Capítulo 31

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, en el Reino de Shyish las cosas comenzaban a cambiar tras una serie de derrotas de los devotos a Sigmar a manos de los Mortarcas del Sacramento y de la Necrópolis, forzando al Señor de Azyr a enviar a su Paladín, el antiguo Karl Franz, al Reino de la Muerte para impedir la derrota de sus seguidores.

Por otro lado, en Ghyran Alarielle comandaba sus vastas huestes contra las Ciudades Libres de Sigmar en una oleada imparable de espíritus del bosque y elfos silvanos en venganza por la traición del Dios-Guerrero.

Mientras, en Nami no Kuni Kakashi intento enseñar a sus alumnos como caminar sobre un árbol con solamente los pies, para rápidamente observar cómo Naruto y Kurama dejaban inconsciente a un Sasuke que termino herido físicamente.

P. O. V. Normal

Nami no Kuni

La noche había caído sobre el País de las Olas, y el matrimonio de la noche se encontraba observando la ciudad con tranquilidad, con un silencio amparado por la nocturnidad y los vientos arremolinándose con fuerza en torno a los hogares de los habitantes.

Desde que nuestro protagonista regaló parte de la comida que se almacenaba en el Complejo del clan Uzumaki a los ciudadanos desnutridos generando más lento o más rápido dependiendo de la persona un sentimiento de lealtad absoluta hacía las figuras de Naruto y Tayuya, que con un poco de poderes nigrománticos aceleraron el proceso.

La llegada de los Von Carstein al País de las Olas fue como un soplo de un aire fresco lleno de malicia y oscuras intenciones. Los pocos ciudadanos que se dieron cuenta de eso sabían que poco podían hacer para impedir que el matrimonio de la noche se apoderarse de su hogar tras haber acabado con Gato, porque tenían la corazonada de que no habían mostrado nada de su poder ni a sus propios camaradas de Konoha. Además, esa pequeña cantidad de disidentes tuvieron que ver como la mayoría de sus conciudadanos veían tanto a Vlad como a Isabella como unos salvadores que no les importaba derrochar sus riquezas por ayudar al pueblo llano, cosa que hacía gracia a los dos vampiros ese mero pensamiento.

También lo que se pudo ver fue que las patrullas de matones de Gato habían estado siendo asesinadas por extraños guerreros de armaduras rojas, que acaban con los mercenarios contratados por el dictador de Nami no Kuni con una ferocidad inaudita, una fuerza como si se tratase de un lobo cayendo sobre su presa y hundiendo sus fauces sobre su cuello, y blandiendo unas hojas de acero brillante que tintineaban y cortaban el aire con un ruido mortal e inhumano, como si tratasen de avisar que esos soldados no eran de este mundo.

Tayuya: Gato se confía en el número de mercenarios que puede llevar a su bando gracias a su dinero. Sin el capital que tiene no podría mantener el control que sostiene sobre este pueblo. Ya quiero verlo en el suelo viendo como todo su imperio se desmorona delante de él, incapaz de hacer algo para impedirlo y sabiendo que morirá en segundos después por nuestras armas o de nuestros hombres. Comenta Tayuya con un tono repleto de emoción al pensar en el miedo que reflejarían las facciones del renacuajo que estaba gobernando Nami no Kuni sin impedimento. La sola idea de destruir mental, política y económicamente a alguien con un orgullo y arrogancia desmedida era como una copa de exquisito vino que podía beber hasta el final, deleitándose con cada gota que caía por su cuello. La emoción recorría todo el cuerpo de la condesa, con pequeños estremecimientos repartiéndose por todo su ser y viajando por su columna vertebral como un lugar por dónde la electricidad no tenía límite.

Naruto: Que no se te olvide, amada mía, una cosa importante que es la clave del gobierno casi sin oposición de nuestro diminuto y débil enemigo. Comienza el señor del clan von Carstein y líder del clan Uzumaki y Namikaze, aunque el clan del Remolino era su cabeza mientras su madre siguiese siendo prisionera del viejo halcón de guerra, cosa que su hijo desconocía. Mientras sus palabras surgían de su boca sus brazos iban dirigiéndose a los costados de Tayuya para rodearla en un abrazo que desprendía todo el amor que sentía el Uzumaki por la miembro del clan del Remolino. – Si ha podido mantenerse en el poder es gracias al beneplácito de Konoha. Los bastardos de Hiruzen y Danzo tienen tratos por separado con Gato, pactos cuyo contenido es que ellos no actuarían en contra de sus negocios ilegales a cabio de una compensación económica; además, para añadir una cosa más a la lista de porque no tener a esos dos ancianos seniles como aliados es por su intercambio de Kunoichis "inútiles", transformándolas en meras rameras, por su peso en armamento -. Le comenta con una sonrisa viendo, complacido, como los ojos de su querida condesa de Sylvania brillaban llenos de odio. Ella aceptaba que las Kunoichis actuales eran una bazofia peores que un zombi -que era decir mucho-; sin embargo, lo de shinobis mujeres "inútiles" serían más bien por no cumplir a rajatabla las órdenes de los dos ancianos. Por muy y depravada fuese esa orden.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora