Lando Norris

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Me colgué la cámara en el hombro y esperé. Todo el mundo quería saludarlo, abrazarlo, hablar con él, felicitarlo por la temporada...
Cuando lo vi entrar al garaje con su traje colgando en las caderas y la botella de agua en la mano sonreí.
Estaba sudado y tenía marcas del casco en la cara, pero el corazón se me aceleró igual. Siempre era así.
-Lando. - me acerque a él sonriendo. No podía evitarlo. Él sonrió también.
-Eve.
-Enhorabuena. - dije frotando mis manos.
-Muchas gracias.
Nos miramos durante unos segundos sin saber qué hacer, ambos esperando a ver como reaccionaba el otro.
Sentí un impulso. Tenía que hacerlo, no sabía si a la temporada que viene seguiría trabajando en su equipo. Dí un paso adelante y cogí su mejilla, acercándome rápido y dejando un beso en la otra.
Me aparte rápido con las mejillas sonrojadas. Acaricié un poco su cara y suspiré, dejando las manos caer a mis costados.
-Estoy orgullosa de ti, Lando. Se que solo han sido unos meses trabajando aquí, pero lo has hecho increíble. Ha sido un placer trabajar para ti.
Puede que la adrenalina todavía estuviera por las nubes en su cuerpo, pero Lando me abrazo. Casi no me dio tiempo a reaccionar. De repente tenía sus brazos alrededor de mi cuerpo, casi levantándome del suelo.
-Gracias. - dijo apretantome fuerte.
Era la primera vez que Lando y yo nos abrazabamos.
Lo sentí tomar una respiración profunda antes de separarse.
-Lando! Tienes que ducharte y cambiarte, hay rueda de prensa. - escuchamos a Charlotte.
-Voy!
Lando volvió a mirarme.
-Em... Vas a ir a la fiesta de hoy?
Me subieron las pulsaciones y se me seco la garganta. Va a pedirme que vaya con él? Me temblaban las rodillas y notaba el sudor en mi frente.
Intente formar una respuesta coherente, que las palabras salieran de mis labios sin que me temblar a la voz, pero solo conseguí asentir.
-Eh... - se aclaró la garganta y miró a nuestro alrededor. - Genial. Nos veremos allí.
Se giro y huyó, dejándome fría y sola en medio de todo el bullicio del garaje.
Seguramente ya tuviera con quien ir. No recordaba ningún nombre desconocido en la lista de invitados, solo su familia y algunos amigos. Tal había conocido a alguna de esas modelos que invitaban a las carreras... Lando era atractivo... No lo culpadaba. Simplemente dolía.

