Type and imaginas.

Arnas Fedaravicius.

Toque tres veces a la puerta antes de que la música al otro lado parará y alguien respondiera.
Escuche la cerradura y la puerta se abrió.
Un Arnas sudado y solo con pantalones de deporte estaba detrás.
-Belle.
-Arnas.
-Pasa. Que haces aquí?
-Bueno, llevo días sin ver a mi mejor amigo. - me quite el abrigo y lo deje en el sofá junto a mi bolso.
-Ya. He estado liado.
Levante la ceja.
-Entiendo.
Cerró y se quedó ahí de pie mirando. Entonces lo observe bien. Por el ejercicio que habría estado haciendo, sus músculos se veían mucho más marcados. Su piel tenía un tono rosado y estaba cubierto de una fina capa de sudor.
-Cielos, Arnas. Pareces sacado de un libro de anatomía. - bromee acercándome. Se le marcaban todos y cada uno de los músculos. -Deja un poco para los demás.
-Siento no haberte llamado es que...
-No importa. Solo quería pasar un rato contigo. - dije suspirando. Para mí Arnas era mucho más que mi mejor amigo. Era quien mejor me entendía y siendo tan carismático y atractivo había sido inevitable que acabara sintiendo cosas por él.
-Quieres tomar algo?
-Limonada. - pedí sonriendo. Arnas siempre tenía limonada para mí.
Rodó los ojos mientras pasaba por mi lado.
Estuvo callado en la cocina mientras servia dos vasos.
-Saldrás con Albert?-dijo en voz baja.
Sabía que era eso.
Arnas me había evitado por lo de Albert.
-Por qué quieres saber eso?
-Le oí preguntarte. Pensaba que me contabas todo.
-No es importante.
-Si lo es, es una cita. - Arnas no solía ponerse serio, pero parecía incluso más atractivo cuando lo hacía. -Hace tiempo que no tienes una cita.
Porque tú no me lo has pedido, estúpido.
-No voy a ir. Le dije que no.
Me dio el vaso de limonada.
Sabía que quería esconder una sonrisa. Maltido idiota. Hacía unas semanas me había dado cuenta de que Arnas estaba distinto, más cariñoso.
-Por qué?
-No es mi tipo. - bebí limonada.
Suspiro.
-Y cuál es tú tipo?
-Y el tuyo?
-Yo he preguntado primero.
-No quiero decírtelo.
-Genial, no lo hagas. Así no podré ayudarte o... Presentarte a alguien. Te quedarás sola toda vida.
-Estar soltera no es estar sola. Y a lo mejor prefiero estar sola. - dije dando un paso, retandolo. - Y por qué demonios piensas que necesito tu ayuda?
-Porque por tu cuenta nunca encuentras a nadie lo suficiente bueno.
-A lo mejor la única persona con la que quiero estar no se da cuenta.
Estábamos cara a cara. Nuestros pechos casi se tocaban. Podía sentir su respiración en mi cara y el calor de su cuerpo. Había subido mucho la temperatura en la habitación y mis rodillas temblaban.
-Debe de ser un jodido estúpido. - susurro bajando la vista a mis labios.
-Llevo diciéndoselo años. - dije en el mismo tono.
Trago saliva, sus labios entreabriendose.
-Si yo fuera él no dejaría pasar un segundo del día sin hacerte saber lo maravillosa que eres.
-Hazlo entonces. - dije rozando nuestras narices.
Arnas agarró mi cara con sus grandes manos y junto nuestras bocas con fuerza, haciéndome gemir al instante.
Cielos, es mejor de lo que me imaginaba.
Me agarre a su espalda desnueda en un intento de no perder el equilibrio. Me besaba con una pasión inimaginable, sus labios moviéndose sobre los míos y su lengua viajando por mi boca.
No podía ni pensar en lo desastroso que estaba siendo. Saliva, mordiscos, choques entre nuestros dientes. No me importaba. Arnas me estaba besando.
Para cuando nos separamos, Arnas tenía sus manos enredadas en mi pelo y los labios hinchados. Sus mejillas estaban encendidas y su cuello rojo.
-No quiero salir con nadie más, Arnas. Quiero salir contigo.
Asintió mientras se inclinaba y me besaba de nuevo, esta vez más despacio y con mucho más cuidado.
-Saldrás conmigo entonces. Cuando quieras y a donde quieras. Estaré encantado.
Lo abrace, escondiendome en su cuello.
-Estas sudado, Arnas.
-Bueno, tu has venido cuando yo estaba intentando mantener mi cuerpo de libro de anatomía.
Reí.
-Vamos a darnos una ducha.
-Vamos?
No le conteste, solo bese su mejilla y tire de su mano para que me siguiera hasta el baño.
Teníamos mucho tiempo perdido que recuperar.