Arnas Fedaravicius P3.

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-Que tal estas?
-Bien.
-Pareces cansada.
-Lo estoy.
Así era todo. La increíble y estrecha amistad que Arnas y yo habíamos creado el día que nos conocimos llevaba semanas rota.
-Voy a ir unos días a Lituania a visitar a mi familia. Me voy pasado mañana.
-Genial. - force una sonrisa sin levantar la vista de mi cena.
Arnas suspiró y dejó sus cubiertos en la mesa.
Hubo una vez en la que me dijo que me llevaría con él en su próximo viaje a Lituania. Que había cientos de cosas que me quería enseñar.
Ahora estaba deseando pasar unos días sola, sin preocuparme en no pasar mucho tiempo con él.
A pesar de lo que había intentado sacarlo de la cabeza, era más y más difícil cada día.

-Ava? Estas ahí? Hay una carta de la Academia.
Me levante de la cama y corrí a la puerta de la habitación.
Abrí con cuidado.
Arnas estaba ahí. Con su ropa de deporte y sudado.
Hasta así tenía que estar guapo. Lo odiaba.
-De la Academia?
Asintió mostrándome un sobre.
Lo cogí y me apoye en el marco de la puerta.
Arnas parecía no querer irse.
Lo mire con el ceño fruncido, pero no se movió. Cruzó los brazos y me sonrió un poco.
Abrí el sobre temblando. Me había apuntado a varias pruebas. Este sobre debía contener una contestación.
Efectivamente. Me habían aceptado para hacer la prueba.
Cubrí mi boca con una mano. Quería gritar y saltar?
-Te han cogido?
-Puedo hacer la prueba.
-El lago de los cisnes?
Al levantar la vista y verlo tan sonriente quise saltar contra él y abrazarlo.
-Si.
-Te lo dije!
-Solo es una prueba. - dije riendo.
Estaba tan feliz...
-Te van a coger.
-Llevo años practicando el lago de los cisnes.
-Te van a coger, verás. - repitió. - Si no estuviera sudado te abrazaria.
La realidad me dio de golpe. Por un par de minutos todo había vuelto a la normalidad. Solo unos minutos.
-Ava.
Suspiré y me encogí de hombros.
-Voy... Gracias por avisar, Arnas.
Entre a la habitación y cerré, dejándolo ahí fuera.
Me mordí el puño.
Si lloraba ahora me escucharía perfectamente.
Cada vez era más duro verlo.


Recibí aquella llamada en el ascensor.
Mientras escuchaba a la mujer dándome indicaciones, intentaba abrir la puerta con manos temblorosas.
Se abrió, mostrándome a un Arnas extrañado detrás.
Cuando intentó hablar, levante la mano para que no dijera nada.
Me observo atento mientras yo escuchaba las palabras de la directora.
-Nos vemos pronto, Ava.
-Si. Gracias.
Colgué y cerré la puerta detrás de mi.
Aún no podía creérmelo del todo.
-Ava?
-Me lo han dado, Arnas.
-Eres el cisne?
-Soy el cisne.
Impulsivamente y sin poder contener la risa, me lance contra él, abrazándome a sus hombros.
Él soltó una carcajada, abrazándome también y levantándome del suelo.
-Te lo dije.
Me bajo al suelo, pero no me soltó.
Yo tampoco lo solté a él.
Me habían dado el papel, estaba eufórica.
-Me lo han dado, Arnas. - repetí casi chillando.
Él, cogiendome de la cintura, me apartó.
-Estoy muy orgulloso de ti.
-Gracias.
Sonreí de verdad. Después de tantos días...
Arnas parecía en trance.tenia una pequeña sonrisa en el rostro y sus ojos brillaban.
Y entonces se inclinó. Mi cabeza gritó NO y giré la cara, aterrizando sus labios en mi mejilla.
Los mantuvo ahí unos segundos, y cuando se apartó, suspiró mirando a otro lado.
-Arnas...
-Ya, ya. Lo entiendo.
No podía besarme, hacerme actuar como si nada, y después volver a intentar besarme. No era así como funcionaba. Yo no podía depender de lo que a él le apeteciera.
Me abrazó otra vez.
Me escondí en su cuello.
Lo echaba mucho de menos.
-Lo siento. - susurró contra mi pelo.
Cerré los ojos, acomodando me mejor en su pecho.
-Yo también.

