thomas te adora, y eso es algo muy importante para mi.
Me colgué de su cuello y el me abrazo por la cintura.
-Yo también lo adoro. Es un niño estupendo. Y gracias a ti por dejarme formar parte de esto. De tu familia.
Junte nuestros labios y le demostré todo lo que no podía decirle con palabras.
-Debería de irme?
Negué llevando mis labios a su cuello.
-Quiero que te quedes.
-Si me lo pides así...

-Robert no se enfadara si voy contigo?
-Escucha, Joe, llevo viendo a Natalia venir a mi casa a por el niño desde hace 4 años. Me importa una mierda si se enfada. Ya hemos llegado.
Note como Joe se removia nervioso en el asiento del pasajero.
-Ey. No pasa nada.
-Lo siento. Es tu ex marido, siento presión.
-Eres mil veces mejor que él. Más educado, divertido, cariñoso, tu pene es más grande...
-Ya has dicho suficiente. - y salió del coche orgulloso.
Rode los ojos y lo seguí riendo.
Toque al timbre.
-Sophia!
-Hola, Natalia, y hola a ti también bichito. - salude al bebé que cargaba en brazos.
-Hola, tu debes de ser Joe, soy Natalia.
Mi mi novio estrecho su mano y acaricio la mejilla de Lucas.
-Entrad, Thomas esta preparando sus juguetes.
Una vez en el salón, Robert entró desde la cocina. Lo primero que hizo fue examinar a Joe, de arriba a abajo. Y luego me miró con una ceja levantada.
-Tu debes de ser Joe.
El pelirrojo asintió.
-Mi hijo - recalcó la palabra-No para de hablar de ti.
-Hicieron bastante buenas migas. - Dije yo intentando rebajar la tensión. Rob estaba haciendo ese truquito suyo de imponer su masculinidad.
-Es un chico increíble.
-Mama! Joe!
Thomas vino corriendo y se abrazo a mi.
-Te he echado de menos.
-Y yo a ti cariño.
-Hola Joe.
-Hola enano.
Thomas también quiso abrazarlo.
-Bueno. Pues... Nos vamos. Despídete Thomas.
Cuando fui a despedirme de Rob, este se inclinó sobre mi mejilla y susurro en mi oído.
-No me gusta este tipo.
-Que pena que no sea tu decisión y solo estés celoso. - Dije en voz alta.
Me di media vuelta y cogí la mano de Joe, arrastrando lo detrás de mi.
Thomas nos adelanto.

Ya en casa, Joe entró a la cocina mientras preparaba la cena.
-Adoro esa costumbre tuya de hacer pizza todos los viernes.
Me abrazó por la cintura y escondió su cara en mi cuello.
-No le gusto a Rob. Verdad?
-Sólo está celoso.
-Celoso? Por ti!?
-No. Por Thomas. Me ha contado que su padre se ha pasado toda la semana quejándose de lo mucho que habla de ti.
-Yo no quiero quitarle el puesto. Respeto mucho eso.
-Lo se Joe. Pero es un idiota, siempre lo ha sido.
-Por qué os separasteis?
Me di la vuelta para mirarlo directamente.
-Por Natalia. Tiene 25 años. 20 entonces. Después de que naciera Thomas yo no podía... Satisfacer sus necesidades. Y claro, se busco a una zorrita universitaria. Mientras, yo, su mujer, me quedaba cuidando de su hijo en casa. Pensando que el solo tenía mucho trabajo.
Joe limpio una pequeña lagrima que se había escapado.
-Ey. - me dio un suave beso en los labios.- No merece la pena que llores. Tienes a tu precioso niño, y ahora el muy imbecil de su padre ya no está.
-Tss, Joe, Tss. - Thomas llamaba a Joe escondido detrás del sofa.
Joe miro por encima de mi hombro.
-Espera un poco. - Dijo "susurrando", Joe.
-Que os pasa a vosotros dos?
-Nada.-y como el niño de 4 años que Joe era, se fue corriendo hasta Thomas.
Cuando la pizza estaba terminada, la llevé a la mesa que había en delante del sofá, donde mis chicos cuchicheaban.
-Que lleváis entre manos?
-Joe me ha dicho que podemos ver Jurassic Park.
Levante la ceja.
-No me lo creo.
-Pues creetelo. - salto Joe a la defensiva.
Una vez habíamos terminado de cenar, los chicos se ofrecieron a limpiar la mesa mientras yo buscaba la película.
La encontré y la puse en pausa, esperando a que terminaran.
De repente, Thomas salto hacia mi, incado con una rodilla en el suelo.
-Joe dice que te de esto.
-Que tienes ahí?
Thomas sujetaba una caja de terciopelo azul. La abrió.
El corazón se me acerelo y las rodillas empezaron a temblar.
-También dice que si te quieres casar con él.
-Oh vaya! - los ojos se me llenaron de lágrimas.
-Que dices? Quieres casarte conmigo?
Joe apareció por la puerta de la cocina y se acerco.
-Si. Si. Claro que si.
-Ahora le tengo que dar el anillo?
-Si enano. - Joe lo cogió en brazos y lo puso a mi altura.
-Da la mano izquierda Mami. Y en el dedo corazón.
-Anular-le susurro Joe al oído.
-Eso anular.
Thomas me puso el anillo.
Le di un beso en la mejilla y después un pequeño y rápido besito con lengua a Joe.
Los abrace. Thomas se engancho en mi cuello, y Joe, con su mano libre me abrazó.
-Os quiero tantísimo, mis chicos.

Type and imaginas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora