Capítulo 8

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, nuestro protagonista y Tayuya se acercaron a la aldea, adentrándose en ella hasta llegar a la sala del consejo de Konoha, donde el consejo se encontraba discutiendo.

En eso entra Naruto, completamente cabreado por oír que Mebuki Haruno exigía la riqueza de su familia. Durante la reunión, Naruto amenazó con dejar la aldea en la quiebra si no le dejaban en paz, además de obligar a los civiles a pagarle por utilizar sus tierras sin permiso, junto haber acabado con un concejal civil y más de una veintena de anbus.

P. O. V. Normal

Nuestro protagonista salía con una cara seria de la sala de reuniones del consejo junto a Tayuya. Habia demostrado a los civiles y partidarios de Hiruzen y los ancianos un punto, que con él no se juega, pero, incluso habiendo dado muestra de su poder sabia completamente que ellos intentarían de cualquier modo reducir su creciente poder en la aldea, y ponerle una correa como a un sucio animal.

En eso nota como un simple toque, un toque de un dedo blanquecino, cerca de que solamente se viese el hueso humano tocase su mejilla concedía una fuente de calor, aunque era muy extraño, ya que en realidad no tendría que proporcionar ninguna pequeña fuente de calor, porque técnicamente no habia sangre circulando por dicho dedo.

Tayuya: No te preocupes, mi amor. Esos idiotas harán lo que sea, pensando que pueden dominarte. Hazles creer que pueden derrotarte, y cuando les llegue a sus cabezas estrechas el pensamiento regocijante de la victoria, les destrozas sus sueños, demostrándoles tu fuerza y poder de nuevo. Le comenta Tayuya con una sonrisa calmada, casi como una mueca horrorosa para la mayoría de la gente que estaba cerca suyo al haber salido de la torre del Hokage, sin embargo, para su novio era como ver a un bello ángel caído observar a la gente fiel a su religión ser descuartizada lentamente, y eso le produjo tranquilidad.

Naruto: Tranquila. Se que esos bastardos harán todo lo que tengan en sus manos para atacarme, y se con seguridad que uno de los puntos que atacaran serás tú, sin embargo, ellos te subestimaran e intentaran engañarte, diciéndote que soy un demonio¸ que tienes que ayudarles a dominarme, entre muchas otras excusas, además de quererte poner en el Programa de Reconstrucción de Clanes, y eso no pienso permitirlo jamás. Le comenta con una sonrisa, al mismo tiempo que le acariciaba lentamente la mejilla a Isabella, pero siempre manteniendo sus ojos vigilando su entorno, no confiaba en nadie de la aldea, excepto los líderes de los clanes, Teuchi jiji y Ayame chan de Ichiraku Ramen. Después no se fiaba de nadie más, ya que no sabía si los miembros de los clanes eran leales a sus líderes o servían a los intereses de Hiruzen y la panda de idiotas que gobernaba Konoha. – Vayamos yendo hacia la Academia, que seguro el viejo mono ha enviado a alguien para avisar de nuestra llegada, y le dirá que intente sacarnos la máxima información posible -. Le dice antes de darle un beso en sus labios, un beso intenso, que para la gente alrededor que los observaban era como ver una imagen horrible, ya que pensaban que el demonio habia controlado a esa bella mujer.

Cuando se separaron del beso, Isabella pudo ver con sus ojos, como los ojos de su amado clamaban sangre para saciar su sed, ya que discutir con unos idiotas de mente estrecha te daba mucha sed, ¿y qué mejor que mejor fuente de alimento para un vampiro que una aldea oculta como Konoha? Estaba llena de violadores, ladrones, asesinos a sueldo, arrogantes, avariciosos, manipuladores entre otro tipo de personas de un dudoso buen carácter. Y cuando observo los ojos de su amado, una sonrisa oscura, pero al mismo momento bella se formó en el rostro esculpido de Tayuya.

Tayuya: Estás hambriento, vayamos a por algo de comer. Le dijo hablándole a la oreja, sabiendo que, en realidad, la única persona que podía hacerle cambiar de opinión era ella. Solamente ella tenía un control total sobre las acciones de nuestro protagonista, y cuando esta información alcanzase los oídos de los consejeros corruptos, sería demasiado tarde para derrotarles, y si intentaban de cualquier modo raptarla, no solo masacraría a todos los shinobis o mercenarios que contratasen a por ella, sino que, además, dejaría rienda suelta a Naruto para que desate el caos en la aldea y sacie su sed de venganza, que desde que llegaron a Konoha no paro de incrementar a unos niveles nunca antes vistos, y las ganas de descuartizar a varios shinobis de Konoha que le hicieron un infierno su infancia era muy apetecible.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora