En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, Hiruzen se rompía la cabeza en su paranoia mientras que, en el Complejo del Clan Uzumaki, Jiraiya se reunía con su ahijado y se marchaba luego a por su compañero Tsunade.
P. O. V. Normal
Continente Elemental, Hi no Kuni, Ciudad de Shukuba
Habían pasados dos días desde que se pusieron en marcha desde Konohagakure no Sato en busca de Senju Tsunade por pedido de su señor, Vlad von Carstein, para que ella fuese la nueva Hokage. Para Ai von Carstein no esperaba que fuese una misión difícil, pero estaba comenzando a considerar eso.
Durante el camino el Sannin de los Sapos, Jiraiya, no había parado de molestarla con su estúpida actitud pervertida. No podía llegar a comprender como podía ostentar el título de uno de los shinobis más peligros y haber sido maestro del Yondaime Hokage.
El día anterior lo había visto espiar a varios miembros de su escolta de Templarios de Drakenhof, escribiendo en su diario con gran velocidad y centrado, con risas perversas y un poderoso sonrojo sobre su rostro. Eso la enfureció, atacándolo con Almadescontrolada con un poderoso tajo descendente, escapando de su ataque a tiempo.
Desde entonces el padrino de su señor se había moderado, hablando sobre donde podrían encontrar a Tsunade, marchando rápidamente a uno de los pueblos cercanos, pero no hallando nada, dirigiéndose después a gran velocidad hacía la Ciudad Shukuba, una ciudad caracterizada por los establecimientos que tenía centrados en el ocio y entretenimiento, ya sean hoteles, bares y casas de apuestas.
En esta ciudad el alcalde ingresaba una gran cantidad de dinero en impuestos y sobornos debido a la gran cantidad de dinero que se movía por la zona. Siempre había uno que otro noble estúpido que derrochaba una gran cantidad de capital en pocas horas, pero eso no le importaba y se marchaba para volver en una temporada y volver a empezar. Los bandidos y mercenarios cercanos eran contratados por los propietarios de los locales como seguridad y acoso a su competencia, por lo que era normal observar peleas entre bandas y ataques a las caravanas de impuestos, ocasionando un dolor de cabeza al alcalde, que sabía que estaba pasando, pero no lo solucionaba al recibir una tajada por hacer la lista gorda.
Ai: Ciudad Shukuba. Hacía muchos años que no sabía nada de este inmundo lugar. En marcha. No quiero estar en este lugar más del suficiente. Dijo Ai von Carstein mientras observaba la urbanización a lo lejos, desplazándose más rápido al forzar a sus monturas No-muertas a moverse más rápido.
El día en el que estaban era nublado, con nubarrones negros, cargados de agua, listos para descargar una lluvia sobre la ciudad. Eso les beneficiaba al no tener que esperar a que la luz del sol pasase, ya que una parte de sus hombres no la soportaban.
Mientras se acercaban los habitantes más cercanos pudieron ver como el polvo era levantado en un vendaval de color tierra, escuchándose claramente los cascos de los corceles acercarse. En cuando pudieron presenciar bien los rasgos vampíricos de los jinetes se asustaron, corriendo rápidamente hacía sus hogares.
Lo que la comitiva del Clan Von Carstein no sabía era que desde hacía semanas varios Nigromantes y Vampiros de bajo poder había acechado las cercanías de Shukuba atacando pequeños grupos de infelices y algunas caravanas poco protegidas, escampando el miedo en los corazones de los residentes, que no se atrevían a salir más allá de los límites de su hogar.
Lo que escucharon, según los rumores, era que esos seres de la Noche trabajaban para Vasilisa Feinberg, la última señora del derruido y en ruinas castillo de Haüss, que debían de hincar la rodilla y esperar clemencia de su terrible señora. Siendo cierto o falso sus afirmaciones, porque la gente no sabía que creer, lo que consiguieron fue atemorizar a los ciudadanos, conociendo claramente las leyendas sobre la crueldad de los Feinberg en cuando a vengarse de traidores.
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El Resurgir de los von Carstein
FanfictionDescripción: Millones de años han pasado de El Fin de los Tiempos. El Imperio, los No Muertos, los Altos Elfos, los Hombres Lagarto, los Enanos, los Pieles Verde, los Ogros, incluso las grandes huestes de los Dioses Oscuros del Caos han desaparecido...