-No vas a poder venir?
-No. Lo siento mucho, de veras, Ava. Se que...
-Arnas, no pasa nada. Puedes venir a otra función.
-Me moría de ganas por ir al estreno.
Al recibir una carta mía con una entrada para el estreno, Arnas me había llamado. No iba a poder venir.
-Lo siento, mucho.
-Arnas. En serio. No hay problema. Tienes trabajo, lo entiendo.
Lo escuche suspirar.
-Te echo de menos. - dijo.
Llevaba dos semanas fuera, aún le quedaban otras tres antes de venir. Pero pensé que tal vez podría escaparse y venir al estreno de la obra.
-Y yo a ti.
El día que recibí la confirmación, Arnas y yo habíamos cenado juntos. Todo parecía haber vuelto a la normalidad. Cosa que agradecí con todo mi ser.
Parecía que nuestra amistad estaba restaurada. Seguía sintiendo cosas por él, pero prefería ser solo su amiga a ser una persona cualquiera con la que convivir.
-Lo siento...
-Deja de decirlo, Arnas. Habrá más funciones. Podrás venir a otra. No pasa nada.
-No te molesta.
-Claro que no. - mentí. Era muy importante para mí que él estuviera allí.
-Prometo compensartelo.
-De acuerdo.
Lo escuche bostezar.
-Es hora de dormir?
-Aqui si.
-Te dejo descansar.
-Buenas noches, Ava.
-Buenas noches, Arnas.


Todo el mundo aplaudía mientras mis compañeros y yo hacíamos una reverencia.
No podía dejar de sonreír. Había salido increíble.
Cuando llegué al pasillo de los camerinos vi una figura. Una figura demasiado conocida.
Con sus rizos negros peinados hacia atrás, un traje negro ajustado a la perfección y... Un ramo de flores.
-No me lo puedo creer...
Camine hacia el todo lo rápido que pude y lo abracé.
-Has venido.
-No podía no hacerlo.
Me aferre a su cuerpo como si en cualquier momento fuera a desaparecer.
Olía tan bien. Y estaba tan guapo...
-Arnas...
-Para ti. Lo has hecho increíble, Ava. Ha sido lo más bonito que he visto nunca.
Los ojos se me llenaron de lágrimas.
Todo esto significaba mucho para mí.
-Te mentí. - dije.
-Qué?
-Me destrozó la idea de que no pudieras venir. Eres muy importante para mí y hoy ha sido un día muy especial y...
-Estoy enamorado de ti. Desde el primer momento. Desde que te vi buscándome en la cafetería. Perdón por reaccionar así aquella noche. No sabía si tú sentías lo mismo. Ahora lo sé. Hace semanas que lo sé, eres horrible escondiendolo.
Lo mire sorprendida.
-Te quiero. Quiero que seas mi novia, Ava.
-Wow, Arnas. Yo... Si, claro que si. Yo... Yo también quiero serlo. - dije riendo.
Con sus manos en mi cara junto nuestros labios.
Aquel beso me supo a gloria.
-Te quiero. - susurre entre besos.
Al separarnos, cogí su cara con mis manos.
-Eres real?
-Creo que si.
Me dio otro beso.
-Estas preciosa, Ava.
-Gracias, Arnas. Tú tampoco estás mal, con traje y todo.
-Era la primera vez que veía Ballet en directo.
-Me alegro de que hayas venido.
Me dio un beso en la frente y me abrazó.
Sonreí porque por fin todo parecía tener sentido.
Después de meses soñando con esto, por fin lo tenía en mis manos.
-Tengo que agradecer a quien quiera que te aceptara en la Academia. - dijo cuando me acompañaba al camerino.
-Por? Por obligarte a tener que cambiar de casa y lanzarte directa a mis brazos.
-Bueno, Elisabeth esta ahí fuera, podrás hacerlo.
Me dio un beso en la frente y abrió la puerta para mi.
-Lo haré, si.

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