Sihtric (The Last Kingdom)

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Nuestras espadas rechinaron al chocar.
En el siguente movimiento, perdí mi espada, que salió despedida a un lado.
Sihtric intentó tumbarme, pero le golpee tras la rodilla, tirándole al suelo.
-Otra vez. - gruño.
Le ayude a levantarse y cogí la espada.
Sihtric me miraba enfadado.
Sabía que no le caía muy bien. Por alguna razón casi no me hablaba. Siempre estaba serio cuando yo estaba a su alrededor o simplemente me evitaba.
Sin previo aviso lanzó su ataque, que detuve con dificultad.
Era más alto que yo y mucho fuerte, pero sus músculos le hacían perder agilidad.
Me escurri por su lado, dándole un golpe en el costado.
Jadeo y me miró con el ceño fruncido.
-Sihtric! Te esta pateando! - era Finan, sentado a la sobra en una tienda.
Sihtric levantó su espada y la dejó caer contra mí.
Lo detuve con la mía, dándole un golpe en el brazo con mi mano después.
De un golpe me tumbó en el suelo, pero antes de que pudiera hacer nada, tenía una daga apuntando a su abdomen.
-Sihtric! Dejadlo ya! Necesito que vengáis para planear el ataque.
Se levantó de encima de mi y me tendió la mano para ayudarme.
Extraño.
-Bien hecho. - dije.
No contestó.
Nunca conseguiría agradarle.
Lo vi marcharse hacia Uhtred y Finan.
Suspiré.
Me mordí el labio. A pesar de las miradas de odio que siempre me lanzaba, yo no podía evitar sentirme atraída por él.
Su espalda ancha. Sus fuertes brazos. Sus enormes manos, que más de una vez me habían sujetado para evitar que hiciera alguna tontería. Su precioso rostro.
Me pase las manos por la cara. Si seguía así tendría un problema. No había estado con muchos hombres en mi vida. Pero sabía lo que se sentía y lo quería con él.
Recogí mis cosas y camine a la tienda.
No pude prestar bien atención a lo que Uhtred y los demás decían.
Sihtric de vez en cuando me miraba. Parecía enfadado. Tal vez su orgullo estaba herido. Perder contra una mujer siendo un guerrero con tal reputación debía ser duro.
-Mildred. Te parece bien?
-Mmm. Si?
-No escuchabas?
-Claro que si, mi señor.
-Si? - dijo Finan riendo.
-No. Lo siento.
-Que te distrae?
-No es nada.
-Segura? Te quiero con todos tus sentidos alerta para la batalla. No podemos perderte.
-Si.
-Tú te quedarás en el franco derecho. Cuando lleguen tú y tus hombres esperareis hasta que la batalla ya haya empezado.
-De acuerdo, mi señor.

-Que ocurre, Sihtric. - le preguntó Osferth.
-He perdido mi martillo.
Todos miramos su pecho.
El colgante que siempre llevaba no estaba, el Martillo de Thor, que le otorgaba protección de sus dioses.
-Sihtric, los dioses cuidarán de ti. Estarán a tú lado aunque no lleves el martillo. - Intento consolarle Uhtred.
-Tengo que encontrarlo. Tal vez esté en la tienda.
-O se lo llevo la mujer que tuviste anoche en la cama.
Mire sorprendida a Finan.
-No pongas esa cara, niña, tenemos necesidades.
-Asqueroso. - di un trago a mi cerveza.
No dejes que esto te afecte, Mildred.
-Voy a buscarlo.
Sihtric se levantó y se marcho.
-Por qué tienes esa cara, pequeña Mildred? - dijo Uhtred.
-No se de que hablas.
-Oh vamos, sabes que puedes contarnos todo.
Me rodeo con su brazo.
-No es nada.
-Yo creo que si se que pasa-dijo Finan.
-Ah si?
-Si. Es posible que ese corazoncito tuyo esté loco por nuestro querido Sihtric?
-E... Eso es una estupidez, Finan.
Me levante de la mesa y me aleje, haciendo que rieran.
Tan evidente era?
Eche a caminar por el prado. Quería alejarme de ellos. Del ruidoso de Finan que parecía conocerme tan bien...
Vi algo brillar.
Me agaché.
Era el amuleto. El colgante de Sihtric.
Mire hacia su tienda. Seguramente estuviera dentro.
Pero no fue asi.
Estuve buscándolo, pero no lo encontré.
Mire el Martillo. La cuerda que lo sujetaba estaba rasgada. Tal vez podría cambiársela.
Fui a mi tienta y busque cuerda. Siempre tenía, junto con hilo y aguja para poder remendar la ropa y las armaduras.
Con cuidado trence tres hilos de cuerda negra, buscando hacerlo lo más resistente posible.
Sabia lo importante que era para él. Era observadora. Cuando tenía miedo, o estaba preocupado, siempre tenía el colgante en su mano, pegado al pecho. Era parte de su pasado. De él.
Lo mire. Era un trozo pesado de metal. Se sentía frío en mi mano. Supongo que se sentiría igual en su pecho.
Lo guarde en un pequeño bolso y me lo colgué.
Me prepare para la batalla.
-Señor.
-Mildred. Nosotros partimos ya. Espera un poco con tus hombres antes de marchar. Recuerda. Después del ataque, no antes. Queremos sorprenderles.
-Claro que si, señor. - acaricié el hocico del caballo. - Una pregunta.
-Si.
-Ha visto a Sihtric.
-Él y Finan van de camino. Necesitaba ojos allí para comprobar que no había nadie.
-Crees que pueda alcanzarlos?
-Para que?
-He encontrado el amuleto de Sihtric.
-Coge un caballo.
Me monte rápido en un caballo y empecé a galopar en la dirección que habían seguido.
A lo lejos puede ver los dos caballos, el oscuro y el blanco atados a un árbol. Baje del mío y camine hasta los hombres.
-Sihtric!
Ambos se giraron.
-Sihtric.
-Ha ocurrido algo?
-He encontrado esto. Donde estuvimos entrenando. Le he cambiado la cuerda. Estaba rota.
-Mildred...
Deje que el amuleto metálico colgara de mis dedos.
Finan le dio un golpe en el hombro y me miró sonriendo.
-Se que es importante para ti.
-Gracias, Mildred. De veras, lo agradezco mucho.
Lo toco con sus dedos.
-Mildred. Siento estropear el momento, pero tienes que volver. - dijo Finan.
Asentí. Mire a Sihtric y el amuleto.
-Déjame...
Con cuidado anude el colgante alrededor de su cuello.
-Gracias. - susurró.
Sus preciosos ojos me observaban con cautela.
-No las des.
Dejé mi palma caer en su pecho, sobre el martillo.
-Espero que te proteja.
Me atreví a acariciar su mejilla y besar la otra.
-Esto es precioso. También tienes un beso para mi?
-Callate, Finan.
Volví a mirar a Sihtric, que parecía estar en otro mundo.
Sonreí.
-Quiero volver a veros vivos.
Me monte en el caballo.
-Y nosotros a ti.
Sihtric miró a Finan, que miraba hacia otra parte.
-Ten mucho cuidado. - dijo poniendo la mano en mi rodilla. Me miraba serio. Como siempre. Pero había algo distinto.
-Lo haré.
-Nos vemos luego.
Me acarició levemente los dedos y le dio una palmada al caballo.

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