Enfundada en mi vestido negro, con el pelo peinado hacia atrás y unos zapatos altos, camine por el pasillo intentando parecer lo más estable posible. Sentía nervios, un nudo en el estómago de pensar en quien vendría con Lando a la fiesta. No sabía cómo iba a soportar verlo con otra persona toda la noche.
-Eve! Cielos, estas preciosa. - Daniel Riccardo me abrazo tan fuerte que pensé que me partía en dos.
-Wow, Daniel, gracias.
-Ey, y Lando?
-Lando? - trague saliva mientras veía a Daniel mirar detrás de mí. - No lo sé, no lo veo desde la rueda de presa.
Fruncio el ceño.
-Yo tampoco. - dijo titubeante.
Suspiré.
-Charlotte te estaba esperando, deberías ir a verla. Estas preciosa, Eve. - repitió mientras me empujaba un poco hasta donde Charlotte estaba.
Rode los ojos riendo.
Una hora más tarde y aún con mi primera bebida en la mano, volví a ver a Daniel al otro lado de la sala. Levantó la mano y grito mi nombre, indicando que fuera. Reí y eche a andar hacia él, pero conforme más cerca estaba, pude ver a Lando también a su lado. Solo.
Sentí ese nudo en mi estómago apretarse.
-Eve, ven con nosotros un rato, siéntate, vamos. - el australiano me dejo su taburete y me ayudo a subir mientras yo reía avergonzada.
Mire a Lando, que me miraba con una expresión de sorpresa.
-Ho... Hola, Eve.
-Hola, Lando. - empecé a preguntarme si tal vez tenía el pintalabios corrido cuando el piloto no apartó sus ojos de mi cara.
-Estas muy guapa.
-Muy guapa? Esta preciosa, Lando. La más guapa de por aquí. - dijo Daniel abrazándome por los hombros.
Lo de Daniel no era serio. Desde que lo conocí había sabido que hacer y decir para rebajar mis nervios, sobre todo con su compañero de equipo delante. Sin yo haberle dicho nada, Daniel sabía que yo sentía cosas por Lando.
Este apartó rápido la mirada, como si buscara algo entre la gente.
Daniel suspiro y me soltó.
-Lando, me acompañas?
-Me dejáis sola? Para que me...
-Un minuto, princesa. - Daniel me dio un beso en los nudillos y tiro de su amigo hasta estar algo lejos de mí.
Vi como lo cogía por los hombros y le decía algo, parecía serio. Lando esquivaba su mirada.
Aparte la vista cuando ambos se giraron hacia mí y fingi beber de mi vaso.
Enseguida habían vuelto.
-No bailas, Eve? - dijo Daniel en tono sospechoso.
-Em. No tengo con quien, Ricciardo. - me aclare la garganta avergonzada.
Se encogió de hombros.
-Podría sacarte yo...
-Em. Puedo hacerlo yo. - dijo de repente Lando rascándose la nuca. - Quieres bailar?
Daniel sonrió y yo casi me caigo de la silla.
Lando me miraba tímido, con los labios apretados en una línea y las manos jugando con las mangas de su americana.
-Si. Vale.
Daniel aplaudió y algunas personas se giraron a ver, pero yo no podía dejar de mirar a Lando. Este extendió su mano hacia mi y yo la cogí.
Madre mía, madre mía...
Ahora temía tropezarme, doblarme un tobillo o algo así y quedar en ridículo delante de toda esta gente, y de Lando en especial.
Lando tiro de mi hacia la pista de baile, donde había bastante gente.
Antes de siquiera empezar a moverme al son de la música, escuchamos a Daniel por los altavoces anunciando una tanda de canciones lentas.
Cómo demonios lo ha conseguido así de rápido? Pensé desesperada.
Lando se detuvo.
-Em. Vaya. Puedo? - se acerco con cautela.
Asentí.
Con cuidado llevo una mano a mi cintura mientras mantenia la mía agarrada a la suya, ahora a la altura de su pecho. Lleve mi mano libre a su hombro y tome una respiración profunda.
No podía mirarlo, si veía sus ojos verdes me desmayaria.
Nos movimos despacio al ritmo de la música casi sin desplazarnos del sitio. A ninguno se nos daba bien bailar.
-Has venido sola? - preguntó.
-Si. - dije cerrando unos segundos los ojos. - Y tú?
-También.
Y por qué demonios no me has pedido que viniera contigo?
Tal vez es que simplemente no le gustaba. Estaba en todo su derecho, claro. Yo no era nadie para decir quien debía gustarle y no.
Sentí su mano en mi cintura agarrarme más fuerte. Jadeé sintiendo como nuestros pechos se tocaban.
Me voy a desmayar, si.
-He hablado con Charlotte y... Quiero que sigas con nosotros a la temporada que viene.
Lo mire, esta vez si.
-Voy a ampliarte el contrato. Indefinido.
-Lando...
-Me encanta que trabajes en el equipo. Me alegras los días, Eve. No creo que sea lo mismo sin ti. Yo... Creo que es porque tenemos la misma edad, pero te veo más como a mi amiga que como a una empleada. Es... No sé, eres diferente a los demás y no se porque estoy diciendo todo esto, pero no quiero que te vayas.
-Oh cielos.
Me abrace a sus hombros y me escondí en su cuello. Olía a jabón, colonia y suavizante de la ropa.
Sentí su mano en mi espalda, donde el vestido no cubría mi piel. La otra bajo de mi cintura a mi cadera.
Ya ni oía la música. No podía pensar en nada más. Para mí esta había sido mi última carrera con ellos, una bonita etapa que se acababa dejándome medio enamorada de un piloto que se olvidaría de mí existencia en días. Pero no. Él... Había sido él y nadie más quien había querido que yo me quedara.
Sus dedos acariciaron con suavidad mi espalda y sentí que me derrumbaba.
-Queria que vinieras conmigo hoy... Pero no me he atrevido a preguntarte... - susurro contra mi pelo.
-Qué?
Quería que hubiera ido con él?
Esta vez estábamos tan cerca, que al girarme a mirarlo nuestras narices se rozaron.
-Me hubiera gustado que vieneras como mi... Acompañante? Mi pareja? Quería entrar por esa puerta contigo a mi lado. No como un trofeo o algo, jamás haría algo así, más como mi... No sé. Simplemente quería venir contigo y... Daniel ha insistido mucho pero yo no he tenido valor para...
Lleve mi mano a su mejilla y le hice mirarme a los ojos. Sin decir nada junte nuestros labios. Lando tardo unos segundos en reaccionar, pero lo hizo con fuerza, sujetando mi nuca y deslizando su lengua entre mis labios.
Gemi sorprendida. Era lo último que esperaba. Pensaba que mi primer beso con Lando, (por qué si, lo había imaginado cientos de veces) sería más suave y tímido. Una pequeña presión y ya. Pero no, Lando había hundido su mano en mi pelo y me besaba con pasión.
Me aparte jadeando y abrumada, sentía calor en mi cuello y mis mejillas, y donde las manos de Lando tocaban mi piel, cosquilleo.
Me quedé a milímetros de su cara, con los ojos cerrandos e intentando recuperarme de aquello.
-Po... Podrias venir conmigo cuando acabe la fiesta... - dijo en voz baja con tono de sugerencia mientras tocaba mi nariz con la suya.
Abrí los ojos. Estaba sonrojado, muy sonrojado.
Asentí rápido, mordiendome el labio.
Lando soltó una pequeña risa, casi inaudible.
Apreté los labios intentando contener una carcajada.
Habían sido meses, desde el primer momento en el que vi sus ojos verdes, esperando a que algo así pasara. No podía contener mi alegría.
Lando rió al fin, su característica risa hizo que la gente mirara.
-Podemos irnos ya... - susurré. La risa se le corto y me miró serio.
-Quieres que nos vayamos ya?
Asentí.
Me sujeto la cara con las manos y me dio otro beso, más corto y sonriendo.
Reí.
-Vamos?
-Mhm.
-Espero que Daniel nos vea. - dijo sonriente.
-Y yo.
Apreté su mano entre la mía y tire de él.
Riendo, Lando me siguió.

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