Capítulo 72

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los Von Carstein, Ai se encontraba con Tsunade en Hi no Kuni. Mientras tanto, en Konoha, Itachi y Kisame se adentraban en la Aldea en busca de su objetivo.

P. O. V. Normal

Continente Elemental, Hi no Kuni, Konohagakure no Sato

El aire se arremolinaba ante Uchiha Itachi y Hoshigaki Kisame mientras sentían como se les unía una persona más en su camino por la espalda.

Daiki: ¿Puedo saber que hacen dos shinobis renegados de Rango S en Konohagakure no Sato? No es normal que dos sujetos de vuestro calibre pululen juntos en un mismo lugar. Dijo tranquilamente el samurái vampiro mientras mantenía su mirada fija en el traidor de Kirigakure no Sato. Sabía de la reputación de gran espadachín de Kisame, como la reputación de la espada que empuñaba.

Kisame: Yoshida Daiki. Es un honor encontrarme ante un reputado samurái como tú. He escuchado historias que relatan tus grandes duelos. Dijo Kisame mientras reconocía a la persona que tenía delante. La emoción sobrepasaba sus palabras, denotando las ganas inmensas que tenía de enfrentarse a él. Eso se notó cuando su mano derecha rápidamente se desplazó a la empuñadura de Samehada.

Daiki: Lo mismo digo, Hoshigaki Kisame. Mencionó el Von Carstein mientras desenvainaba su espada y se preparaba para combatir. Podía ser que no fuese un shinobi, encontrándose en una amplia desventaja, pero incluso antes de convertirse en un seguidor de Vlad von Carstein pudo exterminar a ninjas durante la Tercera Guerra Mundial Shinobi al servicio del País del Fuego.

Itachi: Kisame. No hemos venido a pelear con él. Le reprendió el Asesino del Clan Uchiha con un tono calmado, casi sin emociones. Su mirada estaba clavada en Daiki, analizándolo detenidamente. – Es una pena encontrarnos en esta situación, Daiki-san, pero le pido que no se meta en nuestros asuntos. Escuché que desobedeció las órdenes de su Señor y actualmente es un Ronin. Váyase antes de que alerté a los guardias de la Aldea.

La amenaza de Itachi se notaba falsa a leguas de distancia. Su objetivo era pasar desapercibidos, por lo que llamar la atención de la seguridad de Konoha no era bueno. Tampoco era beneficioso dejar con vida a Daiki, ya que les estaba restando tiempo para su misión y le daba a los shinobis a darse cuenta de los dos polizones en su tierra.

Itachi: Que sea rápido. Dijo sin más, dejando que su compañero atacase al samurái y acabase con su vida enseguida. Cuando encontrasen el cadáver ya estarían muy lejos, y con su misión cumplida.

Daiki: Craso error. Comentó Daiki con una pequeña sonrisa mientras ordenaba a los Justicieros de la Tormenta Oscura, sus antiguos camaradas que le siguieron en su misión y acabar muriendo contra los bandidos, surgir de los alrededores y atacar a sus enemigos. – No sé porque estáis aquí, pero nada bueno tiene que ser si hay un Uchiha de por medio.

Tras sus palabras se lanzó al combate, realizando un tajo descendente que se vio interrumpido por la hoja de Samehada cubierta en una tela blanca. Sus ojos ascendieron hasta encontrarse con la sonrisa de Kisame.

Antes de que hablase sus hombres entraron en el campo de batalla, surgiendo de todas direcciones, forzando a Hoshigaki a saltar hacía detrás para salvarse de cuatro katanas que le venía por los flancos; por otro lado, Itachi despedazaba a un samurái No Muerto con un simple tajo de kunai, viendo como la mitad superior de su cuerpo se desplomaba al suelo y está misma seguía con vida, arrastrándose hacia él con la intención de acabar con su vida.

Daiki: Me da igual vuestras intenciones, malditos traidores, pero estáis en los terrenos del Clan Uzumaki sin permiso ni intención conocida, cosa que está prohibida. Mis señores son muy claros con los idiotas que osan adentrarse en las tierras de sus antepasados. Dijo Daiki mientras recortaba la distancia con el hombre pez y le propinaba un tajo contra su muslo, esquivando su ataque por poco.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora